Afp, Dpa, Reuters
El Cairo, 1º de febrero. ¡Vete! ¡vete! ¡vete ya!, gritaron medio millón de voces que estremecieron la plaza cariota de Tahrir al anuncio hecho este martes en la noche por el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, de que no se presentará a las próximas elecciones –que pidió al Parlamento que adelante–, y en el que aseguró que morirá en el país, al que defendí.
Lo digo con sinceridad y sin tener en cuenta la situación actual: no pensaba presentarme a un nuevo mandato presidencial, afirmó Mubarak al culminar una histórica jornada en la que cientos de miles se manifestaron en toda la nación, desde El Cairo, Alejandría y Luxor, para exigir la renuncia del general retirado, quien lleva 30 años en el poder:
Ahora estoy absolutamente decidido a culminar mi trabajo para la nación de un modo que asegure la entrega de su custodia, preservando su legitimidad y respetando la Constitución, agregó el mandatario en su alocución televisada, que sólo duró unos minutos.
En los meses restantes de mi mandato voy a trabajar para tomar las medidas y asegurar la transferencia pacífica de poder, enfatizó el octagenario, quien va en su quinto mandato presidencial; no precisó hasta cuándo termina su periodo actual.
Mubarak apeló al Parlamento para que debata las enmiendas a los artículos 76 y 77 de la Constitución, que cambiarían las condiciones de las candidaturas a la presidencia y limitarían el mandato . El actual esquema prácticamente cierra la puerta a abanderados independientes y permite que el mandato presidencial, que dura seis años, sea ilimitado; los próximos comicios están previstos para septiembre.
Durante su discurso, Mubarak instruyó a la policía a cumplir su papel protegiendo a los ciudadanos con corrección; respetando sus derechos, libertades y dignidad. Pido a las autoridades de control y a las fuerzas de seguridad tomar cuanto antes las medidas necesarias para detener a los que están fuera de la ley y que han causado desórdenes y actos de sabotaje en los últimos días, dijo, y acusó a los opositores de estar detrás de los saqueos y desórdenes en la última semana.
Remató su discurso diciendo: He vivido en este país, defendí este país y quiero morir en esta tierra. La historia me juzgará.
Horas antes del discurso del gobernante, el premio Nobel de la Paz 2005 y opositor al gobierno, Mohamed El Baradei, instó a Mubarak a abandonar el poder a más tardar el viernes, para evitar un derramamiento de sangre, y a que salga del país, en una entrevista concedida a la cadena Al Arabiya, en la que abogó por un diálogo nacional para discutir sobre el futuro de Egipto sin Mubarak y para que pueda haber un diálogo entre gobierno y oposición.
El anuncio del gobernante ocurrió después de que el diario The New York Times reveló que el presidente estadunidense, Barack Obama, hasta ahora uno de los mayores aliados de Mubarak, pidió que renunciara a presentarse en las elecciones presidenciales de septiembre.
Según analistas, el llamado a la nación de 80 millones de habitantes pretendió llegar a los jóvenes disidentes urbanos y a un pueblo temeroso por el cambio y el caos.
Luego del mensaje de Mubarak, los 500 mil opositores congregados en la céntrica plaza Tahrir gritaron: ¡Vete ya! ¡Vete ya! Algunos manifestantes entonaron canciones de la legendaria cantante egipcia Umm Kalzum, agarrados de la mano.
Otros hicieron hogueras para enfrentar la fría noche de la capital egipcia, mientras gritaban: Mubarak se va, nosotros nos quedamos, mientras agitaban un zapato contra la imagen del gobernante, una señal de profundo desprecio y humillación en el mundo islámico.
Mubarak no dijo nada nuevo, afirmó Mohammed Nasr, un empresario de 31 años. Por su parte, Shedi Hossam, un estudiante de ingeniería de 22 años, se mostró conforme y aliviado. Fueron las palabras que esperaba. Nunca quise a Mubarak, pero ahora dejó claro que no permanecerá en el poder.
En Alejandría, la segunda ciudad más importante del país, partidarios de Mubarak y lo que la oposición señaló como agentes secretos, se enfrentaron con palos y navajas a los manifestantes contrarios al gobierno. Las fuerzas de seguridad tuvieron que intervenir y hubo disparos, pero hasta el cierre de esta edición no se habían reportado víctimas.
Según testigos, alrededor de 150 activistas progubernamentales y agentes secretos del régimen atacaron a detractores del mandatario al grito de ¡Te queremos Hosni!, informó la televisora qatarí Al Jazeera.
El ejército intervino para bajar la tensión y evitar mayores consecuencias.
Los disparos que se produjeron durante la refriega fueron tiros al aire por los militares con el propósito de controlar la situación, agregó Al Jazeera.
Egipto, el más poblado de los países árabes, es un enclave de Occidente, administra el Canal de Suez, esencial para el aprovisionamiento petrolero de las naciones industrializadas y es el primero con población árabe que firmó un tratado de paz con Israel, en 1979.
