Amores y desamores de Morena

Martha Anaya / Crónica de Política

“Morena”, el Movimiento Regeneración Nacional que encabeza Andrés Manuel López Obrador, hizo bien patente sus amores y desamores, ayer, en el Auditorio Nacional.
Comencemos por los aplausos. Dos, enormes –quizás los más nutridos de todos— en temas inesperados: cuando Andrés Manuel López Obrador se comprometió a comunicar al país con ferrocarriles rápidos de pasajeros; y cuando garantizó el acceso universal al internet como parte del derecho constitucional a la información.

La ovación que esos puntos se llevaron fueron mayores incluso a cuando anunció que retiraría gradualmente al Ejército y la Marina del combate al narcotráfico, o que se elegirían democráticamente a los ministros de la Corte, o que el Presidente de la República se someta al principio de revocación del mandato, o que se democratizarán los medios de comunicación, o que limpiarían al gobierno de corrupción “de arriba hacia abajo, como se limpian las escaleras”.

En cuanto a abucheos, rechiflas y mentadas, los agraciados fueron (Felipe) Calderón, (Carlos) Salinas, (Vicente) Fox, Diego Fernández de Cevallos, Manlio Fabio Beltrones, (Enrique) Peña Nieto, Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego, Elba Esther Gordillo.
De todos aquellos que mencionó por nombre en algún momento, sólo Carlos Slim se salvó de una reacción en contra.

Pero vayamos por el principio. Al inicio del evento en que el ex candidato presidencial –y aspirante para el 2012—presentó su “Proyecto Alternativo y en el escenario le acompañaban (en sus respectivas sillas) Enrique González Pedrero, Rogelio Ramírez de la O, Enrique Semo, Carlos Tello, Víctor Flores Olea, Hugo Gutiérrez Vega, José María Pérez Gay, Héctor Vasconcelos, Ignacio Marbán, Julio Scherer Ibarra, Arnaldo Córdova, Héctor Díaz Polanco, Asa Cristina Laurel, Luis Armando Beltrán, Jaime Cárdenas. Y dos más que se llevaron fuerte ovación al presentarlos: Elena Poniatowska y Lorenzo Meyer.

Eran las diez de la mañana. Al frente, con su overol puesto y una camiseta negra con su “morena” al pecho, Byron Barranco se movía alegre micrófono en mano de un lado al otro del escenario frente a Andrés Manuel López Obrador y la gente cantaba con él y gritaba una y otra vez: ¡Morena!

La rola –sabrosa y con un ritmo pegajoso– inundó el Auditorio Nacional: “(…) morena linda/ morena hermana/ morena madre de la nación/ protege la lucha mexicana/ cuida las urnas de la elección”.

Comenzaba así la presentación del “Proyecto Alternativo” del tabasqueño rumbo al 2012. Porque, como él mismo dijo poco después, y para que no quedara duda alguna sobre su intención, “reitero que nuestro movimiento va a participar en las elecciones de 2012, porque le vamos a volver a ganar a la mafia del poder la Presidencia de la República”.

Claro, cada quien entendí a su gusto qué significaba aquello de “nuestro movimiento va a participar…”. Para algunos implica que él, Andrés Manuel, volverá a ser el candidato presidencial de la izquierda; para otros, que el tabasqueño será candidato para el 2012, pero no del PRD, quizás nomás del PT y Convergencia. Pero para ninguno de los que abarrotaron el Auditorio este domingo significaba el apoyo a otro candidato, léase Marcelo Ebrard o cualquier otro.

Los ahí presentes en su mayoría eran capitalinos. Pero también había representantes de todo los estados. A decir del ex procurador Bernardo Bátiz, les autorizaron traer a cuarenta de cada estado; él venía con los neoloneses y con ellos fue a sentarse.

Y aunque la mañana estaba más que a modo para la “grilla”, en tanto aún no se decidía quién dirigiría el sol azteca, Armando Bartra –primer orador del día—apuntó: “Algunos están muy atentos al humo blanco con sus celulares. ¡Qué lo desconecten!, aquí vamos a hablar de cosas más importantes”.

Comenzó así a hablar del “único” que, por su recorrido por el país, “le ha tentado el agua a los camotes” y sabe realmente cómo están las cosas en el país. De ahí que les hubiera pedido para sus análisis y propuestas: “no se anden con medias tintas, es hora de hablar fuerte, de hablar claro; que sus propuestas vayan a la raíz de los problemas.”

En las primeras filas alcanzábamos a distinguir a Pablo Gómez, Alejandro Encinas, Alberto Anaya, Jesús González Schmall,

Andrés Manuel –advertía Bartra—les va a hablar de mucha organización. Yo, “de proyecto, proyecto y más proyecto, porque sin proyecto no hay organización que valga y sin organización tampoco hay proyecto. Así que mucha organización y buen proyecto.”
A partir de ahí tomaron la voz Víctor Flores Olea –para hablar de política interior y exterior, para calificar el neoliberalismo como “un sistema de destrucciones” y demandar: “¡no queremos ser el sur del norte, sino el norte del sur”–; Rogelio Ramírez de la O –PRI y PAN creen que la economía está fuerte, nosotros pensamos que no está fuerte”–; Raquel Sosa –la felicidad del pueblo es nuestro objetivo—y Héctor Díaz Polanco —“no hay verdadera economía, ni política, ni cultura…, sin ética”–.
Un breve receso frente a los discursos, con la imagen en las pantallas de un videoclip de su rola convertida en himno: Morena.

Después, Andrés Manuel y sus 50 puntos del Proyecto Alternativo. Y si todos y cada uno de los oradores fue interrumpido por aplausos en algún momento de sus intervenciones, en el caso de López Obrador no sólo no faltaron sino que se escuchaban expresiones al son de “¡íjole!”, cada vez que mencionaba alguna reforma importante o señalaba algún nombre de los que considera integrantes de la “mafia de cuello blanco”.

Y para rematar, por supuesto, ¡Morena! Y la promesa de participar en el 2012.

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