Miguel Cabildo S. / Apro
Alrededor de 400 presuntos narcotraficantes de origen mexicano fueron detenidos este jueves durante una redada en nueve entidades estadunidenses, en respuesta al asesinato de un agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en México, la semana pasada en San Luis Potosí.
El titular adjunto de la división de operaciones especiales de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), Carl Pike, dijo en Washington: “Con esta acción enviamos un mensaje a los cárteles, de que no toleraremos el asesinato de un agente estadunidense o ningún funcionario estadunidense.”
La redada se llevó a cabo en Atlanta, San Luis, Denver, Detroit, San Antonio, San Diego, Chicago, Phoenix y Nueva Jersey. Durante los operativos las agencias de seguridad decomisaron también nueve millones de dólares.
Pike explicó que la redada nacional, iniciada el miércoles y que se prolongará hasta el viernes, apunta a presuntos delincuentes vinculados con cárteles mexicanos, es un intento por desbaratar el narcotráfico en Estados Unidos.
Además de la captura de los presuntos narcotraficantes mexicanos, los agentes que participaron en la redada incautaron 4.5 millones de dólares en efectivo y una veintena de armas. Además, 12 kilos de metanfetaminas, 107 de cocaína, 2,5 de heroína y 150 de marihuana en unos 150 lugares distintos.
"Vamos a desbaratar la distribución de narcóticos en Estados Unidos, cualquiera que sea el cártel al cual están adheridos", advirtió Pike. "Sería inútil enviar un mensaje a un cártel cuando todos son igualmente culpables.".
El funcionario sostuvo que las redadas son una respuesta directa al asesinato de Zapata, aunque subrayó que la mayoría de los sospechosos ya eran blancos de otras investigaciones.
"La gente hizo muchos sacrificios" para realizar estas redadas, dijo Pike. "Es importante como homenaje a la memoria del agente muerto, pero además la situación nos obliga. Si no devolvemos el golpe, algún miembro de un cártel de 18 años se dirá, 'Como no hicieron nada, cualquier ciudadano estadunidense es un blanco válido".
El agente Jaime Zapata, adscrito al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, fue asesinado el pasado 15 de febrero en San Luis Potosí, a manos de presuntos gatilleros al servicio de la organización Los Zetas. Durante el ataque, su compañero, Víctor Ávila, resultó herido.
Las autoridades mexicanas que encabezan las investigaciones del asesinato de Zapata, reportaron ayer la detención de uno de los presuntos homicidas del agente estadunidense, identificado como Julián Zapata Espinoza, El Piolín.
En la ofensiva policíaca participaron agentes de la Administración Federal Antidrogas (DEA), la Oficina de Servicios Migratorios y Aduanales (ICE), la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
De acuerdo con el portavoz de la DEA, Michael Sanders, el objetivo “subyacente” de las redadas fue buscar “cualquier tipo de inteligencia o información de los atacantes, o que ayude al FBI en su investigación del asesinato del agente Zapata”.
Uno de los focos de las redadas incluyó la obtención de información sobre el paradero de Miguel Treviño, un presunto comandante de Los Zetas con vínculos en el área de Texas, según reportó por separado el diario texano The Dallas Morning News.
Alrededor de 400 presuntos narcotraficantes de origen mexicano fueron detenidos este jueves durante una redada en nueve entidades estadunidenses, en respuesta al asesinato de un agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en México, la semana pasada en San Luis Potosí.
El titular adjunto de la división de operaciones especiales de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), Carl Pike, dijo en Washington: “Con esta acción enviamos un mensaje a los cárteles, de que no toleraremos el asesinato de un agente estadunidense o ningún funcionario estadunidense.”
La redada se llevó a cabo en Atlanta, San Luis, Denver, Detroit, San Antonio, San Diego, Chicago, Phoenix y Nueva Jersey. Durante los operativos las agencias de seguridad decomisaron también nueve millones de dólares.
Pike explicó que la redada nacional, iniciada el miércoles y que se prolongará hasta el viernes, apunta a presuntos delincuentes vinculados con cárteles mexicanos, es un intento por desbaratar el narcotráfico en Estados Unidos.
Además de la captura de los presuntos narcotraficantes mexicanos, los agentes que participaron en la redada incautaron 4.5 millones de dólares en efectivo y una veintena de armas. Además, 12 kilos de metanfetaminas, 107 de cocaína, 2,5 de heroína y 150 de marihuana en unos 150 lugares distintos.
"Vamos a desbaratar la distribución de narcóticos en Estados Unidos, cualquiera que sea el cártel al cual están adheridos", advirtió Pike. "Sería inútil enviar un mensaje a un cártel cuando todos son igualmente culpables.".
El funcionario sostuvo que las redadas son una respuesta directa al asesinato de Zapata, aunque subrayó que la mayoría de los sospechosos ya eran blancos de otras investigaciones.
"La gente hizo muchos sacrificios" para realizar estas redadas, dijo Pike. "Es importante como homenaje a la memoria del agente muerto, pero además la situación nos obliga. Si no devolvemos el golpe, algún miembro de un cártel de 18 años se dirá, 'Como no hicieron nada, cualquier ciudadano estadunidense es un blanco válido".
El agente Jaime Zapata, adscrito al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, fue asesinado el pasado 15 de febrero en San Luis Potosí, a manos de presuntos gatilleros al servicio de la organización Los Zetas. Durante el ataque, su compañero, Víctor Ávila, resultó herido.
Las autoridades mexicanas que encabezan las investigaciones del asesinato de Zapata, reportaron ayer la detención de uno de los presuntos homicidas del agente estadunidense, identificado como Julián Zapata Espinoza, El Piolín.
En la ofensiva policíaca participaron agentes de la Administración Federal Antidrogas (DEA), la Oficina de Servicios Migratorios y Aduanales (ICE), la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
De acuerdo con el portavoz de la DEA, Michael Sanders, el objetivo “subyacente” de las redadas fue buscar “cualquier tipo de inteligencia o información de los atacantes, o que ayude al FBI en su investigación del asesinato del agente Zapata”.
Uno de los focos de las redadas incluyó la obtención de información sobre el paradero de Miguel Treviño, un presunto comandante de Los Zetas con vínculos en el área de Texas, según reportó por separado el diario texano The Dallas Morning News.
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