Itinerario Político / Ricardo Alemán
Como aquí pronosticamos, el candidato del PRI al gobierno del Estado de México se llama Eruviel Ávila. Ahora falta entender las razones que lo llevaron a la candidatura y lo que le espera.
¿Por qué razón, los poderes políticos mexiquenses —incluido Enrique Peña Nieto—, inclinaron la balanza a favor de Eruviel Ávila? La respuesta no es fácil. Más aún, es inédita.
Y es que contra la lógica tradicional de las elecciones de la mayoría de las entidades del país, lo cierto es que el relevo del gobierno en el Estado de México obedece mucho más a la lógica nacional que a la local.
Y contra todos los pronósticos, se resolvió por el mejor, no por el amigo o el interés de grupo. Y claro, porque en los comicios mexiquenses se juega buena parte de la elección presidenciales de julio de 2012.
De esa manera, se puede decir que, a partir de hoy arrancará la contienda presidencial de 2012, y que una primera evaluación de lo que están hechos partidos y candidatos, se verá en julio próximo, cuando los electores del Estado de México acudan a votar por su nuevo gobernador.
La sucesión mexiquense será una primera batalla entre los presidenciables más aventajados, cuyos ejércitos afilaran navajas, probarán armas y diseñarán estrategias en la contienda mexiquense. ¿Y quienes son los presidenciables más aventajados?.
Se llaman Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador, y Marcelo Ebrard. ¿Y qué vela tienen en el entierro mexiquense?. Resulta que buena parte de la candidatura presidencial del PRI, PRD y PAN, se disputará en el estado de México, precisamente en la elección para renovar al gobierno de Peña Nieto. Pero vamos por partes.
Todos contra Peña.
Está claro para todos, que Peña Nieto es no solo el precandidato más avanzado en las preferencias y las encuestas rumbo a 2012, sino el político al que todos quieren derribar. También está claro que para tumbar a Peña Nieto, el señor López Obrador se quiere meter a la elección mexiquense “por la puerta de servicio”, mediante un candidato avalado por el PT, que podría ser Alejandro Encinas. Y es que una derrota a Peña Nieto en su casa, en su estado, sería no sólo el pasaporte de AMLO para tener una segunda candidatura presidencial, sino el primer golpe con el que Andrés Manuel López Obrador mandaría a la lona a Peña Nieto .
Ante un escenario como ese, ese animal político que es AMLO, demostraría que el puntero en las encuestas es harto vulnerable, y que él, López Obrador, es un ganador para 2012. Pero resulta que López Obrador no es el único que intenta tumbar a Peña Nieto. En el otro extremo de la llamada izquierda, se localiza Marcelo Ebrard, quien de igual manera intenta derrotar a Peña Nieto, pero por la vía de una alianza PAN-PRD.
La lógica de Marcelo Ebrard es exactamente la misma que la empleada por Andrés Manuel López Obrador; tumbar en la báscula al adversario, pero a través de otro camino; el de una alianza cuyo destino se resolverá precisamente hoy, a través de la consulta ciudadana que aplicarán los azules y los amarillos, entre los electores mexiquenses. De acuerdo a los más recientes sondeos de opinión, prácticamente existía un empate entre los que están a favor de la alianza y los que están en contra.
AMLO; el “Rey Sol”.
Pero lo verdaderamente inédito de la elección mexiquense, es que un sector de la llamada izquierda mexicana —sobre todo los groseros partidos familiares PT y Convergencia—, van a competir de manera simultánea con dos candidatos al gobierno del Estado de México. ¿No lo creen? Van las pruebas. Todos saben que el candidato de AMLO —por la vía del PT y Convergencia— es Alejandro Encinas, sobreviviente de la izquierda comunista.
Pues bien, resulta que Encinas o cualquier otro candidato del PRD o PT al gobierno mexiquense, en los hechos no serán más que otro Juanito, verdadero “pelele” de AMLO. ¿Por qué?. Porque en los hechos, López Obrador ya está en campaña en el Estado de México, y continuará en campaña hasta julio próximo, llamando a votar por su movimiento, que no es más que él mismo —el rupestre Rey Sol—, pero pedirá que el 3 de julio los electores mexiquenses crucen la boleta, donde aparece el emblema del PT, y el nombre de Alejandro Encinas.
Ese será el inédito; que un político como AMLO estará en campaña abierta contra el gobierno de Peña Nieto y a favor de que “la gente” vote por Alejandro Encinas y por las siglas del PT. El propio AMLO llamará a que los electores lo sigan, porque al votar contra el PRI en el Estado de México, esos electores estarán votando a favor de que él sea candidato presidencial y presidente.
