Jorge Alejandro Medellín
1.- La entrevista de la periodista Sanjuana Martínez al General en retiro Carlos Bibiano Villa Castillo, ex director de Seguridad Pública Municipal de Torreón, Coahuila, es un testimonio invaluable que desnuda la ineficaz y grave estrategia calderonista de combate al narcotráfico.
2.- Con la franqueza y el estilo del militar añejo, de muchas batallas, preparado para matar y no para detener y averiguar, el General Bibiano, más que revelar, revuelve y lanza a la basura el discurso del Comandante Supremo, Felipe Calderón, y de su General de cuatro estrellas, Guillermo Galván, acerca del respeto a los derechos humanos, del restablecimiento del Estado de derecho en las zonas controladas por el narco, de la concientización de la tropa y la marinería sobre los derechos civiles y los límites del uso de la fuerza para controlar escenarios violentos.
3.- El testimonio del General Bibiano, sus vivencias y su forma de leer la realidad, de actuar ante ella, de justificar las ejecuciones sumarias contra Zetas y de seguir adelante con sus probados y exitosos modelos para restablecer el orden (6 soldados o policías muertos en Torreón, por 200 Zetas y/o colaboradores ejecutados), no son necesariamente la peor parte del asunto.
4.- Lo verdaderamente grave radica en que el General Bibiano y otros generales y coroneles y capitanes y tenientes, siguen esas pautas, esa misma estrategia en diversos puntos del país con el consentimiento del Presidente Felipe Calderón y de su secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván.
5.- Lo expresado por el General Bibiano en la entrevista confirma, para algunos, y revela, para otros, la verdadera naturaleza de una de las facetas de la guerra calderonista apoyada en el despliegue militar.
Los abusos de la tropa y la marinería como escenarios inevitables al enviar a las calles a los militares, fueron advertidos desde el inicio del mandato calderonista por columnistas, por especialistas y analistas en temas de seguridad y militarismo.
El descrédito y el escándalo en torno a estas apreciaciones fueron y han sido la constante de quienes apoyan la estrategia y la dinámica anticrimen del actual gobierno, justificando los excesos militares y tachando de ignorantes y hasta de lesivos a quienes investigan y opinan sobre estos temas.
6.- La brutalidad (ejecuciones paramilitares), la ineficacia (imperio del factor militarista sobre el factor justicia) y el retroceso investigativo (la eliminación del enemigo pervierte y anula cualquier posible transformación del aparato de procuración de justicia e impide que éste cambie, evolucione y traiga de regreso a sus cuarteles a las tropas de cielo, mar y tierra) caracterizan la estrategia calderonista de combate al narcotráfico.
7.- El General Bibiano, ahora flamante secretario de Seguridad Pública en Quintana Roo, abre un nuevo flanco en las filas militares y navales al asegurar sin cortapisas que él y su gente –ciento catorce militares, casi una compañía de 132 elementos– persiguen a los Zetas en Coahuila no para detenerlos y entregarlos a la justicia, sino para matarlos, para ejecutarlos sumariamente.
8.- Bibiano va a Quintana Roo con la aprobación del General Galván. Los buenos resultados, la reducción en un 50 por ciento de la delincuencia en Torreón y hacer correr a los Zetas y a los grupos que los apoyan, avalan la llegada de Bibiano. Va a lo mismo. Lleva el mismo aval de Los Pinos y de la Defensa Nacional.
9.- Desde la perspectiva y el planeamiento de la Sedena, la presencia del General Carlos Bibiano en la península va dirigida a cerrar la pinza, a bloquear al paso de armas, droga, indocumentados, automóviles, dinero y células operativas de los Zetas.
10.- El militar va a darle vida al proyecto que el asesinado General Mauro Enrique Tello Quiñones iba a echar a andar en 2009, cuando fue ejecutado por Zetas comandados por el Gori4, uno de los hermanos Almanza que operaban en Monterrey bajo las órdenes de Enrique Rejón Aguilar, El Mamito.
11.- La Sedena ha evaluado los escenarios de acción en Quintana Roo, en donde tras la muerte del General Tello y las sucesivas capturas de jefes de la plaza de Cancún para los Zetas, se abrieron espacios de avance para los militares, sobre todo a partir de movilizaciones civiles en contra del tráfico y trata de personas, actividad controlada por subgrupos criminales bajo las órdenes del cartel de Heriberto Lazcano y Miguel Treviño.
12.- Carlos Bibiano Castillo tendrá en el General Anastasio García Rodríguez, Comandante de la 34 Zona Militar con sede en Chetumal, a un aliado a modo, un militar que hace y deja hacer, sensiblemente práctico.
Hace unos días el General Anastasio reconoció ante reporteros locales que el narcotráfico va en aumento en la península, que Cozumel, Tulum, Playa del Carmen, Carrillo Puerto y Chetumal son activísimos centros de entrada y distribución de drogas.
