¿Habrá elecciones en 2012?

Francisco Rodríguez / Índice Político

Tiene razón el politólogo Luis Miguel Martínez Anzures cuando pone en tela de duda que, para el 2012, pudieran celebrarse elecciones federales en nuestro país. En un artículo periodístico publicado en la segunda quincena del reciente diciembre (La Crónica: 21/XII/2010), el doctor en Administración Pública y maestro de la UNAM recoge, para empezar, el generalizado “reclamo en exigir que termine la barbarie de Calderón, empeñado en prolongar una guerra que suma 33 mil víctimas” y que, desde su perspectiva, puede verse de diferentes maneras:

“Primero, por el afán desmedido de arrasar con el sistema electoral mexicano, empezando por Michoacán, para intentar alterar cualquier asomo de elecciones legítimas para gobernador, diputados y ayuntamientos que deberán celebrarse el próximo año.

“Segundo, continuar el establecimiento de la violencia para que a partir de allí se continúe en estados que pretendan renovar poderes, hasta obtener la joya de la corona: perturbar las elecciones generales en julio del 2012 y hacer que el PAN permanezca anclado en el poder. Si ese lejano pero posible evento se llegará a generar, podríamos encontrarnos frente a la hipótesis de colombianización y provocar que un grupo de guerrilleros ‘serios’ asuma el control de la situación. Ese escenario puede mandar a hacer cola a los dirigentes políticos y sociales que quieran luchar por el poder en el ‘país de nunca jamás’.”

Tal escenario es para nada improbable. El ocupante de Los Pinos se aferra no sólo al relativo poder que ejerce desde la posición que “haiga sido como haiga sido” asaltó desde diciembre de 2006. Los recientes cambios en su equipo de colaboradores más próximos pueden confirmarlo. Fueron realizados para fortalecerlo a él y no, cual equivocadamente algunos sostienen, para reforzar las ambiciones de quienes dentro de su partido son mencionados para sucederlo. Otra obsesión a la que el michoacano también se sujeta a no ser él quien entregue el poder a un priísta, lo que bien podría ocurrir de no suspenderse las elecciones federales de 2012.

Suspendidos o pospuestos los comicios por falta de condiciones en buena parte de los estados del norte y, especialmente, en no pocos municipios, la actual Legislatura Federal, reunida en Congreso General, se vería obligada a nombrar a un interino que fungiera en el cargo a partir de diciembre de 2012 –para que convocara a elecciones cuando se dieren las referidas condiciones--, y muy seguramente Calderón negociaría que ese sucesor “a modo” no fuese militante del tricolor.

¿Hay en el entorno del panista quien le sucundara en este no tan disparatado escenario? ¿El Ejército? ¿La Marina? ¿La Policía Federal que para entonces pudiera ser Policía Única bajo el mando de su favorito Genaro García Luna?

Hay dudas entre aquellos a quienes se ha planteado lo anterior sobre el papel que en ese escenario pudiese desempeñar la institución verde olivo. No así con respecto a la Armada y a los pefepos que, de acuerdo a las misivas cruzadas entre la legación estadounidense en nuestro país y el Departamento de Estado en Washington conocidas gracias a Wikileaks, gozan de una especial consideración no sólo en Los Pinos, también en la Casa Blanca.

Más aún, el sector más duro de la política del vecino del norte también daría su aquiescencia, pues le garantizaría la prolongación de esta sangrienta dizque “guerra” contra el narco, trasladando a nuestro territorio una lucha que debería darse entre sus propios consumidores y dealers. Obviamente, también le abonaría en más negocios de venta de armas, tanto a los narcos como a la Administración.

En la misma colaboración, Martínez Anzures da otros argumentos:

Tercero, la esquizofrenia de Calderón, provocada según sus más cercanos colaboradores por excesos alcohólicos, ha desatado el apetito de empresas transnacionales para saciar su sed de recursos naturales, mientras Calderón se divierte con sus juguetitos de inteligencia que solo logran desviar la atención de la opinión pública hacia lo que verdaderamente nos debería importar, que es nuestra propia sobrevivencia y la de nuestros descendientes.

“Cuarto, los que dirigen la política bélica norteamericana saben, desde el Comando Norte del Pentágono, que todos los mexicanos con tres dedos de frente intuyen que los narcos despachan en los mismos escritorios de quienes ordenan a los sicarios, en los mismos zapatos de quienes dirigen la Nación.

“Quinto, ante la gran decisión del 2012, hay muchos magnates que tienen la duda de que el delfín elegido por Calderón pueda con el paquete y ya están volteando hacia Washington, Nueva York y Chicago para que desde allí se procese todo un mecanismo político–electoral de cohabitación para continuar enquistados en el poder que por doce años les ha corrompido absolutamente.

“Sexto, los chiqueados militares pasan la vergüenza de su vida, sobre todo después de las filtraciones de Wikileaks que ventanea sus disputas palaciegas. Su indigno papel de guardaespaldas de traficantes los ha convertido en simples escoltas del negocio del trasiego…”

Y usted ¿qué piensa? ¿Habrá elecciones en el 2012?

Índice Flamígero: Otra vez, Diálogos para la Seguirdad. Otra vez los mismos asistentes. Otra vez, los mismos anuncios del fracaso, presentados como si fueran éxitos. ¿Es un logro que en el 2010 hayan muerto más de 15 mil mexicanos en esta guerra de Calderón?

Comentarios