Eruviel, el candidato, no el amigo.
Por esa razón, porque el candidato del PRI al gobierno mexiquense se enfrentará de manera clara y abierta al propio AMLO —vale insistir en que AMLO buscó a Eruviel para que desertara del PRI y convertirlo en su candidato—, el gobernador Enrique Peña Nieto debió olvidarse de amigos, de su origen, intereses y, literalmente, apoyar al mejor candidato, incluso en contra de su clan familiar, que es el poderoso Grupo Atlacomulco.
Y es que Eruviel Ávila —en lista de prelación amistosa—, es el menos amigo de Peña Nieto. El verdadero amigo del mandatario se llama Luis Videgaray, en tanto que el el delfín del clan Atlacomulco, era nada menos que Alfredo del Mazo, alcalde de Huixquilucan. En pocas palabras, que debido al grado de dificultad del proceso electoral mexiquense, los poderes políticos y Enrique Peña Nieto decidieron por el candidato popular, que es el que enfrentará al populista AMLO.
Aquí insistimos que el bueno era Eruviel Ávila, y apenas el pasado jueves 24, expusimos: “para que la cuña de AMLO apriete en el Estado de México, tiene que ser del mismo palo”. Y rematamos así. “Y Eruviel Ávila es de esa madera”.
Pero para aquellos que gustan de ofender y descalificar al autor de este espacio, les recordamos que el 14 de octubre de 2010 —hace cinco meses o si quieren, hace 165 días—, aquí adelantamos que el candidato del PRI sería Eruviel Ávila. Y así lo explicamos: “Acaso como no ha ocurrido en décadas, el gobernador saliente, Peña Nieto, deberá olvidar amiguismo y compadrazgo, para garantizar en el Estado de México no un mero triunfo, sino para dar una pelea a muerte ante una previsible alianza. Pero sobre todo deberá postular a un candidato con capacidad para vencer y convencer. Y ese candidato se llama Eruviel Ávila”. El tiempo colocó a cada quien en su lugar.
Hoy los mexiquenses podrán acudir a votar a favor o en contra de la alianza PAN-PRD en las elecciones de julio. Pero la alianza está a punto de abortar. Al tiempo.
Como aquí pronosticamos, el candidato del PRI al gobierno del Estado de México se llama Eruviel Ávila. Ahora falta entender las razones que lo llevaron a la candidatura y lo que le espera.
¿Por qué razón, los poderes políticos mexiquenses —incluido Enrique Peña Nieto—, inclinaron la balanza a favor de Eruviel Ávila? La respuesta no es fácil. Más aún, es inédita.
Y es que contra la lógica tradicional de las elecciones de la mayoría de las entidades del país, lo cierto es que el relevo del gobierno en el Estado de México obedece mucho más a la lógica nacional que a la local.
Y contra todos los pronósticos, se resolvió por el mejor, no por el amigo o el interés de grupo. Y claro, porque en los comicios mexiquenses se juega buena parte de la elección presidenciales de julio de 2012.
De esa manera, se puede decir que, a partir de hoy arrancará la contienda presidencial de 2012, y que una primera evaluación de lo que están hechos partidos y candidatos, se verá en julio próximo, cuando los electores del Estado de México acudan a votar por su nuevo gobernador.
La sucesión mexiquense será una primera batalla entre los presidenciables más aventajados, cuyos ejércitos afilaran navajas, probarán armas y diseñarán estrategias en la contienda mexiquense. ¿Y quienes son los presidenciables más aventajados?.
Se llaman Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador, y Marcelo Ebrard. ¿Y qué vela tienen en el entierro mexiquense?. Resulta que buena parte de la candidatura presidencial del PRI, PRD y PAN, se disputará en el estado de México, precisamente en la elección para renovar al gobierno de Peña Nieto. Pero vamos por partes.
Todos contra Peña.
Está claro para todos, que Peña Nieto es no solo el precandidato más avanzado en las preferencias y las encuestas rumbo a 2012, sino el político al que todos quieren derribar. También está claro que para tumbar a Peña Nieto, el señor López Obrador se quiere meter a la elección mexiquense “por la puerta de servicio”, mediante un candidato avalado por el PT, que podría ser Alejandro Encinas. Y es que una derrota a Peña Nieto en su casa, en su estado, sería no sólo el pasaporte de AMLO para tener una segunda candidatura presidencial, sino el primer golpe con el que Andrés Manuel López Obrador mandaría a la lona a Peña Nieto .
