Después de un mes de iniciado el conflicto en Libia, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) aprobó este jueves adoptar “las medidas necesarias” para proteger a la población civil de los ataques del régimen de Muamar el Gadafi, incluidos bombardeos por aire y mar, así como la imposición de una zona de exclusión aérea solicitada por los rebeldes.
Horas después del anuncio, el viceministro de Relaciones Exteriores, Jaled Kaim ofreció una conferencia de prensa, en la que informó que el gobierno libio está dispuesto a un alto al fuego frente a la insurrección, pero pidió discutir antes los detalles de su aplicación.
Desde Trípoli, dijo:
"Estamos dispuestos a tomar esta decisión (la del alto el fuego), pero necesitamos un interlocutor bien preciso para discutir su aplicación. Hemos discutido la pasada noche con el emisario de la ONU (el jordano Abdul Ilá Jatib) y hemos planeado cuestiones legítimas sobre la aplicación del alto al fuego", agregó.
El proyecto de resolución propuesto por El Líbano y respaldado por Francia y Gran Bretaña fue aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU durante la sesión celebrada este día con 10 votos a favor. No hubo votos en contra, sólo cinco abstenciones, entre ellas las de China, Rusia y Alemania.
Según la resolución, se permite iniciar “todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y a las áreas pobladas bajo amenaza de ataques”, lo que incluye la zona de exclusión aérea.
De esta manera, el Consejo de Seguridad permite realizar ataques aéreos o desde mar para proteger a los civiles y las zonas habitadas por ellos que estén amenazadas.
También prevé la congelación de los activos de la petrolera estatal y del banco central por sus vínculos con el régimen de Gadafi.
Sin embargo, el resolutivo excluye una fuerza de ocupación militar.
De acuerdo con los impulsores del proyecto, el documento siguió las directrices marcadas por la Liga Árabe durante la reunión que sostuvieron sus miembros el sábado pasado en El Cairo.
Por su parte, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) alista, desde hace una semana, diferentes opciones de intervención para imponer la zona de exclusión aérea, aplicar un embargo de armas y lanzar una misión de ayuda humanitaria.
La decisión de la ONU fue celebrada por miles de personas que estaban concentradas en las calles de Bengasi, la segunda mayor ciudad de Libia y sede del movimiento rebelde, difundió la cadena de televisión Al Jazeera.
Horas antes del anuncio, Gadafi había advertido que atacaría Bengasi por la noche y “no habría piedad”.
En un discurso de audio difundido por la televisión estatal, el líder libio amenazó con "grandes bombardeos" sobre Bengasi si los rebeldes no se rendían antes de esta madrugada.
"Estas son las últimas horas de esta tragedia, llegaremos esta noche y no tendremos compasión", amenazó el líder libio.
Pero antes de esa advertencia, en un inusitado anuncio, el Comité General de la Defensa libio anunció, a través de la agencia oficial Jana, un cese de sus operaciones militares contra “las bandas terroristas armadas” a partir de la medianoche del sábado 19.
La decisión, señaló el Comité, es para dar oportunidad a las mencionadas “bandas terroristas” de “entregar las armas y beneficiarse de la amnistía general” prometida por Gadafi hace un par de días.
Jana, que emitió el anuncio con carácter “urgente”, no dio más detalles de los motivos que llevaron al Comité a adoptar esa medida.
En respuesta a la advertencia de Gadafi, de atacar Bengasi esta misma noche, Mustafa Geriani, vocero de la oposición, advirtió que las fuerzas del régimen tendrán un reto mucho mayor si intentan tomar la ciudad, pues sus habitantes están “armados hasta los dientes”.
Mientras el Consejo de Seguridad de la ONU sesionaba, las fuerzas de oposición luchaban por mantener al ejército de Gadafi fuera del territorio ganado.
Los ataques se concentraron en Adyabiya, la ciudad más cercana a Bengasi, bastión de las fuerzas rebeldes. El sitio fue objeto durante varias horas de intensos ataques aéreos.
Un hospital de la ciudad informó que al menos 30 personas murieron y otras 80 resultaron heridas en los combates registrados durante la noche.
Un directivo del nosocomio, quien omitió identificarse por miedo a represalias, dijo que hubo más lesionados pero no pudieron llegar al hospital.
Adyabiya es la última ciudad más importante en el paso de las fuerzas del régimen hacia Bengasi, sede del opositor Consejo Nacional Libio (CNL).