El Cairo, 1º de febrero. ¡Vete! ¡vete! ¡vete ya!, gritaron medio millón de voces que estremecieron la plaza cariota de Tahrir al anuncio hecho este martes en la noche por el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, de que no se presentará a las próximas elecciones –que pidió al Parlamento que adelante–, y en el que aseguró que morirá en el país, al que defendí.
Lo digo con sinceridad y sin tener en cuenta la situación actual: no pensaba presentarme a un nuevo mandato presidencial, afirmó Mubarak al culminar una histórica jornada en la que cientos de miles se manifestaron en toda la nación, desde El Cairo, Alejandría y Luxor, para exigir la renuncia del general retirado, quien lleva 30 años en el poder:
Ahora estoy absolutamente decidido a culminar mi trabajo para la nación de un modo que asegure la entrega de su custodia, preservando su legitimidad y respetando la Constitución, agregó el mandatario en su alocución televisada, que sólo duró unos minutos.
En los meses restantes de mi mandato voy a trabajar para tomar las medidas y asegurar la transferencia pacífica de poder, enfatizó el octagenario, quien va en su quinto mandato presidencial; no precisó hasta cuándo termina su periodo actual.
Mubarak apeló al Parlamento para que debata las enmiendas a los artículos 76 y 77 de la Constitución, que cambiarían las condiciones de las candidaturas a la presidencia y limitarían el mandato . El actual esquema prácticamente cierra la puerta a abanderados independientes y permite que el mandato presidencial, que dura seis años, sea ilimitado; los próximos comicios están previstos para septiembre.
Durante su discurso, Mubarak instruyó a la policía a cumplir su papel protegiendo a los ciudadanos con corrección; respetando sus derechos, libertades y dignidad. Pido a las autoridades de control y a las fuerzas de seguridad tomar cuanto antes las medidas necesarias para detener a los que están fuera de la ley y que han causado desórdenes y actos de sabotaje en los últimos días, dijo, y acusó a los opositores de estar detrás de los saqueos y desórdenes en la última semana.
Remató su discurso diciendo: He vivido en este país, defendí este país y quiero morir en esta tierra. La historia me juzgará.
Horas antes del discurso del gobernante, el premio Nobel de la Paz 2005 y opositor al gobierno, Mohamed El Baradei, instó a Mubarak a abandonar el poder a más tardar el viernes, para evitar un derramamiento de sangre, y a que salga del país, en una entrevista concedida a la cadena Al Arabiya, en la que abogó por un diálogo nacional para discutir sobre el futuro de Egipto sin Mubarak y para que pueda haber un diálogo entre gobierno y oposición.
El anuncio del gobernante ocurrió después de que el diario The New York Times reveló que el presidente estadunidense, Barack Obama, hasta ahora uno de los mayores aliados de Mubarak, pidió que renunciara a presentarse en las elecciones presidenciales de septiembre.
Según analistas, el llamado a la nación de 80 millones de habitantes pretendió llegar a los jóvenes disidentes urbanos y a un pueblo temeroso por el cambio y el caos.
Luego del mensaje de Mubarak, los 500 mil opositores congregados en la céntrica plaza Tahrir gritaron: ¡Vete ya! ¡Vete ya! Algunos manifestantes entonaron canciones de la legendaria cantante egipcia Umm Kalzum, agarrados de la mano.
Otros hicieron hogueras para enfrentar la fría noche de la capital egipcia, mientras gritaban: Mubarak se va, nosotros nos quedamos, mientras agitaban un zapato contra la imagen del gobernante, una señal de profundo desprecio y humillación en el mundo islámico.
Mubarak no dijo nada nuevo, afirmó Mohammed Nasr, un empresario de 31 años. Por su parte, Shedi Hossam, un estudiante de ingeniería de 22 años, se mostró conforme y aliviado. Fueron las palabras que esperaba. Nunca quise a Mubarak, pero ahora dejó claro que no permanecerá en el poder.
En Alejandría, la segunda ciudad más importante del país, partidarios de Mubarak y lo que la oposición señaló como agentes secretos, se enfrentaron con palos y navajas a los manifestantes contrarios al gobierno. Las fuerzas de seguridad tuvieron que intervenir y hubo disparos, pero hasta el cierre de esta edición no se habían reportado víctimas.
Según testigos, alrededor de 150 activistas progubernamentales y agentes secretos del régimen atacaron a detractores del mandatario al grito de ¡Te queremos Hosni!, informó la televisora qatarí Al Jazeera.
El ejército intervino para bajar la tensión y evitar mayores consecuencias.
Los disparos que se produjeron durante la refriega fueron tiros al aire por los militares con el propósito de controlar la situación, agregó Al Jazeera.
Egipto, el más poblado de los países árabes, es un enclave de Occidente, administra el Canal de Suez, esencial para el aprovisionamiento petrolero de las naciones industrializadas y es el primero con población árabe que firmó un tratado de paz con Israel, en 1979.
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