Rubén Cortés
Todo apunta a que sí va la alianza en el Edomex. Por eso, aun cuando aparentemente no existen elementos en su favor, PAN- PRD siguen haciendo una plataforma conjunta, preparando una consulta pública e insistiendo que con alianza sí ganan.
No lo hacen por necios ni para lanzar un candidato menor como Purificación Carpinteyro o Ulises Ramírez, lo único que supuestamente les queda, tras las negativas de Alejandro Martí, Juan Ramón de la Fuente, Carlos Hank, Alfredo Elías Ayub…
Porfían porque deben tener un tapado, condición que nadie encarnaría mejor que Josefina Vázquez Mota, aun cuando ha reiterado su desinterés en la candidatura: informaciones cruzadas advierten de altísimas posibilidades de que accedió a los vehementes pedidos de su partido.
Si fuese ella, se entendería que:
—La alianza está operada al más alto nivel.
—El PRD no termina de aceptar como candidato a Encinas porque en Josefina tiene una candidata mejor.
—La consulta sería para quitarse de encima a Encinas y darle legitimidad a la llegada de Vázquez Mota.
—El lanzamiento de Carpinteyro es un señuelo para ocultar una jugada maestra, en la que ésta declinaría en favor de Josefina: una mujer abre paso a otra mujer.
En esa lógica, Vázquez Mota sería una tapada a la vieja usanza: oculta, no desgastada por el golpeteo de los estira y encoge de las luchas intestinas de los partidos y con la atención desviada hacia otras figuras para emerger al final como candidata ideal.
Además, nadie mejor para encarrilar un penetrante discurso de campaña en las masas para oponerse al “radicalismo” lopezobradorista y al “caciquismo” del PRI: la diputada panista aparecería como una verdadera opción para combatir dos polarizaciones.
Mientras tanto, el único obstáculo para la alianza son AMLO y su escudero Encinas, pero a ellos Gustavo Madero y Jesús Ortega los sacarán del juego con la consulta popular acerca de ir o no ir en alianza, en la que ambos líderes prevén que la respuesta será mayoritariamente por el sí.
Ahora, al que le cambia la jugada una Vázquez Mota “tapada” es a Peña Nieto, quien estará obligado a decidirse como candidato priista por el más competitivo y pueda vencerla: ya no cuál sería mejor para él, sino para enfrentarla a ella.
Es decir, deberá decidirse por alguien que haya trabajado los temas sociales, que pueda exhibir logros en relación con el beneficio a las mujeres, ya que Vázquez Mota, como mujer, ya tiene un paso por delante en ese sentido.
¿Qué cómo justificaría Vázquez Mota su aceptación después de haber reiterado que no iría por la candidatura del Edomex? Muy fácil: únicamente tiene que decir que sólo las piedras no cambian de opinión.
Todo apunta a que sí va la alianza en el Edomex. Por eso, aun cuando aparentemente no existen elementos en su favor, PAN- PRD siguen haciendo una plataforma conjunta, preparando una consulta pública e insistiendo que con alianza sí ganan.
No lo hacen por necios ni para lanzar un candidato menor como Purificación Carpinteyro o Ulises Ramírez, lo único que supuestamente les queda, tras las negativas de Alejandro Martí, Juan Ramón de la Fuente, Carlos Hank, Alfredo Elías Ayub…
Porfían porque deben tener un tapado, condición que nadie encarnaría mejor que Josefina Vázquez Mota, aun cuando ha reiterado su desinterés en la candidatura: informaciones cruzadas advierten de altísimas posibilidades de que accedió a los vehementes pedidos de su partido.
Si fuese ella, se entendería que:
—La alianza está operada al más alto nivel.
—El PRD no termina de aceptar como candidato a Encinas porque en Josefina tiene una candidata mejor.
—La consulta sería para quitarse de encima a Encinas y darle legitimidad a la llegada de Vázquez Mota.
—El lanzamiento de Carpinteyro es un señuelo para ocultar una jugada maestra, en la que ésta declinaría en favor de Josefina: una mujer abre paso a otra mujer.
En esa lógica, Vázquez Mota sería una tapada a la vieja usanza: oculta, no desgastada por el golpeteo de los estira y encoge de las luchas intestinas de los partidos y con la atención desviada hacia otras figuras para emerger al final como candidata ideal.
Además, nadie mejor para encarrilar un penetrante discurso de campaña en las masas para oponerse al “radicalismo” lopezobradorista y al “caciquismo” del PRI: la diputada panista aparecería como una verdadera opción para combatir dos polarizaciones.
Mientras tanto, el único obstáculo para la alianza son AMLO y su escudero Encinas, pero a ellos Gustavo Madero y Jesús Ortega los sacarán del juego con la consulta popular acerca de ir o no ir en alianza, en la que ambos líderes prevén que la respuesta será mayoritariamente por el sí.
Ahora, al que le cambia la jugada una Vázquez Mota “tapada” es a Peña Nieto, quien estará obligado a decidirse como candidato priista por el más competitivo y pueda vencerla: ya no cuál sería mejor para él, sino para enfrentarla a ella.
Es decir, deberá decidirse por alguien que haya trabajado los temas sociales, que pueda exhibir logros en relación con el beneficio a las mujeres, ya que Vázquez Mota, como mujer, ya tiene un paso por delante en ese sentido.
¿Qué cómo justificaría Vázquez Mota su aceptación después de haber reiterado que no iría por la candidatura del Edomex? Muy fácil: únicamente tiene que decir que sólo las piedras no cambian de opinión.
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