José Gil Olmos
Felipe Calderón dijo hace un año que los 15 jóvenes ejecutados en la colonia Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde celebraban el cumpleaños de uno de sus amigos, eran pandilleros, con lo que dio a entender que por eso habían sido asesinados. Luego de una insulsa disculpa, lanzó su propuesta de recuperar esa ciudad fronteriza, emulando el plan con el que se recuperó Medellín (Colombia) del crimen organizado.
Fiel al fracaso, en ambas cosas erró el panista, dado que la disculpa no bastó. A un año del asesinato de los 15 jóvenes, el caso no ha sido resuelto, y el plan Todos somos Juárez se convirtió en un negocio para los empresarios de la construcción.
En el mencionado programa, que según su área de política pública contiene 160 compromisos, el gobierno federal invirtió más de 3 mil 300 millones de pesos, pero no logró activar la economía de la ciudad, tampoco restaurar el tejido social y mucho menos detuvo la ola de violencia, como se observó poco después de la matanza en Salvárcar.
El 12 de marzo de 2010, un grupo armado llegó al velorio de un joven, en la colonia Parajes del Sur, y disparó contra los asistentes. En el ataque murieron ocho personas de entre 16 y 28 años de edad.
El 3 de junio, cuatro jóvenes fueron asesinados y dos resultaron heridos en unas canchas de básquetbol, en el área deportiva de la Unidad Habitacional Emiliano Zapata.
El 22 de octubre, un comando irrumpió en una fiesta en la colonia Horizontes del Sur, en Ciudad Juárez, y disparó. Ahí Murieron 14 personas, cuatro de ellas menores de edad; además, dos niños (de siete y 11 años de edad) fueron lesionados en el ataque.
El 23 de enero de este año, a escasos días de la visita de Margarita Zavala de Calderón, otros siete jóvenes fueron asesinados por un grupo armado mientras jugaban futbol en una cancha construida con fondos del programa de rescate a Ciudad Juárez.
Según el secretario de Seguridad Pública (SSP), Genaro García Luna, las ejecuciones cometidas en Ciudad Juárez a partir del último bimestre de 2010 han disminuido 46%, ya qye de noviembre a diciembre, dijo, se registraron 333 en total, mientras que de septiembre a octubre del año pasado se contabilizaron 552 homicidios, de acuerdo con la base de datos de Consejo de Seguridad Nacional.
Sin embargo, habría que recordar que sólo en Ciudad Juárez, el año anterior hubo 2 mil 738 ejecuciones, de las 15 mil que se registraron en todo el país.
Todavía el pasado 20 de enero, justo cuando se cumplía un año de la muerte de los 15 jóvenes de Salvárcar, fue asesinada de seis balazos Karina Ivette Ibarra Soria. De los seis impactos que recibió la joven de 16 años por parte de policías federales, uno de ellos perforó su cuello. Otra jovencita que la acompañaba, cuyo nombre se reservó por razones de seguridad, resultó herida.
Si la violencia no ha parado en Juárez, el plan de Calderón para rehacer esta ciudad tampoco ha logrado sus objetivos mínimos. Por ejemplo, el primer compromiso de los 160 que integran el plan Todos Somos Juárez, proponía que para diciembre del año pasado se ajustarían los sistemas de emergencia para reducir el tiempo de respuesta a menos de siete minutos. No obstante, la organización Ciudadanos por una Mejor Administración Pública confirmó que el tiempo de respuesta de los cuerpos de seguridad es de 25 minutos y en un buen número de llamadas el auxilio nunca llega.
En cuanto al combate al lavado de dinero para desarticular redes de financiamiento del crimen organizado, las autoridades federales ofrecieron una recompensa a quien denuncie a delincuentes involucrados, con la idea de incautar 25% de los recursos ilícitos. Sin embargo, a la fecha no se ha dado a conocer una sola detención o la entrega de tales recompensas.
De los vehículos robados, ni se diga. De acuerdo con la Asociación de Agentes Aduanales de Juárez, apenas se logró la legalización de aproximadamente 15 mil automóviles, de un total de 80 mil que sin placas circulan de manera ilegal en la ciudad.
En cuanto al programa Escuelas Seguras, el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia corroboró que en muchos de los planteles con letreros que tienen esa certificación, el personal docente no tenía el conocimiento ni la logística requerida para su aplicación, y algunos ni siquiera sabían que eran parte del proyecto.
En el tema de desarrollo económico, el compromiso era generar empleo, principalmente para los jóvenes, mediante programas de capacitación, y dar apoyo para que crearan sus propios negocios. De los mil jóvenes que se planeaba ayudar, en octubre apenas iban 400. Y más: no se tomó en cuenta que 64% de los jóvenes juarenses no trabaja ni estudia
Así podríamos seguir enumerando los compromisos hechos por Calderón para restituir el tejido social de Ciudad Juárez, con canchas deportivas que no han servido para nada; servicios médicos insuficientes, porque el personal ha huido frente a la inseguridad; huérfanos abandonados, o viudas en la total indefensión.
Nuevamente los cálculos de presidente panista vuelven a ser erróneos, porque se la ha olvidado un aspecto fundamental: tomar en cuenta a la sociedad.