“Si es que pasa (droga), mejor que no se quede aquí porque está incrementando”, les dijo el militar a los reporteros. Según la prensa quintanarroense, el General Anastasio “reconoció que la zona de la Riviera del Río Hondo, con una extensión de más de 100 kilómetros, y debido a su complejidad, al encontrarse en la frontera con Belice, es un área conflictiva”.
Es la misma zona que en 2009 la Marina anunció como sitio la construir nueve bases de operación avanzadas, con cerca de mil elementos patrullando y enfrentando al crimen organizado en una franja del territorio que es tierra de nadie.
13.- Algo similar va a suceder con el Teniente Coronel Julián Leyzaola en Ciudad Juárez, cuya llegada desde Tijuana está precedida por una estela de señalamientos por excesos, abusos de autoridad, presuntas torturas, detenciones ilegales, capturas de inocentes, delitos inventados y por sus técnicas de investigación que se convirtieron en casos firmes ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
14.- La ofensiva militar y naval contra los Zetas en el Golfo, avanza. Busca solidificarse en Tamaulipas en dos flancos; el de la Marina, presionando en operativos de precisión a Miguel Treviño (Z-40) y a Heriberto Lazcano (Lazca), y el de la Sedena, militarizando a la policía municipal con la presencia de generales y jefes como mandos de seguridad, y contabilizando ya la muerte del General Manuel Farfán Carriola, ejecutado el 3 de febrero en Nuevo Laredo, en donde era secretario de Seguridad Pública.
15.- La ofensiva avanza sobre Veracruz, sigue en Tabasco y corre sobre el Golfo para tratar de minar la presencia de los Zetas, que se han apoderado del corredor costero y han abierto vasos comunicantes en el istmo para moverse y mover a los grupos que controlan.
Leyzaola y Bibiano son piezas clave en la estrategia de fondo de la Sedena, cuando la sucesión en la Lomas de Sotelo y las elecciones presidenciales van tornándose efervescentes e inciden en aspectos vitales de la situación nacional.
Son, también, la muestra viva de que la capacitación en derechos humanos en los cuarteles es una falacia.
Lo aprendido o lo enseñado allí se desmorona a culatazos, con miras telescópicas, en operativos para cazar Zetas o gente que se les parezca y en discursos que pregonan acciones duras y firmes para acabar con la delincuencia organizada, pero que al mismo tiempo avalan excesos, ejecuciones y el constante quiebre de un estado de derecho al que se busca restablecer contra viento y marea.
Pero, así es la guerra. ¿No?
1.- La entrevista de la periodista Sanjuana Martínez al General en retiro Carlos Bibiano Villa Castillo, ex director de Seguridad Pública Municipal de Torreón, Coahuila, es un testimonio invaluable que desnuda la ineficaz y grave estrategia calderonista de combate al narcotráfico.
2.- Con la franqueza y el estilo del militar añejo, de muchas batallas, preparado para matar y no para detener y averiguar, el General Bibiano, más que revelar, revuelve y lanza a la basura el discurso del Comandante Supremo, Felipe Calderón, y de su General de cuatro estrellas, Guillermo Galván, acerca del respeto a los derechos humanos, del restablecimiento del Estado de derecho en las zonas controladas por el narco, de la concientización de la tropa y la marinería sobre los derechos civiles y los límites del uso de la fuerza para controlar escenarios violentos.
3.- El testimonio del General Bibiano, sus vivencias y su forma de leer la realidad, de actuar ante ella, de justificar las ejecuciones sumarias contra Zetas y de seguir adelante con sus probados y exitosos modelos para restablecer el orden (6 soldados o policías muertos en Torreón, por 200 Zetas y/o colaboradores ejecutados), no son necesariamente la peor parte del asunto.
4.- Lo verdaderamente grave radica en que el General Bibiano y otros generales y coroneles y capitanes y tenientes, siguen esas pautas, esa misma estrategia en diversos puntos del país con el consentimiento del Presidente Felipe Calderón y de su secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván.
5.- Lo expresado por el General Bibiano en la entrevista confirma, para algunos, y revela, para otros, la verdadera naturaleza de una de las facetas de la guerra calderonista apoyada en el despliegue militar.
Los abusos de la tropa y la marinería como escenarios inevitables al enviar a las calles a los militares, fueron advertidos desde el inicio del mandato calderonista por columnistas, por especialistas y analistas en temas de seguridad y militarismo.
El descrédito y el escándalo en torno a estas apreciaciones fueron y han sido la constante de quienes apoyan la estrategia y la dinámica anticrimen del actual gobierno, justificando los excesos militares y tachando de ignorantes y hasta de lesivos a quienes investigan y opinan sobre estos temas.
6.- La brutalidad (ejecuciones paramilitares), la ineficacia (imperio del factor militarista sobre el factor justicia) y el retroceso investigativo (la eliminación del enemigo pervierte y anula cualquier posible transformación del aparato de procuración de justicia e impide que éste cambie, evolucione y traiga de regreso a sus cuarteles a las tropas de cielo, mar y tierra) caracterizan la estrategia calderonista de combate al narcotráfico.
