Samuel R. G. / uzkediam@gmail.com
El artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su apartado A fracción VI señala: Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos.
En días recientes se ha venido presentando un alza de precios en las materias primas y en los energéticos como lo son: gasolina, electricidad y gas. Derivado de ello, se han incrementado los costos operativos principalmente de las empresas que conforman el sector de alimentos, lo que desencadenará un ajuste de precios al consumidor final de hasta 3%.
Dentro de las necesidades citadas previamente en el texto constitucional, se contemplan los alimentos de una familia, pero surge una inquietud: ¿con los incrementos podrán todas las familias mexicanas seguir pagando por su alimentación o ésta se verá afectada?
Malas noticias
Recientemente la titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO) Laura Velázquez, dijo que en la Ciudad de México se presentarán incrementos desde 15 hasta un 80 por ciento en los productos que conforman la canasta básica al comenzar el 2011, esto a consecuencia de la alza en los precios de los combustibles.
Velázquez agregó que la cuesta de enero para los capitalinos es un impacto directo en la canasta básica, el aumento se estima en 16 por ciento -como se mencionó anteriormente- y algunos presentarán aumentos de hasta un 80 por ciento.
La canasta básica y el salario
En el presente son 89 productos los que conforman una canasta básica. Cuando una familia quiere adquirir al menos 25 de ellos, va a requerir destinar casi 10 salarios mínimos, por lo que podemos asumir que la gente con ingresos menores no tienen posibilidad de consumir lo indispensable.
La canasta básica es un conjunto de bienes y servicios indispensables para que una familia pueda satisfacer sus necesidades básicas de consumo a partir de su ingreso. En la canasta básica mexicana productos para la despensa y servicios diversos.
Esta es la conformación actual de la canasta básica: Alimentos, bebidas y tabaco; ropa, calzado y accesorios; vivienda; muebles, aparatos y accesorios domésticos; salud y cuidado personal; transporte; educación y esparcimiento, así como otros servicios.
Los primeros 10 elementos que conforman la canasta básica son:
1. Arroz
2. Los aceites y grasas vegetales comestibles
3. Huevo
4. Pan de caja
5. Galletas populares
6. Harinas de trigo
7. Pasteles y pastelillos
8. Pollo en piezas
9. Leche
10. Pasta para sopa
De acuerdo a estudios del PT y Convergencia (la mayoría de ellos elaborados por nuestro amigo diputado Mario Di Costanzo), en el 2009 la canasta básica aumentó 63.14 por ciento, al pasar de 812.98 pesos a mil 326.32 pesos. En diciembre de 2006 eran suficientes 134 horas de trabajo de salario mínimo para adquirir la canasta básica (alrededor de 54 pesos por hora) y al día de hoy son necesarias 193 horas laborales.
Sin duda alguna, el poder adquisitivo de la población ha venido disminuyendo, contrario al caso del desempleo que ha estado aumentando, por ese motivo, incrementar la carga fiscal de las personas físicas o el incremento de los bienes y servicios públicos afecta aun más los bolsillos de la población.
Debilitamiento del poder adquisitivo
Para el diputado federal Mario Di Costanzo, a pesar de que entre diciembre de 2006 y diciembre de 2010, el crecimiento de los precios de muchos bienes y servicios de consumo básico o generalizado han sido superiores al 60 por ciento, el salario mínimo, incluido el que estará vigente para el presente 2011, apenas y registra un aumento acumulado del 22 por ciento.
Di Costanzo ha señalado que mientras entre diciembre de 2006 y diciembre de 2010, el precio de un kilogramo de frijol pasó de 9.60 pesos a 24 pesos -es decir que registró un crecimiento de 150 por ciento- el salario mínimo diario, incluyendo el incremento para 2011, apenas creció 22 por ciento.
Eso significa que a lo largo de los últimos 5 años, el poder adquisitivo del salario mínimo se ha venido deteriorando de manera importante, lo que finalmente debilita el mercado interno, el ahorro y el bienestar de todas las familias del país.
