Álvaro Cepeda Neri
En Sonora (donde dos o tres desaladoras, o al menos una en Bahía de Kino, resolverían el desabasto de agua), todo está conforme a la divisa de Guiseppe Tomasi de Lampedusa, autor de El Gatopardo: “cambiarlo todo, de tal manera que todo siga igual”. Lo nuevo es que no permanece igual, sino peor. Padrés ya canceló sus lunes informativos… ¡porque no tenía nada que informar, dada la flojera para gobernar! El resto del equipo de Padrés, está en las mismas de su jefe: inactivos. Ni cachan ni pichan ni dejan batear, pero la corrupción ha ido más allá de la que hubo con el priista Bours, pues al parecer los panistas tienen las uñas más largas y rápidas con eso de que el “hueso” les puede durar poco si es que Padrés tiene que renunciar por sus males físicos que le impiden, además de la “hueva”, siquiera medio administrar.
Eso sí, cobran comisiones hasta por las comisiones. Los empresarios que apoyaron a Padrés están que echan pestes contra él, ya que no pueden actuar si no dan el “diezmo” a los gestores. Y su hermano y cuñado deciden a quién, de a cómo y por adela se le entregan los contratos cuando alguien quiere intervenir en obras, servicios y bienes gubernamentales. Es queja generalizada que todo es un botín. Nada se arregla si no hay el “¡ábrete sésamo!”, como prueba de que la corrupción panista está a toda marcha. Y es que se sabe que Padrés (sabrá Dios si las colectas son para eso) tiene fuertes deudas de cuando su campaña.
Ese gobierno panista (al que apoyan los municipales de Cajeme, pero no los agricultores y sonorenses que luchan para que Padrés y compañía no les roben el preciado bien del agua de la presa El Novillo), no ha emprendido alguna obra de beneficio colectivo. Y el presupuesto de construcción del Acueducto Independencia (que no servirá cuando escasee el vital líquido) ha sido inflado para beneficio de la empresa fantasma. Funcionarios de Padrés intentaron sobornar a los Jefes de las Tribus Yaquis para que aceptaran que les quitaran lo que les corresponde para sus siembras, a lo cual se negaron y tienen mantas en sus comunidades oponiéndose a la arbitrariedad y la corrupción.
Se fue un mal gobernador, como fue el multimillonario de pollos y huevos, José Eduardo Robinson-Bours, pero ascendió Guillermo Padrés Elías, quien sólo cobra su millonario sueldo, prestaciones (paga con dinero público sus medicinas, médicos, diálisis) y lo miran entretenido jugando con su teléfono móvil. Dicen que lo ven “ido”, mientras los subalternos, como un tal Morales, el “gordo y calvo” jefe o director de comunicación paga supuestamente “publicidad” a los medios de comunicación para que pasen de largo ante la indolencia de su jefe (quien siguen enviando sus ataques en la “columna” que le publica El Expreso del multimillonario naviero guaymense y quien ya piensa cerrar su miniperiódico). Mientras tanto impera la corrupción, nula administración y mal gobierno de Padrés, quien es un cero a la izquierda. Y se rumora que se irá muy pronto, por sus fracasos y enfermedades.
En Sonora (donde dos o tres desaladoras, o al menos una en Bahía de Kino, resolverían el desabasto de agua), todo está conforme a la divisa de Guiseppe Tomasi de Lampedusa, autor de El Gatopardo: “cambiarlo todo, de tal manera que todo siga igual”. Lo nuevo es que no permanece igual, sino peor. Padrés ya canceló sus lunes informativos… ¡porque no tenía nada que informar, dada la flojera para gobernar! El resto del equipo de Padrés, está en las mismas de su jefe: inactivos. Ni cachan ni pichan ni dejan batear, pero la corrupción ha ido más allá de la que hubo con el priista Bours, pues al parecer los panistas tienen las uñas más largas y rápidas con eso de que el “hueso” les puede durar poco si es que Padrés tiene que renunciar por sus males físicos que le impiden, además de la “hueva”, siquiera medio administrar.
Eso sí, cobran comisiones hasta por las comisiones. Los empresarios que apoyaron a Padrés están que echan pestes contra él, ya que no pueden actuar si no dan el “diezmo” a los gestores. Y su hermano y cuñado deciden a quién, de a cómo y por adela se le entregan los contratos cuando alguien quiere intervenir en obras, servicios y bienes gubernamentales. Es queja generalizada que todo es un botín. Nada se arregla si no hay el “¡ábrete sésamo!”, como prueba de que la corrupción panista está a toda marcha. Y es que se sabe que Padrés (sabrá Dios si las colectas son para eso) tiene fuertes deudas de cuando su campaña.
Ese gobierno panista (al que apoyan los municipales de Cajeme, pero no los agricultores y sonorenses que luchan para que Padrés y compañía no les roben el preciado bien del agua de la presa El Novillo), no ha emprendido alguna obra de beneficio colectivo. Y el presupuesto de construcción del Acueducto Independencia (que no servirá cuando escasee el vital líquido) ha sido inflado para beneficio de la empresa fantasma. Funcionarios de Padrés intentaron sobornar a los Jefes de las Tribus Yaquis para que aceptaran que les quitaran lo que les corresponde para sus siembras, a lo cual se negaron y tienen mantas en sus comunidades oponiéndose a la arbitrariedad y la corrupción.
Se fue un mal gobernador, como fue el multimillonario de pollos y huevos, José Eduardo Robinson-Bours, pero ascendió Guillermo Padrés Elías, quien sólo cobra su millonario sueldo, prestaciones (paga con dinero público sus medicinas, médicos, diálisis) y lo miran entretenido jugando con su teléfono móvil. Dicen que lo ven “ido”, mientras los subalternos, como un tal Morales, el “gordo y calvo” jefe o director de comunicación paga supuestamente “publicidad” a los medios de comunicación para que pasen de largo ante la indolencia de su jefe (quien siguen enviando sus ataques en la “columna” que le publica El Expreso del multimillonario naviero guaymense y quien ya piensa cerrar su miniperiódico). Mientras tanto impera la corrupción, nula administración y mal gobierno de Padrés, quien es un cero a la izquierda. Y se rumora que se irá muy pronto, por sus fracasos y enfermedades.
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