Cristóbal León Campos especial para RMX
Con su acostumbrado cinismo el gobierno espurio de Calderón anuncia que ha creado 700,000 empleos durante el año pasado. La realidad es que apenas y se acercan a la tercera parte de la necesidad de nuevos empleos en los últimos años, sobre todo debido al ingreso de los jóvenes al mercado laboral. Incluso, el mismo gobierno espurio, ha reconocido que del 2007 al 2010, la cifra de personas desempleadas creció más de un millón, misma cantidad que creció el llamado sector de trabajo informal.
Por si el cinismo fuera poco, el 2011 ha comenzado con el aumento de precios y tarifas. Nuevos gasolinazos están provocando el incremento de los precios de productos de la canasta básica en todo el país y es aprovechado por las grandes empresas y las cadenas de autoservicio para aumentar sus precios. Sólo basta recordar que en los últimos cuatro años, la gasolina y el diesel han elevado su costo en más del 30%. Dando como resultado, que en varias partes del país se han aumentado las tarifas del transporte, y muchos gobiernos estatales y municipales incrementaron prediales, tenencia, agua potable, entre otros. Además, los aumentos a la electricidad y el gas se suman al torbellino que afecta directamente el bolsillo de la población.
La terquedad de mantener el sistema económico neoliberal por parte del espurio, sólo provoca la agudización de las condiciones de vida para el pueblo mexicano, y garantiza mayor riqueza para los empresarios dueños del sudor de los trabajadores. Pero al mismo tiempo, va creando poco a poco las condiciones sociales necesarias para la organización de la resistencia y la conformación de una nueva forma de gobierno en México.
Como menciona el analista Pablo Oprinari: “Distintos economistas vinculados al gobierno –espurio- se congratulan de que en el 2010 la economía creció un 5% y que eso continuará en el 2011. Pero ese crecimiento fue el resultado, después del hundimiento (-6%) del 2009, del incremento de las exportaciones a los Estados Unidos (petroleras y también de las zonas maquiladoras) y dependió estrictamente de la demanda yanqui. Esos datos “macroeconómicos” no supusieron, ninguna mejoría para la condición de las mayorías obreras y populares del país; el crecimiento del PBI se hizo sobre la base de la explotación y la miseria de los trabajadores. Para el 2011, el panorama es menos alentador, ya que se prevé un crecimiento del 3,4%, lo cual dependerá nuevamente de la demanda norteamericana, y, por lo tanto, sujeta a la economía mexicana a los ritmos de Estados Unidos, que en los últimos años estuvo en el centro de la tormenta financiera internacional. Un nuevo ramalazo de la crisis en EE.UU., arrojará a la economía de México a un nuevo pozo, y eso, como ya sabemos, será pagado en primer lugar por los trabajadores y sus familias. Mientras tanto, los bajos salarios y la creciente inflación afectan duramente el nivel de vida de las masas trabajadoras”.
En diferentes estados de la República , diversos sectores de la población se manifestaron contra los aumentos. En amplios sectores de los trabajadores y de la población pobre, crece el descontento con el gobierno. Para los panistas en el gobierno, todo se resuelve aumentando la carga sobre nuestras espaldas. Pero los trabajadores y el conjunto de la población que resiente la inflación y los bajos salarios, la única salida es la organización y movilización para luchar por nuestros derechos. Los sindicatos, junto a las organizaciones campesinas y populares, deben dejar a un lado las diferencias y los intereses de partido, para organizar la defensa del salario y contra la carestía de vida. Es la única forma de mostrar que están a favor de poner fin al sufrimiento del pueblo y de que la crisis la paguen quienes la provocaron. En Yucatán, se van dando los primeros pasos, pero falta liberarse de los intereses particulares y de partido, para lograr conformar un movimiento popular. Los trabajadores y el pueblo en general deben responder exigiendo un alto a los aumentos de las tarifas y la inflación, y luchar por un aumento salarial para todos los trabajadores.