Productos como el frijol, arroz o huevo, han registrado a lo largo del período mencionado, incrementos superiores al 100 por ciento, o en otros casos, como el pan Bimbo, el pollo o la leche, dichos incrementos han sido superiores al 30 por ciento.
Mientras que en diciembre de 2006, con un salario mínimo se podían adquirir 5.07 kilogramos de frijol, ó 6.28 kilogramos de arroz, ó 2.43 kilogramos de pollo, o bien 3.5 paquetes de pan Bimbo; para el mes de enero de 2011, con el salario mínimo sólo se podrán adquirir 2.44 kilogramos de frijol, ó 2.99 kilogramos de arroz, ó bien 1.8 kilogramos de pollo.
Pero eso no es todo, indicó que se añade también el incremento registrado en el costo de los energéticos, ya que por ejemplo entre diciembre de 2006 y diciembre del 2010, el costo de un litro de gasolina magna pasó de 6.61 pesos por litro a 8.76 pesos por litro, es decir, un incremento de 32.52 por ciento; en el caso del Diesel durante el mismo periodo se incrementó en 65.1 por ciento al pasar de 5.45 en diciembre de 2006 a 9 pesos durante el pasado mes de diciembre.
En el caso de la energía eléctrica se ha observado la misma tendencia, ya que la tarifa de consumo básico pasó de 0.619 pesos por kilowatt hora a 0.709 pesos en diciembre de 2010, y la de consumo intermedio pasó de 0.733 pesos por kilowatt hora a 1.181 por kilowatt hora (61%).
Ironía: gobierno rico, pueblo pobre
Recientemente estudios realizados por el Instituto Tecnológico de Monterrey indicaron que al cierre del 2010 alrededor de 6.8 millones de mexicanos pasarán a formar parte a las filas de la población en condiciones de pobreza, resaltando que de la cifra, 2.5 millones no dispondrán de los alimentos necesarios para cubrir sus necesidades básicas.
Con dichas cifras, ahora el número de pobres en México será de 50 millones, de los cuales 19 millones vivirán en condiciones de pobreza alimentaria, efectivamente ¡19 millones de mexicanos sin saber a ciencia cierta si podrán comer o no diariamente!
El informe detalla lo siguiente:
Los mexicanos que realizan actividades informales rebasó los 12.84 millones que en comparación con el segundo trimestre de 2009, representan 659 mil 571 personas más.
3.75 millones de mexicanos no perciben ingresos, lo que se traduce a 148 mil 427 personas que se suman.
11.64 millones no tienen acceso a prestaciones distintas de la salud, lo que implica un aumento de 421 mil 648 entre 2009 y 2010.
Finalmente 28.81 millones de habitantes de no cuentan con servicios de salud.
Si las anteriores cifras ya nos ponen en alerta roja, falta decir que mientras la pobreza va en aumento, el gasto corriente del gobierno presenta una tendencia al alza en los últimos años, todos los problemas económicos se les está atribuyendo a la crisis, a la inseguridad, aunque estos factores si son determinantes, no debemos olvidar que México tuvo una mayor recaudación fiscal en 2010 y que los mayores recursos han servido sólo para pagar prestaciones y remuneraciones de funcionarios públicos. Es decir, el dinero que hemos estado pagando los mexicanos no se ha reinvertido en nosotros, sino que se ha despilfarrado generando entonces así un gobierno caro, con salarios de primer nivel y por el otro lado, un pueblo sumergido en la miseria y con una baja calidad de productos y servicios.
Considerando los elementos anteriormente expuestos, estamos en condiciones de responder a la inquietud central del presente análisis: ¿con los incrementos podrán todas las familias mexicanas seguir pagando por su alimentación o ésta se verá afectada? La respuesta es no. Habrán personas que en el presente 2011 literalmente se van a morir de hambre, mientras muchos de los integrantes de la clase política y empresarial estarán gozando de las ganancias que les arroja el estar a cada rato elevando los precios de las cosas que consumimos. La otra pregunta obligada que surge es: ¿hasta cuándo la población mexicana seguirá permitiendo la simulación del gobierno, la burla y los atropellos de los potentados?
El artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su apartado A fracción VI señala: Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos.
En días recientes se ha venido presentando un alza de precios en las materias primas y en los energéticos como lo son: gasolina, electricidad y gas. Derivado de ello, se han incrementado los costos operativos principalmente de las empresas que conforman el sector de alimentos, lo que desencadenará un ajuste de precios al consumidor final de hasta 3%.
Dentro de las necesidades citadas previamente en el texto constitucional, se contemplan los alimentos de una familia, pero surge una inquietud: ¿con los incrementos podrán todas las familias mexicanas seguir pagando por su alimentación o ésta se verá afectada?
Malas noticias
Recientemente la titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO) Laura Velázquez, dijo que en la Ciudad de México se presentarán incrementos desde 15 hasta un 80 por ciento en los productos que conforman la canasta básica al comenzar el 2011, esto a consecuencia de la alza en los precios de los combustibles.
Velázquez agregó que la cuesta de enero para los capitalinos es un impacto directo en la canasta básica, el aumento se estima en 16 por ciento -como se mencionó anteriormente- y algunos presentarán aumentos de hasta un 80 por ciento.
La canasta básica y el salario
En el presente son 89 productos los que conforman una canasta básica. Cuando una familia quiere adquirir al menos 25 de ellos, va a requerir destinar casi 10 salarios mínimos, por lo que podemos asumir que la gente con ingresos menores no tienen posibilidad de consumir lo indispensable.
La canasta básica es un conjunto de bienes y servicios indispensables para que una familia pueda satisfacer sus necesidades básicas de consumo a partir de su ingreso. En la canasta básica mexicana productos para la despensa y servicios diversos.
Esta es la conformación actual de la canasta básica: Alimentos, bebidas y tabaco; ropa, calzado y accesorios; vivienda; muebles, aparatos y accesorios domésticos; salud y cuidado personal; transporte; educación y esparcimiento, así como otros servicios.
Los primeros 10 elementos que conforman la canasta básica son:
1. Arroz
2. Los aceites y grasas vegetales comestibles
3. Huevo
4. Pan de caja
5. Galletas populares
6. Harinas de trigo
7. Pasteles y pastelillos
8. Pollo en piezas
9. Leche
10. Pasta para sopa
De acuerdo a estudios del PT y Convergencia (la mayoría de ellos elaborados por nuestro amigo diputado Mario Di Costanzo), en el 2009 la canasta básica aumentó 63.14 por ciento, al pasar de 812.98 pesos a mil 326.32 pesos. En diciembre de 2006 eran suficientes 134 horas de trabajo de salario mínimo para adquirir la canasta básica (alrededor de 54 pesos por hora) y al día de hoy son necesarias 193 horas laborales.
Sin duda alguna, el poder adquisitivo de la población ha venido disminuyendo, contrario al caso del desempleo que ha estado aumentando, por ese motivo, incrementar la carga fiscal de las personas físicas o el incremento de los bienes y servicios públicos afecta aun más los bolsillos de la población.
Debilitamiento del poder adquisitivo
Para el diputado federal Mario Di Costanzo, a pesar de que entre diciembre de 2006 y diciembre de 2010, el crecimiento de los precios de muchos bienes y servicios de consumo básico o generalizado han sido superiores al 60 por ciento, el salario mínimo, incluido el que estará vigente para el presente 2011, apenas y registra un aumento acumulado del 22 por ciento.
Di Costanzo ha señalado que mientras entre diciembre de 2006 y diciembre de 2010, el precio de un kilogramo de frijol pasó de 9.60 pesos a 24 pesos -es decir que registró un crecimiento de 150 por ciento- el salario mínimo diario, incluyendo el incremento para 2011, apenas creció 22 por ciento.
Eso significa que a lo largo de los últimos 5 años, el poder adquisitivo del salario mínimo se ha venido deteriorando de manera importante, lo que finalmente debilita el mercado interno, el ahorro y el bienestar de todas las familias del país.
