Arturo Rodríguez García
Al presidente Felipe Calderón se le ha señalado por enderezar el aparato de Estado contra periodistas y medios de comunicación que le resultan incómodos, como ha ocurrido hoy, a partir de difundirse la salida de la periodista Carmen Aristegui de MVS Noticias, presuntamente por haber planteado la duda sobre un eventual problema alcohólico del Ejecutivo.
A partir de la salida de Aristegui, primero de WRadio en 2008 –que la mantuvo fuera del aire durante un año--, y ahora de MVS Noticias, los señalamientos ciudadanos y diversos actores políticos apuntan a la responsabilidad presidencial en diferentes casos de censura.
Por ejemplo, el periodista José Gutiérrez Vivó acusó a Calderón Hinojosa de haber ejercido contra él “una censura llevada al extremo”, luego de que en 2007 se viera forzado a cerrar la transmisión de Monitor, que para entonces llevaba más de 23 años al aire. Luego, en febrero de 2009, las instalaciones de Diario Monitor fueron embargadas.
En enero de 2009, Miguel Badillo, director de la revista Contralínea, también responsabilizó a Calderón de estar detrás de las acciones judiciales emprendidas en su contra por el gasero Grupo Zeta, la que por cierto han puesto por breves períodos en la cárcel al propio Badillo y a la periodista Ana Lilia Pérez.
Además de los señalamientos, en diferentes momentos el Presidente ha expresado su descontento con los medios de comunicación por difundir “sólo malas noticias”, y también --como argumentaban los funcionarios del anterior régimen priista-- “por hablar mal del país”, y ha afirmado que la libertad de expresión se “debe ejercer con responsabilidad”.
El discurso
En contraste con las acusaciones y sus propios resabios, Calderón ha destacado en múltiples intervenciones que en el país existe un clima pleno de libertades y, particularmente, se ha referido a la libertad de prensa, indicando que su obstrucción es cosa del pasado.
El 8 de noviembre de 2010, al inaugurar la 66 Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el mandatario mexicano dijo:
“En el pasado, el gran problema en México era el control de la información y la censura, la mayoría de las veces ligado al poder público. Se dice y se escribe fácil, pero la libertad de expresión es una libertad que durante mucho tiempo fue obstaculizada por el Estado. Hoy en día, no es más el caso de México.
“En México, hoy, el gobierno respeta la libertad de prensa”, exclamó.
Esa vez, recurrió a la tradición familiar opositora, recordando que su padre, Luis Calderón Vega, incursionaba en algunos medios como editorialista por temporadas o, inclusive, enviaba a sus hijos –entre ellos el actual presidente-- a repartir panfletos con sus escritos.
Las intervenciones del Presidente de la República han mantenido el mismo argumento discursivo, exculpando siempre al gobierno mexicano de los obstáculos para ejercerla, o inclusive echando mano del recurso más frecuente de su administración, como ocurrió el 22 de septiembre de 2010 ante los reclamos de la SIP y el Comité de Protección a Periodistas (CPJ), debido al alto número de agresiones sufridas en el país:
“La peor amenaza contra la libertad de expresión no proviene del gobierno, que tiene una profunda vocación democrática y de tolerancia, sino del crimen organizado”, se deslindó.
Luego de que el CPJ lo instara a promulgar la reforma penal que despenalizaba los ilícitos de difamación, calumnias e injurias cometidos por periodistas, autorizada por el Congreso de la Unión, pero sin publicarse en el Diario Oficial de la Federación, finalmente Calderón emitió el decreto el 12 de abril de 2007, y entonces dijo que la libertad de expresión es condicionante de la democracia y destacó el sustento constitucional de dicho principio.
En otra ocasión, cuando participó en la 50 Semana Nacional de Radio y Televisión, el 16 de octubre de 2008, convocó:
“Los invito a impulsar un cambio de actitud, un cambio de mentalidad, particularmente entre los jóvenes; a no permitir que se abata la esperanza de nuestro México; a sacudir la conciencia colectiva para enfrentar y resolver los problemas que nos aquejan y para vencer la adversidad”, dijo ante los concesionarios de radio y televisión, que le agradecieron, en voz de Enrique Pereda Gómez, el refrendo de sus concesiones.
El sábado 5 de febrero, cuando ya estaba en ciernes el despido de Carmen Aristegui de MVS Noticias, Felipe Calderón encabezó el acto conmemorativo de los 94 años de promulgación de la Constitución mexicana. Aunque en su discurso tuvo diversas menciones sobre las libertades en general, en ningún momento aludió a la libertad de expresión en particular.
Hasta el momento, el presidente Felipe Calderón no ha rechazado los señalamientos de represión contra periodistas y medios de comunicación críticos, ni aclarado las expresiones que denotan su interés por controlar los contenidos, especialmente, en medios electrónicos.