7.- El General Bibiano, ahora flamante secretario de Seguridad Pública en Quintana Roo, abre un nuevo flanco en las filas militares y navales al asegurar sin cortapisas que él y su gente –ciento catorce militares, casi una compañía de 132 elementos– persiguen a los Zetas en Coahuila no para detenerlos y entregarlos a la justicia, sino para matarlos, para ejecutarlos sumariamente.
8.- Bibiano va a Quintana Roo con la aprobación del General Galván. Los buenos resultados, la reducción en un 50 por ciento de la delincuencia en Torreón y hacer correr a los Zetas y a los grupos que los apoyan, avalan la llegada de Bibiano. Va a lo mismo. Lleva el mismo aval de Los Pinos y de la Defensa Nacional.
9.- Desde la perspectiva y el planeamiento de la Sedena, la presencia del General Carlos Bibiano en la península va dirigida a cerrar la pinza, a bloquear al paso de armas, droga, indocumentados, automóviles, dinero y células operativas de los Zetas.
10.- El militar va a darle vida al proyecto que el asesinado General Mauro Enrique Tello Quiñones iba a echar a andar en 2009, cuando fue ejecutado por Zetas comandados por el Gori4, uno de los hermanos Almanza que operaban en Monterrey bajo las órdenes de Enrique Rejón Aguilar, El Mamito.
11.- La Sedena ha evaluado los escenarios de acción en Quintana Roo, en donde tras la muerte del General Tello y las sucesivas capturas de jefes de la plaza de Cancún para los Zetas, se abrieron espacios de avance para los militares, sobre todo a partir de movilizaciones civiles en contra del tráfico y trata de personas, actividad controlada por subgrupos criminales bajo las órdenes del cartel de Heriberto Lazcano y Miguel Treviño.
12.- Carlos Bibiano Castillo tendrá en el General Anastasio García Rodríguez, Comandante de la 34 Zona Militar con sede en Chetumal, a un aliado a modo, un militar que hace y deja hacer, sensiblemente práctico.
Hace unos días el General Anastasio reconoció ante reporteros locales que el narcotráfico va en aumento en la península, que Cozumel, Tulum, Playa del Carmen, Carrillo Puerto y Chetumal son activísimos centros de entrada y distribución de drogas.
“Si es que pasa (droga), mejor que no se quede aquí porque está incrementando”, les dijo el militar a los reporteros. Según la prensa quintanarroense, el General Anastasio “reconoció que la zona de la Riviera del Río Hondo, con una extensión de más de 100 kilómetros, y debido a su complejidad, al encontrarse en la frontera con Belice, es un área conflictiva”.
Es la misma zona que en 2009 la Marina anunció como sitio la construir nueve bases de operación avanzadas, con cerca de mil elementos patrullando y enfrentando al crimen organizado en una franja del territorio que es tierra de nadie.
13.- Algo similar va a suceder con el Teniente Coronel Julián Leyzaola en Ciudad Juárez, cuya llegada desde Tijuana está precedida por una estela de señalamientos por excesos, abusos de autoridad, presuntas torturas, detenciones ilegales, capturas de inocentes, delitos inventados y por sus técnicas de investigación que se convirtieron en casos firmes ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
14.- La ofensiva militar y naval contra los Zetas en el Golfo, avanza. Busca solidificarse en Tamaulipas en dos flancos; el de la Marina, presionando en operativos de precisión a Miguel Treviño (Z-40) y a Heriberto Lazcano (Lazca), y el de la Sedena, militarizando a la policía municipal con la presencia de generales y jefes como mandos de seguridad, y contabilizando ya la muerte del General Manuel Farfán Carriola, ejecutado el 3 de febrero en Nuevo Laredo, en donde era secretario de Seguridad Pública.
15.- La ofensiva avanza sobre Veracruz, sigue en Tabasco y corre sobre el Golfo para tratar de minar la presencia de los Zetas, que se han apoderado del corredor costero y han abierto vasos comunicantes en el istmo para moverse y mover a los grupos que controlan.
Leyzaola y Bibiano son piezas clave en la estrategia de fondo de la Sedena, cuando la sucesión en la Lomas de Sotelo y las elecciones presidenciales van tornándose efervescentes e inciden en aspectos vitales de la situación nacional.
Son, también, la muestra viva de que la capacitación en derechos humanos en los cuarteles es una falacia.
Lo aprendido o lo enseñado allí se desmorona a culatazos, con miras telescópicas, en operativos para cazar Zetas o gente que se les parezca y en discursos que pregonan acciones duras y firmes para acabar con la delincuencia organizada, pero que al mismo tiempo avalan excesos, ejecuciones y el constante quiebre de un estado de derecho al que se busca restablecer contra viento y marea.
Pero, así es la guerra. ¿No?
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