Al ofrecer ayer una conferencia de prensa para comentar los datos relativos al desempeño económico del país durante 2010, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, tuvo un “tropiezo declarativo” que generó una verdadera avalancha de críticas.
Cuestionado en relación al hecho -cierto sin duda- de que los ciudadanos no perciben en su bolsillo la mejoría económica de la cual hablan las cifras oficiales, el responsable de la hacienda pública se explayó en su respuesta y, en un intento por ser absolutamente claro terminó tropezando con sus propias palabras.
Y es que aún cuando reconoció, al responder a la citada pregunta, que en éste y en otros ámbitos, “la percepción que tenemos los mexicanos... es peor de lo que los datos efectivamente muestran” y por ello “hay que seguir trabajando muy duro”, la parte final de su comentario terminó por distorsionar toda la argumentación previa.
“...son muchas familias mexicanas, donde, con ingresos, ya no digas de 13 mil pesos al mes, con ingresos de 6 mil pesos al mes hay familias mexicanas que tienen el crédito para una vivienda, que tienen el crédito para un coche, que se dan el tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas”, dijo el titular de Hacienda.
El contexto de la frase cuenta, por supuesto, pues el secretario Cordero dijo lo anterior cuando intentaba explicar que eso es una prueba de que las familias mexicanas son muy “luchadoras” y hacen “milagros” con escasos ingresos.
Es cierto que el titular de las finanzas públicas nunca dijo que seis mil pesos son suficientes para que una familia sobreviva cubriendo, además de lo indispensable, el pago de una casa, de un vehículo y las colegiaturas de una escuela privada.
Lo que sí dijo, sin embargo, es que muchas familias en México logran hacer “malabares” con su presupuesto para conseguir satisfactores que se antojarían lejanos a sus posibilidades.
Valdría la pena, desde luego, que Ernesto Cordero puntualizara de dónde salen tales cifras, cómo se hizo de la información que prueba el hecho de que una familia puede lograr tales “proezas” con seis mil pesos al mes.
En tanto, en el ambiente queda flotando la impresión de que el Secretario de Hacienda, o no cuenta con la información suficiente sobre la realidad que viven las familias de menores ingresos, o carece de la sensibilidad política para entender que el de la pobreza es un tema que no puede trivializarse en una conferencia de prensa.
En todo caso, aún cuando la expresión ha sido “matizada” mediante oportunas aclaraciones, el hecho ha dejado la impresión de que al frente de la SHyCP se encuentra un individuo cuya percepción sobre la realidad que viven cotidianamente millones de personas en México es, por decir lo menos, desinformada.
Cuestionado en relación al hecho -cierto sin duda- de que los ciudadanos no perciben en su bolsillo la mejoría económica de la cual hablan las cifras oficiales, el responsable de la hacienda pública se explayó en su respuesta y, en un intento por ser absolutamente claro terminó tropezando con sus propias palabras.
Y es que aún cuando reconoció, al responder a la citada pregunta, que en éste y en otros ámbitos, “la percepción que tenemos los mexicanos... es peor de lo que los datos efectivamente muestran” y por ello “hay que seguir trabajando muy duro”, la parte final de su comentario terminó por distorsionar toda la argumentación previa.
“...son muchas familias mexicanas, donde, con ingresos, ya no digas de 13 mil pesos al mes, con ingresos de 6 mil pesos al mes hay familias mexicanas que tienen el crédito para una vivienda, que tienen el crédito para un coche, que se dan el tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas”, dijo el titular de Hacienda.
El contexto de la frase cuenta, por supuesto, pues el secretario Cordero dijo lo anterior cuando intentaba explicar que eso es una prueba de que las familias mexicanas son muy “luchadoras” y hacen “milagros” con escasos ingresos.
Es cierto que el titular de las finanzas públicas nunca dijo que seis mil pesos son suficientes para que una familia sobreviva cubriendo, además de lo indispensable, el pago de una casa, de un vehículo y las colegiaturas de una escuela privada.
Lo que sí dijo, sin embargo, es que muchas familias en México logran hacer “malabares” con su presupuesto para conseguir satisfactores que se antojarían lejanos a sus posibilidades.
Valdría la pena, desde luego, que Ernesto Cordero puntualizara de dónde salen tales cifras, cómo se hizo de la información que prueba el hecho de que una familia puede lograr tales “proezas” con seis mil pesos al mes.
En tanto, en el ambiente queda flotando la impresión de que el Secretario de Hacienda, o no cuenta con la información suficiente sobre la realidad que viven las familias de menores ingresos, o carece de la sensibilidad política para entender que el de la pobreza es un tema que no puede trivializarse en una conferencia de prensa.
En todo caso, aún cuando la expresión ha sido “matizada” mediante oportunas aclaraciones, el hecho ha dejado la impresión de que al frente de la SHyCP se encuentra un individuo cuya percepción sobre la realidad que viven cotidianamente millones de personas en México es, por decir lo menos, desinformada.
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