Aumenta el temor a la radiación en el desastre nuclear de Japón

Reuters

El nerviosismo mundial por la radiación de una planta nuclear dañada por el terremoto en Japón crecía, a pesar de que los ingenieros lograron algunos progresos en su intento por evitar un desastre mayor al ya causado por la peor crisis atómica desde Chernóbil.

El drama en el complejo de la planta nuclear de Fukushima continuaba mientras el país asiático lidia con las consecuencias del terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo que causaron al menos 21.000 muertos o desaparecidos.

Los técnicos que trabajan dentro de la zona de evacuación alrededor de la dañada planta en el noreste de Japón, sobre la costa del Pacífico, lograron finalmente conectar cables de energía a los seis reactores y comenzaron a bombear agua a uno de ellos para enfriar las barras de combustible nuclear.

"Vemos una luz para salir de la crisis", dijo un responsable citando al primer ministro Naoto Kan, permitiéndose un optimismo inusual en el momento más duro de Japón desde la Segunda Guerra Mundial.

Aún así, fuera de la planta, cada vez más pruebas evidentes de radiación detectada en vegetales, agua y leche provocaron nerviosismo en Japón y en el exterior a pesar de las declaraciones de las autoridades de que los niveles no eran peligrosos.

El operador de la planta nuclear, Tokyo Electric Power (TEPCO), dijo que se encontraron pequeños rastros de radiación en las aguas del Pacífico cercanas al lugar, un hecho tal vez no sorprendente puesto que los técnicos han estado echando agua de mar a los reactores desde el accidente.

El yodo radiactivo en las muestras marinas era 126,7 veces superior al límite permitido, mientras que el cesio era 24,8 veces mayor, informó la agencia de noticias Kyodo. Esto no plantea un riesgo inmediato, dijo TEPCO.

"Se tendría que beber este agua durante un año entero para acumular un millisievert", dijo un responsable de TEPCO en referencia a la unidad de medida de la radiación. Las personas están expuestas generalmente a 1 a 10 millisievert por año de radiación causada por sustancias en el aire y el suelo.

El Ministerio de Salud de Japón ha pedido a los residentes cercanos a la central que dejen de beber agua del grifo tras detectarse altos niveles de yodo radiactivo. También detuvo cargamentos de la zona como leche, espinacas y otras verduras locales llamadas kakina.

"Han sido detectados niveles de radiación que exceden los estándares provisionales (en algunos productos)", dijo el jefe de Gabinete, Yukio Edano.

"Lo que quiero que la gente entienda es que esos niveles no son suficientes para afectar a los humanos. Comer esos productos un par de veces no afectará a la salud de las personas", agregó.

Los expertos dicen que las mediciones son mucho menores a las de Chernóbil después del accidente de 1986 en Ucrania. Algunos advirtieron en contra de entrar en pánico.

"Tendría que comer o beber una cantidad importante para recibir un nivel de radiación que pudiera ser peligroso", dijo Laurence Williams, profesor de seguridad nuclear del Instituto John Tyndall en Reino Unido.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que el impacto de la radiación se estaba volviendo más serio de lo pensado inicialmente, cuando se esperaba que estuviera limitado a unos 20-30 kilómetros de la planta.

"Es lógico suponer que algún producto contaminado salga de la zona de contaminación", declaró Peter Cordingley, portavoz de la oficina regional de la OMS, a Reuters.

De todos modos, Cordingley dijo que no había pruebas de que estén llegando a otros países alimentos contaminados desde la prefectura de Fukushima.

No había informaciones importantes de alimentos contaminados en Tokio, una ciudad de unos 13 millones de habitantes ubicada a unos 240 kilómetros al sur del complejo de Fukushima. Muchos en Tokio permanecían en sus hogares o usaban mascarillas.

Algunos expatriados y locales se fueron del país la semana pasada poco después del accidente.

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