Guerra fallida: hay más adictos

Francisco Rodríguez / Índice Político

Aunque todos sabemos que Felipe Caderón declaró la guerra al narcotráfico para buscar una legitimación que no obtuvo en las urnas, comenzó a justificarla socialmente –cuando comenzaron a contabilizarse por miles a los muertos y desaparecidos– con el slogan “para que la droga no llegue a tus hijos”.

Hubo, claro, quienes desinformados le creyeron. Qué bien, decían, pues las calles están llenas de narco-tienditas y los jóvenes ven pasar el día absolutamente drogados.

Ambos propósitos de Calderón, el real y el justificatorio, han fracasado.

El ocupante de Los Pinos terminará el mandato que le confirió un tribunal con el mismo estigma con el que lo inició: la certeza que muchos tenemos de que él no ganó la elección, pese a que todos los factores reales e institucionales de poder lo apoyaron y, finalmente, lo treparon a La Silla.

Su obsesión, la campaña, la lucha o, de plano, la guerra en contra del narcotráfico está perdida. Y lo peor es que ya carece de legitimidad social. Los muy pocos que al inicio le aplaudieron, hoy toman distancia y claman por el final de esta carnicería en la que los llamados daños colaterales son crecientes.

Lo peor, empero, es que en su propio equipo contradicen a Calderón.

Este último sábado, por ejemplo, en una ceremonia encabezada por la muy activa Margarita Zavala y el ocupante de la Secretaría de Salud, Miguel Ángel Córdoba, éste salió con la novedad de que la droga sí ha llegado a nuestros niños y jóvenes. Y en cantidades crecientes. Se basó en los resultados de la más reciente Encuesta Nacional de Adicciones 2008, hecha pública en octubre de 2010.

Córdoba calificó cual “preocupante” que en los últimos seis años se haya duplicado el consumo de cocaína y aumentado un 50% el uso de la marihuana.

¡Los últimos seis años! Cuatro de Fox, quien hizo como que hacía en cuanto a la lucha en contra de las drogas –y en todas las áreas de gobierno–, y los dos primeros de los cuatro que lleva Calderón con el sonsonete repetido en spots a todas horas.

Antes que frenar el problema de salud pública, éste se ha incrementado. Crece en proporciones geométricas. Y sin embargo, al que aparentemente se da prioridad es al problema de la obesidad.

La guerra está perdida.

Se invierten cantidades multimillonarias del dinero de los contribuyentes en equipos, nóminas, programas…

Y las narco-tienditas siguen menudeando en prácticamente todas las poblaciones.

Y los niños y jóvenes a quienes ya capturaron las drogas, las siguen consumiendo e invitando a otros a que se sumen.

Córdoba dijo el sábado que en la fallida gestión de Calderón, iniciada en diciembre de 2006, se han invertido más de 167 millones de dólares en el combate a las adicciones. Casi 2 mil millones de pesos ¿y para qué?

Una vez más la ausencia de inteligencia, la falta de estrategia, provocan más problemas que aquellos que dicen intentar resolver.

Hoy, por esa guerra de Calderón, mucha de lo droga que antes iba directita al mercado estadounidense, se queda en territorio nacional.

Las áreas metropolitanas del DF, Monterrey, Guadalajara… se han convertido en los principales centros de consumo de drogas ilícitas, como la mariguana y la cocaína.

Y es este último tóxico, la cocaína, el que mayor crecimiento de consumo registra nuestro país, lo que coloca a México –de acuerdo a cifras de la ONU– en los primeros lugares de consuno, tras de Estados Unidos, Chile y Guatemala

¿Hay, ya en serio, una estrategia para atender este problema de salud pública?

Además de publicitarse como precandidato al gobierno de Guanajuato, ¿Córdoba hace algo respecto al crecimiento de adictos que él se encarga de anunciar?

¿Y la guerra fallida? ¿Va a seguir? ¿Ya llenaron las huchas quienes en el 2006 las tenían medio vacías?

El futuro es claro. No sólo habrá más muertos en los próximos meses. Seguirá creciendo el número de adictos.

Índice Flamígero: Se voló la barda el coahuilense Humberto Moreira. En la primera de sus muy esperadas declaraciones como dirigente del priísmo, afirmó con una seriedad y capacidad estadística digna de aplaudir por el INEGI: Calderón ha generado cinco pobres por minuto. Un cover de aquello que ya había dicho Beltrones: que la fallida Administración es una fábrica de pobres.

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