Con su acostumbrado cinismo el gobierno espurio de Calderón anuncia que ha creado 700,000 empleos durante el año pasado. La realidad es que apenas y se acercan a la tercera parte de la necesidad de nuevos empleos en los últimos años, sobre todo debido al ingreso de los jóvenes al mercado laboral. Incluso, el mismo gobierno espurio, ha reconocido que del 2007 al 2010, la cifra de personas desempleadas creció más de un millón, misma cantidad que creció el llamado sector de trabajo informal.
Por si el cinismo fuera poco, el 2011 ha comenzado con el aumento de precios y tarifas. Nuevos gasolinazos están provocando el incremento de los precios de productos de la canasta básica en todo el país y es aprovechado por las grandes empresas y las cadenas de autoservicio para aumentar sus precios. Sólo basta recordar que en los últimos cuatro años, la gasolina y el diesel han elevado su costo en más del 30%. Dando como resultado, que en varias partes del país se han aumentado las tarifas del transporte, y muchos gobiernos estatales y municipales incrementaron prediales, tenencia, agua potable, entre otros. Además, los aumentos a la electricidad y el gas se suman al torbellino que afecta directamente el bolsillo de la población.
La terquedad de mantener el sistema económico neoliberal por parte del espurio, sólo provoca la agudización de las condiciones de vida para el pueblo mexicano, y garantiza mayor riqueza para los empresarios dueños del sudor de los trabajadores. Pero al mismo tiempo, va creando poco a poco las condiciones sociales necesarias para la organización de la resistencia y la conformación de una nueva forma de gobierno en México.
Como menciona el analista Pablo Oprinari: “Distintos economistas vinculados al gobierno –espurio- se congratulan de que en el 2010 la economía creció un 5% y que eso continuará en el 2011. Pero ese crecimiento fue el resultado, después del hundimiento (-6%) del 2009, del incremento de las exportaciones a los Estados Unidos (petroleras y también de las zonas maquiladoras) y dependió estrictamente de la demanda yanqui. Esos datos “macroeconómicos” no supusieron, ninguna mejoría para la condición de las mayorías obreras y populares del país; el crecimiento del PBI se hizo sobre la base de la explotación y la miseria de los trabajadores. Para el 2011, el panorama es menos alentador, ya que se prevé un crecimiento del 3,4%, lo cual dependerá nuevamente de la demanda norteamericana, y, por lo tanto, sujeta a la economía mexicana a los ritmos de Estados Unidos, que en los últimos años estuvo en el centro de la tormenta financiera internacional. Un nuevo ramalazo de la crisis en EE.UU., arrojará a la economía de México a un nuevo pozo, y eso, como ya sabemos, será pagado en primer lugar por los trabajadores y sus familias. Mientras tanto, los bajos salarios y la creciente inflación afectan duramente el nivel de vida de las masas trabajadoras”.
En diferentes estados de la República , diversos sectores de la población se manifestaron contra los aumentos. En amplios sectores de los trabajadores y de la población pobre, crece el descontento con el gobierno. Para los panistas en el gobierno, todo se resuelve aumentando la carga sobre nuestras espaldas. Pero los trabajadores y el conjunto de la población que resiente la inflación y los bajos salarios, la única salida es la organización y movilización para luchar por nuestros derechos. Los sindicatos, junto a las organizaciones campesinas y populares, deben dejar a un lado las diferencias y los intereses de partido, para organizar la defensa del salario y contra la carestía de vida. Es la única forma de mostrar que están a favor de poner fin al sufrimiento del pueblo y de que la crisis la paguen quienes la provocaron. En Yucatán, se van dando los primeros pasos, pero falta liberarse de los intereses particulares y de partido, para lograr conformar un movimiento popular. Los trabajadores y el pueblo en general deben responder exigiendo un alto a los aumentos de las tarifas y la inflación, y luchar por un aumento salarial para todos los trabajadores.
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