Pacto de Calderón con “El Chapo”

Martha Anaya

Ahora resulta que Felipe Calderón sí pactó con los narcos…; bueno, no con todos, nomás con “El Chapo” Guzmán.

Semejante revelación apareció en la edición de este domingo de la revista Proceso: “Operación Mouriño. El contacto Los Pinos-El Chapo”, anuncia desde su portada, con la foto –y su sombra—del fallecido ex secretario de Gobernación.

¡Vaya manera de aguitarle a Felipe Calderón su festejo por sus cuatro años de gobierno!

El texto de proceso, que transcribe algunos fragmentos de un libro próximo a aparecer de Anabel Hernández “Los señores del narco”, recoge entre otras cosas lo siguiente:
Que un general X de más de 65 años de edad, que colaboraba como asesor subrepticio con Juan Camilo Mouriño en la Presidencia de la República desde 2007, que sirvió para el Ejército Mexicano en la Brigada Blanca, la Dirección Federal de Seguridad y la Coordinación de Seguridad Nacional (no citan su nombre pero algunos datos llevan a pensar que bien pudiera tratarse del general Acosta Chaparro), recibió una encomienda del Jefe de la Oficina Presidencial: poner en paz a los cárteles de la droga.

El general X –de cuya encomienda estaba enterado el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván—comenzó a tocar puertas con los narcos y en los primeros meses del 2008 logró encontrarse con Joaquín Loaera Guzmán “El Chapo”.

Según esta historia, Guzmán Loaera le dijo al general que “todas las plazas” donde opera el crimen organizado “están vendidas”. El problema estaba en que algunos funcionarios del gobierno federal y de algunos gobiernos locales las habían vendido en más de una ocasión a diferentes grupos, generando un caos entre los cárteles.

Cuando el emisario de Los Pinos habló con “El Chapo”, Mouriño ya era secretario de Gobernación. La encomienda al general X seguía vigente. En ese encuentro, “El Chapo” quejó con el general X porque, según le diría, el propio Juan Camilo Mouriño y su coordinador de asesores en la secretaría de Gobernación les vendieron a los Beltrán Leyva la plaza del Estado de México en diez millones de dólares. Y el problema estribaba en que dicha venta ocurrió después de que la operación había sido ya comprometida con Guzmán Loaera.

Refiere el texto de Anabel que Mouriño habría hecho la transacción (con los Beltrán) persuadido por el ex presidente municipal de Tlanepantla y actual senador del Estado de México por el PAN, Ulises Ramírez.

Según le habría contado el “Chapo” Guzmán al general X, el gobierno de Calderón, vías Mouriño, había acordado con su clan que el gobierno federal combatiría a sus antiguos socios: los Beltrán Leyva. Y en Tlanepantla había roto el pacto.

Ante tales afirmaciones –hechas cara a cara—el general X se dio cuenta (tardíamente) que Mouriño lo había enviado mandado a encontrar un arreglo a su propia falla.
Hasta aquí parte de lo que publica Proceso en su número 1778. Lo más importante que se desprende –y cuyo señalamiento ha surgido por múltiples voces–es que sí hay un acuerdo entre el gobierno de Calderón y el cártel de “El Chapo”.

Así que sería mejor que Calderón y los suyos dejaran de desgarrarse las vestiduras y de darse golpes de pecho mostrándose como “puros” y queriéndonos convencer de su “cruzada santa” contra el narcotráfico.

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