El actor Héctor Bonilla consideró que la salida de Carmen Aristegui de la empresa MVS por comentar el presunto alcoholismo de Felipe Calderón es un acto de censura y señaló que la Presidencia de la República debería aclarar si el jefe del Ejecutivo padece esta enfermedad, ya que hasta el momento no lo ha aclarado.
“El comentario de Carmen fue objetivo, con una posición editorial analítica”, dijo el actor, luego de señalar que un grupo de artistas e intelectuales alistan una carta de protesta y acciones en solidaridad con la periodista, a la que consideran una voz crítica necesaria en la opinión pública nacional.
“Es inadmisible esta situación, toda la sociedad civil debemos de manifestarnos porque en este momento por el que atraviesa el país se trata de una acción que va en contra de la libertad de informar”, señaló Bonilla.
“Que se den cuenta que no estamos en la época de Díaz Ordaz, no es admisible por ningún concepto aceptar una decisión de esta naturaleza que es atrabiliaria y que ofende a toda la gente de bien de este país”, dijo al advertir que es un error del gobierno y de las empresas de medios pretender que los comunicadores se conviertan en el perro Nipper, “viendo la bocina y escuchando la voz del amo”.
Bonilla insistió en señalar que ya no estamos en la época de la censura y tampoco en que se considere a los trabajadores como incondicionales de los patrones.
“Somos ciudadanos, sabemos exigir nuestros derechos porque cumplimos con nuestras obligaciones”, precisó al hacer un llamado a una manifestación social por la libertad de expresión y en apoyo a Carmen Aristegui.
La salida de la conductora de noticias dijo que representa arrastrar el miedo de la empresa MVS a recibir una represalia del gobierno federal.
“Se debe entender de que no puede haber una comunicación que no sea en el seno de la amplia libertad que necesita una editorialista, no estamos en la época de Díaz Ordaz”, insistió.
Indicó que es momento de ventilar todos los problemas del país, porque ello forma parte de la consolidación de la vida democrática.
“Mal haríamos todos sus escuchas en quedarnos callados”, advirtió.
Sobre el tema del presunto alcoholismo de Calderón, dijo que cuando escuchó a Carmen Aristegui mencionar la actuación de los diputados del Partido del Trabajo (PT) en la Cámara de Diputados, no percibió ninguna falta a la ética y tampoco hacer una apología del presidente.
“Ella habló con mucha seriedad acerca de esta acción del diputado Gerardo Fernández Noroña y de que era necesaria una respuesta de la Presidencia, y yo coincido totalmente con ella. Pero desgraciadamente la oficina de la Presidencia no dio una respuesta puntual como se debió haber hecho hacia el diputado”, deploró.
Héctor Bonilla se manifestó en contra de la acción de los legisladores petistas e incluso la calificó de “publicidad barata”, pero insistió en que la Presidencia de la República debió haber dado una respuesta y no guardar silencio.
“Es un acto de censura evidente, no se le puede llamar de otra manera”, calificó Bonilla la salida de la conductora.
“Es una mordaza a la libertad de prensa y eso no puede pasar en México. La sociedad civil esta urgida de ventilar los asuntos que aparentemente pasan con toda impunidad”, indicó al considerar que es tiempo de manotear sobre la mesa y decir: “¿Qué pasa? ¿Con qué derecho están actuando así? Así de sencillo”.
“El comentario de Carmen fue objetivo, con una posición editorial analítica”, dijo el actor, luego de señalar que un grupo de artistas e intelectuales alistan una carta de protesta y acciones en solidaridad con la periodista, a la que consideran una voz crítica necesaria en la opinión pública nacional.
“Es inadmisible esta situación, toda la sociedad civil debemos de manifestarnos porque en este momento por el que atraviesa el país se trata de una acción que va en contra de la libertad de informar”, señaló Bonilla.
“Que se den cuenta que no estamos en la época de Díaz Ordaz, no es admisible por ningún concepto aceptar una decisión de esta naturaleza que es atrabiliaria y que ofende a toda la gente de bien de este país”, dijo al advertir que es un error del gobierno y de las empresas de medios pretender que los comunicadores se conviertan en el perro Nipper, “viendo la bocina y escuchando la voz del amo”.
Bonilla insistió en señalar que ya no estamos en la época de la censura y tampoco en que se considere a los trabajadores como incondicionales de los patrones.
“Somos ciudadanos, sabemos exigir nuestros derechos porque cumplimos con nuestras obligaciones”, precisó al hacer un llamado a una manifestación social por la libertad de expresión y en apoyo a Carmen Aristegui.
La salida de la conductora de noticias dijo que representa arrastrar el miedo de la empresa MVS a recibir una represalia del gobierno federal.
“Se debe entender de que no puede haber una comunicación que no sea en el seno de la amplia libertad que necesita una editorialista, no estamos en la época de Díaz Ordaz”, insistió.
Indicó que es momento de ventilar todos los problemas del país, porque ello forma parte de la consolidación de la vida democrática.
“Mal haríamos todos sus escuchas en quedarnos callados”, advirtió.
Sobre el tema del presunto alcoholismo de Calderón, dijo que cuando escuchó a Carmen Aristegui mencionar la actuación de los diputados del Partido del Trabajo (PT) en la Cámara de Diputados, no percibió ninguna falta a la ética y tampoco hacer una apología del presidente.
“Ella habló con mucha seriedad acerca de esta acción del diputado Gerardo Fernández Noroña y de que era necesaria una respuesta de la Presidencia, y yo coincido totalmente con ella. Pero desgraciadamente la oficina de la Presidencia no dio una respuesta puntual como se debió haber hecho hacia el diputado”, deploró.
Héctor Bonilla se manifestó en contra de la acción de los legisladores petistas e incluso la calificó de “publicidad barata”, pero insistió en que la Presidencia de la República debió haber dado una respuesta y no guardar silencio.
“Es un acto de censura evidente, no se le puede llamar de otra manera”, calificó Bonilla la salida de la conductora.
“Es una mordaza a la libertad de prensa y eso no puede pasar en México. La sociedad civil esta urgida de ventilar los asuntos que aparentemente pasan con toda impunidad”, indicó al considerar que es tiempo de manotear sobre la mesa y decir: “¿Qué pasa? ¿Con qué derecho están actuando así? Así de sencillo”.
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