Ante un escenario como ese, ese animal político que es AMLO, demostraría que el puntero en las encuestas es harto vulnerable, y que él, López Obrador, es un ganador para 2012. Pero resulta que López Obrador no es el único que intenta tumbar a Peña Nieto. En el otro extremo de la llamada izquierda, se localiza Marcelo Ebrard, quien de igual manera intenta derrotar a Peña Nieto, pero por la vía de una alianza PAN-PRD.
La lógica de Marcelo Ebrard es exactamente la misma que la empleada por Andrés Manuel López Obrador; tumbar en la báscula al adversario, pero a través de otro camino; el de una alianza cuyo destino se resolverá precisamente hoy, a través de la consulta ciudadana que aplicarán los azules y los amarillos, entre los electores mexiquenses. De acuerdo a los más recientes sondeos de opinión, prácticamente existía un empate entre los que están a favor de la alianza y los que están en contra.
AMLO; el “Rey Sol”.
Pero lo verdaderamente inédito de la elección mexiquense, es que un sector de la llamada izquierda mexicana —sobre todo los groseros partidos familiares PT y Convergencia—, van a competir de manera simultánea con dos candidatos al gobierno del Estado de México. ¿No lo creen? Van las pruebas. Todos saben que el candidato de AMLO —por la vía del PT y Convergencia— es Alejandro Encinas, sobreviviente de la izquierda comunista.
Pues bien, resulta que Encinas o cualquier otro candidato del PRD o PT al gobierno mexiquense, en los hechos no serán más que otro Juanito, verdadero “pelele” de AMLO. ¿Por qué?. Porque en los hechos, López Obrador ya está en campaña en el Estado de México, y continuará en campaña hasta julio próximo, llamando a votar por su movimiento, que no es más que él mismo —el rupestre Rey Sol—, pero pedirá que el 3 de julio los electores mexiquenses crucen la boleta, donde aparece el emblema del PT, y el nombre de Alejandro Encinas.
Ese será el inédito; que un político como AMLO estará en campaña abierta contra el gobierno de Peña Nieto y a favor de que “la gente” vote por Alejandro Encinas y por las siglas del PT. El propio AMLO llamará a que los electores lo sigan, porque al votar contra el PRI en el Estado de México, esos electores estarán votando a favor de que él sea candidato presidencial y presidente.
Eruviel, el candidato, no el amigo.
Por esa razón, porque el candidato del PRI al gobierno mexiquense se enfrentará de manera clara y abierta al propio AMLO —vale insistir en que AMLO buscó a Eruviel para que desertara del PRI y convertirlo en su candidato—, el gobernador Enrique Peña Nieto debió olvidarse de amigos, de su origen, intereses y, literalmente, apoyar al mejor candidato, incluso en contra de su clan familiar, que es el poderoso Grupo Atlacomulco.
Y es que Eruviel Ávila —en lista de prelación amistosa—, es el menos amigo de Peña Nieto. El verdadero amigo del mandatario se llama Luis Videgaray, en tanto que el el delfín del clan Atlacomulco, era nada menos que Alfredo del Mazo, alcalde de Huixquilucan. En pocas palabras, que debido al grado de dificultad del proceso electoral mexiquense, los poderes políticos y Enrique Peña Nieto decidieron por el candidato popular, que es el que enfrentará al populista AMLO.
Aquí insistimos que el bueno era Eruviel Ávila, y apenas el pasado jueves 24, expusimos: “para que la cuña de AMLO apriete en el Estado de México, tiene que ser del mismo palo”. Y rematamos así. “Y Eruviel Ávila es de esa madera”.
Pero para aquellos que gustan de ofender y descalificar al autor de este espacio, les recordamos que el 14 de octubre de 2010 —hace cinco meses o si quieren, hace 165 días—, aquí adelantamos que el candidato del PRI sería Eruviel Ávila. Y así lo explicamos: “Acaso como no ha ocurrido en décadas, el gobernador saliente, Peña Nieto, deberá olvidar amiguismo y compadrazgo, para garantizar en el Estado de México no un mero triunfo, sino para dar una pelea a muerte ante una previsible alianza. Pero sobre todo deberá postular a un candidato con capacidad para vencer y convencer. Y ese candidato se llama Eruviel Ávila”. El tiempo colocó a cada quien en su lugar.
Hoy los mexiquenses podrán acudir a votar a favor o en contra de la alianza PAN-PRD en las elecciones de julio. Pero la alianza está a punto de abortar. Al tiempo.
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