Al presidente Felipe Calderón se le ha señalado por enderezar el aparato de Estado contra periodistas y medios de comunicación que le resultan incómodos, como ha ocurrido hoy, a partir de difundirse la salida de la periodista Carmen Aristegui de MVS Noticias, presuntamente por haber planteado la duda sobre un eventual problema alcohólico del Ejecutivo.
A partir de la salida de Aristegui, primero de WRadio en 2008 –que la mantuvo fuera del aire durante un año--, y ahora de MVS Noticias, los señalamientos ciudadanos y diversos actores políticos apuntan a la responsabilidad presidencial en diferentes casos de censura.
Por ejemplo, el periodista José Gutiérrez Vivó acusó a Calderón Hinojosa de haber ejercido contra él “una censura llevada al extremo”, luego de que en 2007 se viera forzado a cerrar la transmisión de Monitor, que para entonces llevaba más de 23 años al aire. Luego, en febrero de 2009, las instalaciones de Diario Monitor fueron embargadas.
En enero de 2009, Miguel Badillo, director de la revista Contralínea, también responsabilizó a Calderón de estar detrás de las acciones judiciales emprendidas en su contra por el gasero Grupo Zeta, la que por cierto han puesto por breves períodos en la cárcel al propio Badillo y a la periodista Ana Lilia Pérez.
Además de los señalamientos, en diferentes momentos el Presidente ha expresado su descontento con los medios de comunicación por difundir “sólo malas noticias”, y también --como argumentaban los funcionarios del anterior régimen priista-- “por hablar mal del país”, y ha afirmado que la libertad de expresión se “debe ejercer con responsabilidad”.
El discurso
En contraste con las acusaciones y sus propios resabios, Calderón ha destacado en múltiples intervenciones que en el país existe un clima pleno de libertades y, particularmente, se ha referido a la libertad de prensa, indicando que su obstrucción es cosa del pasado.
El 8 de noviembre de 2010, al inaugurar la 66 Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el mandatario mexicano dijo:
“En el pasado, el gran problema en México era el control de la información y la censura, la mayoría de las veces ligado al poder público. Se dice y se escribe fácil, pero la libertad de expresión es una libertad que durante mucho tiempo fue obstaculizada por el Estado. Hoy en día, no es más el caso de México.
“En México, hoy, el gobierno respeta la libertad de prensa”, exclamó.
Esa vez, recurrió a la tradición familiar opositora, recordando que su padre, Luis Calderón Vega, incursionaba en algunos medios como editorialista por temporadas o, inclusive, enviaba a sus hijos –entre ellos el actual presidente-- a repartir panfletos con sus escritos.
Las intervenciones del Presidente de la República han mantenido el mismo argumento discursivo, exculpando siempre al gobierno mexicano de los obstáculos para ejercerla, o inclusive echando mano del recurso más frecuente de su administración, como ocurrió el 22 de septiembre de 2010 ante los reclamos de la SIP y el Comité de Protección a Periodistas (CPJ), debido al alto número de agresiones sufridas en el país:
“La peor amenaza contra la libertad de expresión no proviene del gobierno, que tiene una profunda vocación democrática y de tolerancia, sino del crimen organizado”, se deslindó.
Luego de que el CPJ lo instara a promulgar la reforma penal que despenalizaba los ilícitos de difamación, calumnias e injurias cometidos por periodistas, autorizada por el Congreso de la Unión, pero sin publicarse en el Diario Oficial de la Federación, finalmente Calderón emitió el decreto el 12 de abril de 2007, y entonces dijo que la libertad de expresión es condicionante de la democracia y destacó el sustento constitucional de dicho principio.
En otra ocasión, cuando participó en la 50 Semana Nacional de Radio y Televisión, el 16 de octubre de 2008, convocó:
“Los invito a impulsar un cambio de actitud, un cambio de mentalidad, particularmente entre los jóvenes; a no permitir que se abata la esperanza de nuestro México; a sacudir la conciencia colectiva para enfrentar y resolver los problemas que nos aquejan y para vencer la adversidad”, dijo ante los concesionarios de radio y televisión, que le agradecieron, en voz de Enrique Pereda Gómez, el refrendo de sus concesiones.
El sábado 5 de febrero, cuando ya estaba en ciernes el despido de Carmen Aristegui de MVS Noticias, Felipe Calderón encabezó el acto conmemorativo de los 94 años de promulgación de la Constitución mexicana. Aunque en su discurso tuvo diversas menciones sobre las libertades en general, en ningún momento aludió a la libertad de expresión en particular.
Hasta el momento, el presidente Felipe Calderón no ha rechazado los señalamientos de represión contra periodistas y medios de comunicación críticos, ni aclarado las expresiones que denotan su interés por controlar los contenidos, especialmente, en medios electrónicos.
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