Felipe Calderón dijo hace un año que los 15 jóvenes ejecutados en la colonia Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde celebraban el cumpleaños de uno de sus amigos, eran pandilleros, con lo que dio a entender que por eso habían sido asesinados. Luego de una insulsa disculpa, lanzó su propuesta de recuperar esa ciudad fronteriza, emulando el plan con el que se recuperó Medellín (Colombia) del crimen organizado.
Fiel al fracaso, en ambas cosas erró el panista, dado que la disculpa no bastó. A un año del asesinato de los 15 jóvenes, el caso no ha sido resuelto, y el plan Todos somos Juárez se convirtió en un negocio para los empresarios de la construcción.
En el mencionado programa, que según su área de política pública contiene 160 compromisos, el gobierno federal invirtió más de 3 mil 300 millones de pesos, pero no logró activar la economía de la ciudad, tampoco restaurar el tejido social y mucho menos detuvo la ola de violencia, como se observó poco después de la matanza en Salvárcar.
El 12 de marzo de 2010, un grupo armado llegó al velorio de un joven, en la colonia Parajes del Sur, y disparó contra los asistentes. En el ataque murieron ocho personas de entre 16 y 28 años de edad.
El 3 de junio, cuatro jóvenes fueron asesinados y dos resultaron heridos en unas canchas de básquetbol, en el área deportiva de la Unidad Habitacional Emiliano Zapata.
El 22 de octubre, un comando irrumpió en una fiesta en la colonia Horizontes del Sur, en Ciudad Juárez, y disparó. Ahí Murieron 14 personas, cuatro de ellas menores de edad; además, dos niños (de siete y 11 años de edad) fueron lesionados en el ataque.
El 23 de enero de este año, a escasos días de la visita de Margarita Zavala de Calderón, otros siete jóvenes fueron asesinados por un grupo armado mientras jugaban futbol en una cancha construida con fondos del programa de rescate a Ciudad Juárez.
Según el secretario de Seguridad Pública (SSP), Genaro García Luna, las ejecuciones cometidas en Ciudad Juárez a partir del último bimestre de 2010 han disminuido 46%, ya qye de noviembre a diciembre, dijo, se registraron 333 en total, mientras que de septiembre a octubre del año pasado se contabilizaron 552 homicidios, de acuerdo con la base de datos de Consejo de Seguridad Nacional.
Sin embargo, habría que recordar que sólo en Ciudad Juárez, el año anterior hubo 2 mil 738 ejecuciones, de las 15 mil que se registraron en todo el país.
Todavía el pasado 20 de enero, justo cuando se cumplía un año de la muerte de los 15 jóvenes de Salvárcar, fue asesinada de seis balazos Karina Ivette Ibarra Soria. De los seis impactos que recibió la joven de 16 años por parte de policías federales, uno de ellos perforó su cuello. Otra jovencita que la acompañaba, cuyo nombre se reservó por razones de seguridad, resultó herida.
Si la violencia no ha parado en Juárez, el plan de Calderón para rehacer esta ciudad tampoco ha logrado sus objetivos mínimos. Por ejemplo, el primer compromiso de los 160 que integran el plan Todos Somos Juárez, proponía que para diciembre del año pasado se ajustarían los sistemas de emergencia para reducir el tiempo de respuesta a menos de siete minutos. No obstante, la organización Ciudadanos por una Mejor Administración Pública confirmó que el tiempo de respuesta de los cuerpos de seguridad es de 25 minutos y en un buen número de llamadas el auxilio nunca llega.
En cuanto al combate al lavado de dinero para desarticular redes de financiamiento del crimen organizado, las autoridades federales ofrecieron una recompensa a quien denuncie a delincuentes involucrados, con la idea de incautar 25% de los recursos ilícitos. Sin embargo, a la fecha no se ha dado a conocer una sola detención o la entrega de tales recompensas.
De los vehículos robados, ni se diga. De acuerdo con la Asociación de Agentes Aduanales de Juárez, apenas se logró la legalización de aproximadamente 15 mil automóviles, de un total de 80 mil que sin placas circulan de manera ilegal en la ciudad.
En cuanto al programa Escuelas Seguras, el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia corroboró que en muchos de los planteles con letreros que tienen esa certificación, el personal docente no tenía el conocimiento ni la logística requerida para su aplicación, y algunos ni siquiera sabían que eran parte del proyecto.
En el tema de desarrollo económico, el compromiso era generar empleo, principalmente para los jóvenes, mediante programas de capacitación, y dar apoyo para que crearan sus propios negocios. De los mil jóvenes que se planeaba ayudar, en octubre apenas iban 400. Y más: no se tomó en cuenta que 64% de los jóvenes juarenses no trabaja ni estudia
Así podríamos seguir enumerando los compromisos hechos por Calderón para restituir el tejido social de Ciudad Juárez, con canchas deportivas que no han servido para nada; servicios médicos insuficientes, porque el personal ha huido frente a la inseguridad; huérfanos abandonados, o viudas en la total indefensión.
Nuevamente los cálculos de presidente panista vuelven a ser erróneos, porque se la ha olvidado un aspecto fundamental: tomar en cuenta a la sociedad.
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