Con informacion de las Agencias
En la Rotonda de las Personas Ilustres, del Panteón Civil de Dolores, se recordó al artista fallecido hace 53 años
Diego Rivera (1886-1957) no sólo fue un gran artista, sino también un revolucionario que pintó, tanto en su obra de caballete como en sus murales, el espíritu de la Revolución Mexicana, aseguró hoy aquí Guadalupe Rivera Marín, en el 53 Aniversario Luctuoso del pintor mexicano.
En el acto, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes en la Rotonda de las Personas Ilustres, del Panteón Civil de Dolores, la hija del creador guanajuatense recordó así a su padre, como un hombre que se opuso a las injusticias sociales y que siempre levantó la voz a favor de los más desprotegidos.
Acompañada por los nietos del autor de 'Sueño de una tarde dominical en la Alameda', Rivera Marín afirmó que su padre siempre tuvo intención de expresar en forma plástica los sucesos, ideas y esperanzas de la Revolución Mexicana.
A 100 años del movimiento revolucionario, Rivera Marín se dijo consternada por la situación de inseguridad que se vive en el país y lamentó el que cada vez sea más complejo vivir aquí.
Luego, pugnó por revalorar el pasado y darle su lugar al movimiento independentista y revolucionario, pues consideró que en la actualidad 'cuesta mucho reconocer lo que fueron esas gestas y lo grande que somos ahora como nación'.
En su oportunidad, la directora del Instituto Nacional del Bellas Artes (INBA) , Teresa Vicencio, dijo que más que un aniversario luctuoso al pintor, se trata de una celebración de la vida.
Indicó que la vida de Rivera fue intensa, creativa, comprometida, nutrida de nuestras raíces y a la que hizo universales en su tiempo, 'como si se tratara de la constancia de un provechoso paso por el mundo'.
Su obra, a 53 años de su muerte, aporta todo un repertorio de sentimientos mexicanos, consideró.
Recordó que dos de los museos del INBA, el Casa Estudio en San Angel y el Museo Mural, se ocupan de todo lo relativo a su obra y entorno en que ésta se realizó.
'Circunstancias, ideas, ideologías, sus contemporáneos, sus afines, su obra y cuanto concierne a ella, es tema de interés para nuestros investigadores y curadores, pero también es testimonio de su belleza y actualidad', dijo.
Precisó que de 1921 a 1956 Rivera plasmó su talento en más de siete mil metros cuadrados de murales, tanto en México como en Estados Unidos.
Entre ellos, expuso, en el Anfiteatro Simón Bolívar, la Secretaría de Educación Pública, la de Salud, el Palacio de Bellas Artes, el Nacional y en Chapingo, por citar algunos.
En cada una de sus obras, dijo, existe una visión del mundo que se va transformando con el paso de los años, porque detrás de la gran capacidad creativa de este artista había un proyecto cultural, una política educativa y una ideología.
Tras el acto protocolario, Guadalupe Rivera Marín y Teresa Vicencio depositaron un arreglo de alcatraces el pie de la tumba del artista, para enseguida montar una guardia de honor, acompañadas por los nietos del celebre pintor.
Imagen: Por El Enmascarado en el Exilio, El Gordito y la Catrina; Oleo sobre tela; 13' x 11' (2009).
En la Rotonda de las Personas Ilustres, del Panteón Civil de Dolores, se recordó al artista fallecido hace 53 años
Diego Rivera (1886-1957) no sólo fue un gran artista, sino también un revolucionario que pintó, tanto en su obra de caballete como en sus murales, el espíritu de la Revolución Mexicana, aseguró hoy aquí Guadalupe Rivera Marín, en el 53 Aniversario Luctuoso del pintor mexicano.
En el acto, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes en la Rotonda de las Personas Ilustres, del Panteón Civil de Dolores, la hija del creador guanajuatense recordó así a su padre, como un hombre que se opuso a las injusticias sociales y que siempre levantó la voz a favor de los más desprotegidos.
Acompañada por los nietos del autor de 'Sueño de una tarde dominical en la Alameda', Rivera Marín afirmó que su padre siempre tuvo intención de expresar en forma plástica los sucesos, ideas y esperanzas de la Revolución Mexicana.
A 100 años del movimiento revolucionario, Rivera Marín se dijo consternada por la situación de inseguridad que se vive en el país y lamentó el que cada vez sea más complejo vivir aquí.
Luego, pugnó por revalorar el pasado y darle su lugar al movimiento independentista y revolucionario, pues consideró que en la actualidad 'cuesta mucho reconocer lo que fueron esas gestas y lo grande que somos ahora como nación'.
En su oportunidad, la directora del Instituto Nacional del Bellas Artes (INBA) , Teresa Vicencio, dijo que más que un aniversario luctuoso al pintor, se trata de una celebración de la vida.
Indicó que la vida de Rivera fue intensa, creativa, comprometida, nutrida de nuestras raíces y a la que hizo universales en su tiempo, 'como si se tratara de la constancia de un provechoso paso por el mundo'.
Su obra, a 53 años de su muerte, aporta todo un repertorio de sentimientos mexicanos, consideró.
Recordó que dos de los museos del INBA, el Casa Estudio en San Angel y el Museo Mural, se ocupan de todo lo relativo a su obra y entorno en que ésta se realizó.
'Circunstancias, ideas, ideologías, sus contemporáneos, sus afines, su obra y cuanto concierne a ella, es tema de interés para nuestros investigadores y curadores, pero también es testimonio de su belleza y actualidad', dijo.
Precisó que de 1921 a 1956 Rivera plasmó su talento en más de siete mil metros cuadrados de murales, tanto en México como en Estados Unidos.
Entre ellos, expuso, en el Anfiteatro Simón Bolívar, la Secretaría de Educación Pública, la de Salud, el Palacio de Bellas Artes, el Nacional y en Chapingo, por citar algunos.
En cada una de sus obras, dijo, existe una visión del mundo que se va transformando con el paso de los años, porque detrás de la gran capacidad creativa de este artista había un proyecto cultural, una política educativa y una ideología.
Tras el acto protocolario, Guadalupe Rivera Marín y Teresa Vicencio depositaron un arreglo de alcatraces el pie de la tumba del artista, para enseguida montar una guardia de honor, acompañadas por los nietos del celebre pintor.
Imagen: Por El Enmascarado en el Exilio, El Gordito y la Catrina; Oleo sobre tela; 13' x 11' (2009).
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