Productos como el frijol, arroz o huevo, han registrado a lo largo del período mencionado, incrementos superiores al 100 por ciento, o en otros casos, como el pan Bimbo, el pollo o la leche, dichos incrementos han sido superiores al 30 por ciento.
Mientras que en diciembre de 2006, con un salario mínimo se podían adquirir 5.07 kilogramos de frijol, ó 6.28 kilogramos de arroz, ó 2.43 kilogramos de pollo, o bien 3.5 paquetes de pan Bimbo; para el mes de enero de 2011, con el salario mínimo sólo se podrán adquirir 2.44 kilogramos de frijol, ó 2.99 kilogramos de arroz, ó bien 1.8 kilogramos de pollo.
Pero eso no es todo, indicó que se añade también el incremento registrado en el costo de los energéticos, ya que por ejemplo entre diciembre de 2006 y diciembre del 2010, el costo de un litro de gasolina magna pasó de 6.61 pesos por litro a 8.76 pesos por litro, es decir, un incremento de 32.52 por ciento; en el caso del Diesel durante el mismo periodo se incrementó en 65.1 por ciento al pasar de 5.45 en diciembre de 2006 a 9 pesos durante el pasado mes de diciembre.
En el caso de la energía eléctrica se ha observado la misma tendencia, ya que la tarifa de consumo básico pasó de 0.619 pesos por kilowatt hora a 0.709 pesos en diciembre de 2010, y la de consumo intermedio pasó de 0.733 pesos por kilowatt hora a 1.181 por kilowatt hora (61%).
Ironía: gobierno rico, pueblo pobre
Recientemente estudios realizados por el Instituto Tecnológico de Monterrey indicaron que al cierre del 2010 alrededor de 6.8 millones de mexicanos pasarán a formar parte a las filas de la población en condiciones de pobreza, resaltando que de la cifra, 2.5 millones no dispondrán de los alimentos necesarios para cubrir sus necesidades básicas.
Con dichas cifras, ahora el número de pobres en México será de 50 millones, de los cuales 19 millones vivirán en condiciones de pobreza alimentaria, efectivamente ¡19 millones de mexicanos sin saber a ciencia cierta si podrán comer o no diariamente!
El informe detalla lo siguiente:
Los mexicanos que realizan actividades informales rebasó los 12.84 millones que en comparación con el segundo trimestre de 2009, representan 659 mil 571 personas más.
3.75 millones de mexicanos no perciben ingresos, lo que se traduce a 148 mil 427 personas que se suman.
11.64 millones no tienen acceso a prestaciones distintas de la salud, lo que implica un aumento de 421 mil 648 entre 2009 y 2010.
Finalmente 28.81 millones de habitantes de no cuentan con servicios de salud.
Si las anteriores cifras ya nos ponen en alerta roja, falta decir que mientras la pobreza va en aumento, el gasto corriente del gobierno presenta una tendencia al alza en los últimos años, todos los problemas económicos se les está atribuyendo a la crisis, a la inseguridad, aunque estos factores si son determinantes, no debemos olvidar que México tuvo una mayor recaudación fiscal en 2010 y que los mayores recursos han servido sólo para pagar prestaciones y remuneraciones de funcionarios públicos. Es decir, el dinero que hemos estado pagando los mexicanos no se ha reinvertido en nosotros, sino que se ha despilfarrado generando entonces así un gobierno caro, con salarios de primer nivel y por el otro lado, un pueblo sumergido en la miseria y con una baja calidad de productos y servicios.
Considerando los elementos anteriormente expuestos, estamos en condiciones de responder a la inquietud central del presente análisis: ¿con los incrementos podrán todas las familias mexicanas seguir pagando por su alimentación o ésta se verá afectada? La respuesta es no. Habrán personas que en el presente 2011 literalmente se van a morir de hambre, mientras muchos de los integrantes de la clase política y empresarial estarán gozando de las ganancias que les arroja el estar a cada rato elevando los precios de las cosas que consumimos. La otra pregunta obligada que surge es: ¿hasta cuándo la población mexicana seguirá permitiendo la simulación del gobierno, la burla y los atropellos de los potentados?
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