Adiós al hongo michoacano

Francisco Rodríguez / Índice Político

¿Y ahora qué vamos a hacer? El Hongo Michoacano ha sido descalificado por las autoridades mismas. Que no sirve para nada. Que engañó a todos con sus promesas incumplidas. Que su propaganda era engañabobos. Que por sus características vale para una pura y dos con sal. Que…

El Hongo Michoacano ha hecho de las suyas en los últimos años. Y sólo ha servido para enriquecer a los mismos de siempre. A quienes emplean la televisión para transmitir mensajes engañosos. A los mismos concesionarios de la TV que pusieron al servicio de este Hongo Michoacano espacios para difundir sus falaces mensajes.

Este es un adiós al Hongo Michoacano que, además, es tardío.

Porque prácticamente desde que apareció en las pantallas de la TV, se levantaron voces que advertían de su calidad dudosa.

Que se trataba, decían, de un placebo mezclado con alcohol.

Este es un adiós al Hongo Michoacano que prometía curar el cáncer, diabetes, asma, constipación intestinal, acné y hasta uñas encarnadas.

Este es un adiós al Hongo Michoacano que ni michoacano era, sino japonés. Y cuyos propagandistas mentían al atribuirle propiedades antibacteriales, antiinflamatorias, antialérgicas, antioxidantes, antitumorales, antivirales, de moderador del azúcar en la sangre, de potenciador inmunológico, tónico para el hígado, para los nervios y, claro, reductor del estrés, que es la enfermedad de moda.

Engañabobos, el tal Hongo Michoacano que, junto con un centenar de falsos medicamentos ayer fue proscrito por la lenta, muy lenta, Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) alegando lo que en muchos espacios especializados se ha denunciado: que perjudican la salud y hasta provocan la muerte de quien los consume.

Como el Hongo Michoacano, son productos llamados “milagro”.

Porque prometen soluciones que, de ser ciertas, serían verdaderamente milagrosas.

Política y milagros. Es en medio de tal que los mexicanos vivimos.

Como el Hongo Michoacano, hemos padecido candidatos “milagro” que prometen acabar con el desempleo, dar computadoras y cursos de inglés para todos, acabar con la corrupción, ir pa’rriba y pa’delante, y hasta simplificar la complicada vida burocrática y legal que detiene nuestro avance.

Hemos atravesado hace muchos años por el “milagro” mexicano, y desde Los Pinos, hoy, se ve con recelo el llamado “milagro” brasileño.

Cada 12 de diciembre, pedimos a la Guadalupana un milagro o una solución técnica para solucionar los muchos problemas del país. Dicha solución técnica, usted lo sabe, sería que la Morenita del Tepeyac bajara nuevamente al nivel de los mortales y nos firmara un cheque con muchos ceros a la derecha. La milagrosa, en cambio, que los inútiles, perversos y corruptos gobernantes se pusieran a trabajar.

Hace falta una Cofepris para la política y la administración pública. En los tres poderes. En sus tres niveles.

Que prohíba la divulgación de mensajes que son nocivos para nuestra salud mental.

Como esos en los que los mandatarios estatales presumen obras, como si tales hubiesen sido sufragadas de sus muy abultados bolsillos.

O los del “señor Presidente”, en cuyo gobierno (sic) se han construido hospitales, carreteras, etc., como si también fuesen una graciosa concesión, un buen gesto que tienen para con nosotros los contribuyentes.

Hay por ahí, todavía, uno que otro Hongo Michoacano.

Y tlaxcaltecas, coahuilenses, mexiquenses, bajacalifornianos. Hongos de todo el país.

Hongos que son nocivos. Que no pueden erradicarse ni con los fungicidas más recomendados por dermatólogos políticos. Menos aún con remedios caseros. Ni con productos “milagro”, claro está.

Adiós, por lo pronto, al Hongo Michoacano.

Faltan largos meses para despedir a otros hongos michoacanos, tlaxcaltecas, hidrocálidos….

Índice Flamígero: El cloranfenicol, un antibiótico de amplio espectro, recomendado para combatir infecciones mixtas aerobios-anaerobios, conjuntivitis bacteriana, gangrena gaseosa, absceso cerebral, fiebre tifoidea, infecciones abdominales, infecciones óseas, meningitis, otitis, septicemina, sinusitis, entre otras, tiene ya, desde la semana pasada, una nueva aplicación. De acuerdo a la PGR es ¡precursor de anfetaminas! Se lo decomisaron a Ye Gon, aún preso en los Estados Unidos. Una vacilada de la AFI, pues.

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