El imperialismo en el siglo XIX-XX


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El imperialismo en el siglo XIX-XX: definición, causas, colonialismo en África, Asia y Oceanía.

Hoy nos dedicaremos a estudiar un proceso histórico de gran importancia y cuyas consecuencias marcaron todo el siglo XX y siguen afectándonos en la actualidad. Es la llamada “Era del Imperialismo”. ¿A qué nos referimos con esto? A unos 50 años en que se produjo la colonización, dominación y explotación de prácticamente la totalidad de Asia, África y Oceanía, por parte de las principales potencias mundiales.

Es difícil dar una definición de imperialismo simple y acotada, ya que es un proceso histórico muy complejo, pero podríamos describirlo como una doctrina política en la que un Estado pretende situarse por encima de otros Estados o comunidades. Dentro de esta acepción podríamos identificar distintos procesos similares en momentos muy diferentes de la historia, pero aquí nos abocaremos al llamado Imperialismo Moderno del siglo XIX.

Desde 1870 –aproximadamente- hasta 1919 (tras el fin de la Primera Guerra Mundial) se da lo que algunos historiadores han llamado la “Era del Imperialismo”. Este período está caracterizado por una intensa expansión colonial en la que los países más poderosos salen a dominar territorialmente enormes regiones dando origen a grandes imperios coloniales.

Los causas que empujaron una nueva expansión ultramarina han sido diversas. Las naciones industrializadas vieron en la conquista de nuevas tierras una forma de acceder a recursos naturales y materias primas que necesitaban para sus producciones industriales, lo que se acompañaba además de mano de obra barata. A su vez, se desarrollarían en los nuevos dominios mercados en los que vender esa misma producción.

Posesiones coloniales en 1800.

La acumulación de capitales que existía en los países industriales propició otro mecanismo de dominación económica -que prosperó junto con el dominio colonial-: el de los créditos y empréstitos a gobiernos, y las inversiones con altos márgenes de ganancias.

Desde un plano político, la colonización de vastas zonas de África y de Asia era considerada de alto valor estratégico, ya sea para el control de áreas de importantes riquezas, o vías de comunicación. En un segundo lugar, las colonias funcionaron de hecho como vía de escape para muchos problemas políticos y sociales que se daban en la metrópolis.

Inglaterra –país líder del capitalismo industrial- se convirtió en el primer Estado Imperialista, gracias a sus enormes posibilidades económicas y a su poderosa flota marítima. El imperio Británico fue el más poderoso y extendido del mundo, llegando a abarcar en las primeras décadas del siglo XX una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de los territorios del planeta.

Posesiones coloniales en 1898.

Francia, Alemania, Italia y Rusia se lanzaron también a la conquista de colonias. Pero no sólo las potencias europeas intervinieron en el Imperialismo colonizador de fines del siglo XIX, Estados Unidos y Japón también se lanzaron en la búsqueda de nuevas conquistas.

Ahora que conocemos las causas y los protagonistas de este proceso, pasemos a ver brevemente cómo se dio su evolución histórica. En primer lugar cabe aclarar que ya desde siglos anteriores existían dominios coloniales en Asia, África y Oceanía. Durante la década de 1870, se dieron una serie de anexiones a cargo de diferentes países, pero el proceso se dio en forma bastante espontánea.

Sin embargo, ya para la década de 1880, la disputa de determinados territorios y la rivalidad entre las potencias que buscaban superar en poderío a sus contrincantes llevaron el afán colonizador hasta el conflicto bélico. En 1880-1, estalló la guerra entre los ingleses y los bóers (antiguos colonos de origen holandés), en lo que hoy es Sudáfrica.

Esta coyuntura llevó a que los estados imperialistas firmaran acuerdos entre sí para establecer ciertas “reglas” en la apropiación de territorios coloniales. Los conflictos continuaron latentes a través de los siguientes años, hasta aflorar nuevamente con toda su crudeza en las vísperas de la Primera Guerra Mundial.

En los años siguientes de la “Era del imperialismo” el proceso de colonización se acentuó y se aceleró. En menos de una generación se produjo el llamado “reparto de África”, se dominó las poblaciones de Asia central y meridional, y se produjo la colonización de las tribus aborígenes de Oceanía. A pesar de los múltiples movimientos de resistencia de las comunidades locales, el poderío bélico y económico de las potencias logró sofocarlos.

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