Muñoz Ledo: el más grande ideólogo y político de la burguesía, pero también de la socialdemocracia

Pedro Echeverría V.

1. Porfirio Muñoz Ledo (PML) ha dado más de 100 mil entrevistas en su vida, pero en estos días, a raíz de la publicación de su libro: “La vía radical para refundar la República”, en el que llama a una “reinvención política” (porque la economía, la política, la sociedad, atraviesan en México tiempos extremadamente difíciles), ha plasmado sus más recientes ideas. Además del libro, en una entrevista a la revista Proceso y otra al periódico La Jornada, PML señala que “cada vez es menos capaz de mostrarse optimista ante la realidad nacional y prevé la afganización de México, es decir, que se llegue a una comprobación de que el país es de plano ingobernable. Ve venir la internacionalización del conflicto mexicano y hasta un posible intervención de EEUU, o bien una sustitución de la autoridad civil por la militar. El narcotráfico ya es un poder político y un desafío abierto”. PML es de palabra fácil, pero puede estar advirtiendo una realidad.

2. El único mexicano al que veo parecido con Muñoz Ledo es a Vicente Lombardo Toledano (1894-68), porque los dos son intelectuales y políticos inteligentes y hábiles. La diferencia fundamental es que Lombardo era más intelectual que político, a pesar de ser el fundador de la CTM en 1936, su primer secretario general y además de haber sido el creador del PP (luego PPS) y su dirigente hasta su muerte en 1968. Además fue diputado federal, articulista, conferencista y escritor. Muñoz Ledo ha sido más político que intelectual porque ha ocupado -como ningún otro político en la historia- por los menos 10 cargos del más alto nivel en el gobierno y en la oposición. Intelectuales en México sin presencia política han habido decenas; políticos sin ser intelectuales ha habido centenares, incluso todos los presidentes de la República, sin ningún brillo intelectual. Incluso los dos –Lombardo y Muñoz Ledo- fueron candidatos presidenciales de risa.

3. Sobre Lombardo se ha escrito mucho acerca de su papel como “intelectual orgánico” y de “oposición antiimperialista”; se debatió ampliamente en la izquierda sesentera sobre sus discursos y folletos como “socialista”, como apoyador del PRI y como socialdemócrata; incluso por haberse opuesto a la huelga ferrocarrilera vallejista y al movimiento estudiantil de 1968. Sin embargo, aunque poco se habla de él, siguen siendo muy pocos los trabajos escritos sobre su comportamiento político. Lombardo llegó a tener ante el Kremlin estalinista, durante un tiempo, mayor presencia que el PCM. Muñoz Ledo aparece en alta política alrededor en 1961 en Educación Superior (SEP), después como consejero cultural de embajada, alto funcionario del IMSS y secretario de la Presidencia. No fue militante de ningún grupo comunista ni de izquierda; tampoco Lombardo, cuya transformación se da en la CTAL (1942)

4. Muñoz Ledo parece una enciclopedia política ambulante, además que con la gran confianza que tiene en sí mismo, siempre está listo para disparar una opinión o un discurso frente a quien sea. Me parece tan hábil que podría convencer a un auditorio con una mentira o una exageración que luego podría componer con mil argumentos para salir airoso. La realidad es que a sus 77 años de edad y más de 50 años ocupando cargos como secretario del Trabajo, de Educación Pública, embajador en la ONU, presidente del PRI, fundador y presidente del PRD, jefe de legisladores, si no sabe algo en política “lo inventa”, pero con una gran cantidad de reflexiones políticas e históricas. Podría asegurar que ningún político en México ha estado dispuesto a enfrentársele en una polémica y, cuando se ha dado el caso sus rivales se han salido por la tangente.

5. Entonces, si hay volubilidad en Muñoz Ledo, ¿no hay que creerle cuando habla de reinvención política, de pesimismo, de afganización de México, de ingobernabilidad, de internacionalización del conflicto, de intervención directa de los EEUU, de golpe militar y predominio del narcotráfico? Pienso que lo que PML denuncia –que seguramente trata con mayor extensión en su libro- es real y sólo sería parte de lo mucho que estudiosos, articulistas y luchadores sociales hemos venido denunciando en los últimos dos años: tales como la ingobernabilidad, en la que parece haber unanimidad, el predominio del narcotráfico que ha penetrado abiertamente entre los empresarios lavadores de dinero, el ejército y el gobierno. ¿Qué decir de la cada vez mayor intervención de los EEUU en México con la venta de armas, aviones, helicópteros, asesores técnicos y militares? Lo que PML hace es explicar y dar más argumentos sobre cada uno de los problemas.

6. En lo que coincido plenamente con Muñoz Ledo, y lo he escrito en varias ocasiones, es que tenemos que repensar, reinventar, analizar a fondo la política; no podemos seguir repitiendo los mismos esquemas de hace 30 años porque la dominación política de la burguesía, el imperialismo, sobre todo el enorme papel de los medios de información como la televisión y la radio, han cambiado; pero también coincido con él en que no se puede ser completamente optimista cuando las izquierdas están desapareciendo del panorama en beneficio de las socialdemocracias electoreras. ¿Quién puede negar que el narcotráfico mantiene hoy una gran fuerza en todos los campos y que los EEUU, por voz de Hillary Clinton, están listos para intervenir totalmente cuando alguien como el presidente lo pida? Eso es lo que PML llama la “afganización del país”, el no poder controlar la situación de lo que llaman “terrorismo” y comenzar a bombardear.

7. Así como hay que leer a intelectuales como Petras, Chomsky o Lorenzo Meyer, hay que leer a Muñoz Ledo –que nunca ha sido marxista- por el sólo hecho de tener un profundo conocimiento de la clase política mexicana. No se cuántas piruetas políticas más nos haga ver, pero no dejo de estar convencido que a sus 50 años de vivir en el monstruo, y de militar con la mayor intensidad, algo nuevo nos puede decir, sobre todo acerca de esa idea de reinventar todo y su explicación sobre porque ya no se puede ser tan optimista. Quizá más adelante encuentre mejor tratado, con mucha mayor profundidad estos problemas, pero quizá el empirismo de PML me sirva de algo. Me urge encontrar, donde estos se encuentren, los mejores y más profundos argumentos que me demuestren porque América Latina, después de 500 años de dominación, no ha podido liberarse ni tampoco parece que lo pueda hacer en los próximos 50 años.

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