Para la tarde del jueves, las milicias gadafistas ya tenían rodeada la ciudad en tres puntos y sólo habían dejado libre el paso hacia Bengasi.
Horas después del anuncio, el viceministro de Relaciones Exteriores, Jaled Kaim ofreció una conferencia de prensa, en la que informó que el gobierno libio está dispuesto a un alto al fuego frente a la insurrección, pero pidió discutir antes los detalles de su aplicación.
Desde Trípoli, dijo:
"Estamos dispuestos a tomar esta decisión (la del alto el fuego), pero necesitamos un interlocutor bien preciso para discutir su aplicación. Hemos discutido la pasada noche con el emisario de la ONU (el jordano Abdul Ilá Jatib) y hemos planeado cuestiones legítimas sobre la aplicación del alto al fuego", agregó.
El proyecto de resolución propuesto por El Líbano y respaldado por Francia y Gran Bretaña fue aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU durante la sesión celebrada este día con 10 votos a favor. No hubo votos en contra, sólo cinco abstenciones, entre ellas las de China, Rusia y Alemania.
Según la resolución, se permite iniciar “todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y a las áreas pobladas bajo amenaza de ataques”, lo que incluye la zona de exclusión aérea.
De esta manera, el Consejo de Seguridad permite realizar ataques aéreos o desde mar para proteger a los civiles y las zonas habitadas por ellos que estén amenazadas.
También prevé la congelación de los activos de la petrolera estatal y del banco central por sus vínculos con el régimen de Gadafi.
Sin embargo, el resolutivo excluye una fuerza de ocupación militar.
De acuerdo con los impulsores del proyecto, el documento siguió las directrices marcadas por la Liga Árabe durante la reunión que sostuvieron sus miembros el sábado pasado en El Cairo.
Por su parte, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) alista, desde hace una semana, diferentes opciones de intervención para imponer la zona de exclusión aérea, aplicar un embargo de armas y lanzar una misión de ayuda humanitaria.
La decisión de la ONU fue celebrada por miles de personas que estaban concentradas en las calles de Bengasi, la segunda mayor ciudad de Libia y sede del movimiento rebelde, difundió la cadena de televisión Al Jazeera.
Horas antes del anuncio, Gadafi había advertido que atacaría Bengasi por la noche y “no habría piedad”.
En un discurso de audio difundido por la televisión estatal, el líder libio amenazó con "grandes bombardeos" sobre Bengasi si los rebeldes no se rendían antes de esta madrugada.
"Estas son las últimas horas de esta tragedia, llegaremos esta noche y no tendremos compasión", amenazó el líder libio.
Pero antes de esa advertencia, en un inusitado anuncio, el Comité General de la Defensa libio anunció, a través de la agencia oficial Jana, un cese de sus operaciones militares contra “las bandas terroristas armadas” a partir de la medianoche del sábado 19.
La decisión, señaló el Comité, es para dar oportunidad a las mencionadas “bandas terroristas” de “entregar las armas y beneficiarse de la amnistía general” prometida por Gadafi hace un par de días.
Jana, que emitió el anuncio con carácter “urgente”, no dio más detalles de los motivos que llevaron al Comité a adoptar esa medida.
En respuesta a la advertencia de Gadafi, de atacar Bengasi esta misma noche, Mustafa Geriani, vocero de la oposición, advirtió que las fuerzas del régimen tendrán un reto mucho mayor si intentan tomar la ciudad, pues sus habitantes están “armados hasta los dientes”.
Mientras el Consejo de Seguridad de la ONU sesionaba, las fuerzas de oposición luchaban por mantener al ejército de Gadafi fuera del territorio ganado.
Los ataques se concentraron en Adyabiya, la ciudad más cercana a Bengasi, bastión de las fuerzas rebeldes. El sitio fue objeto durante varias horas de intensos ataques aéreos.
Un hospital de la ciudad informó que al menos 30 personas murieron y otras 80 resultaron heridas en los combates registrados durante la noche.
Un directivo del nosocomio, quien omitió identificarse por miedo a represalias, dijo que hubo más lesionados pero no pudieron llegar al hospital.
Adyabiya es la última ciudad más importante en el paso de las fuerzas del régimen hacia Bengasi, sede del opositor Consejo Nacional Libio (CNL).
Para la tarde del jueves, las milicias gadafistas ya tenían rodeada la ciudad en tres puntos y sólo habían dejado libre el paso hacia Bengasi.
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