Martha Anaya / Crónica de Política
-¿Qué le están pareciendo las reacciones de los distintos Gobiernos ante la filtración (de los documentos diplomáticos obtenidos por Wikileaks)?-, le preguntaron ayer internautas a Javier Moreno, director del diario español El País.
Su respuesta fue breve y clara:
-No muy brillantes, la verdad. Pero tampoco sé si tienen mucha capacidad de hacer algo más creativo. No es un momento fácil para ser portavoz de ningún Gobierno.
Efectivamente. Las reacciones ante la revelación de más de 250 mil mensajes reservados de los distintos embajadores de Estados Unidos en el mundo entero con el Departamento de Estado de su país, han rozado desde la histeria y amenazas, hasta burlas o el intento de desestimarlas por completo.
Robert Gibbs, portavoz de la Casa Blanca, calificó directamente como un “crimen” el robar y diseminar información: “Los responsables de esta filtración, y quienes les han ayudado, son unos criminales”. Además, indicó, la filtración representa “una violación grave de la ley y una amenaza grave para quienes desarrollan nuestra política extranjera”.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, declaró que la filtración era un ataque no solo a la diplomacia estadounidense, sino a la comunidad internacional.
En el caso de México –según Moreno algunos de los documentos hablan precisamente de la guerra contra el narcotráfico, y los darán a conocer en los próximos días–, voceros oficiosos del gobierno ya se están curando en salud y califican los documentos como “puro chisme barato”, “intrascendentes”.
¿Por qué tal actitud de los portavoces mexicanos? Porque mensajes desde México, sobre México y nuestros funcionarios aparecen también entre esas filtraciones (más de dos mil mensajes al respecto), y según adelantó el director de El País, “entre otros temas se encuentra uno fundamental ahora mismo en México: la guerra contra el narcotráfico”.
El material obtenido por Wikileaks comenzó a publicarse –por decisión del propio sitio web—en cinco medios impresos de gran peso: The New York Times, Le Monde, El País, Der Spiegeal y The Guardian. La selección de los temas a destacar es propia de cada medio. En el caso del diario El País, dijo su director, “nuestro foco de interés y nuestra responsabilidad se centran en España y América Latina. En los próximos días difundiremos informaciones relevantes sobre Venezuela, México, Bolivia, Cuba y otros países. Hoy mismo en elpais.com arrancamos con Argentina”.
-¿Se ha considerado la llamada razón de Estado a la hora de ofrecer al público la información presentada? Y si así fuera, ¿cómo ha afectado al resultado final?-, interrogan a Javier Moreno.
-Sí –responde el responsable del periódico español–. Pero ha primado el derecho de los ciudadanos a disponer de información veraz y relevante sobre asuntos públicos de interés general. Los periódicos tenemos muchas obligaciones. Entre ellas no se encuentra el proteger a los Gobiernos, y al poder en general, de situaciones embarazosas.
Pronto, pues, tocará conocer lo que hay sobre México. Y, por la reacción anticipada (extraoficialmente) del gobierno mexicano, algo fuerte esperan. No tardaremos en saberlo.
-¿Qué le están pareciendo las reacciones de los distintos Gobiernos ante la filtración (de los documentos diplomáticos obtenidos por Wikileaks)?-, le preguntaron ayer internautas a Javier Moreno, director del diario español El País.
Su respuesta fue breve y clara:
-No muy brillantes, la verdad. Pero tampoco sé si tienen mucha capacidad de hacer algo más creativo. No es un momento fácil para ser portavoz de ningún Gobierno.
Efectivamente. Las reacciones ante la revelación de más de 250 mil mensajes reservados de los distintos embajadores de Estados Unidos en el mundo entero con el Departamento de Estado de su país, han rozado desde la histeria y amenazas, hasta burlas o el intento de desestimarlas por completo.
Robert Gibbs, portavoz de la Casa Blanca, calificó directamente como un “crimen” el robar y diseminar información: “Los responsables de esta filtración, y quienes les han ayudado, son unos criminales”. Además, indicó, la filtración representa “una violación grave de la ley y una amenaza grave para quienes desarrollan nuestra política extranjera”.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, declaró que la filtración era un ataque no solo a la diplomacia estadounidense, sino a la comunidad internacional.
En el caso de México –según Moreno algunos de los documentos hablan precisamente de la guerra contra el narcotráfico, y los darán a conocer en los próximos días–, voceros oficiosos del gobierno ya se están curando en salud y califican los documentos como “puro chisme barato”, “intrascendentes”.
¿Por qué tal actitud de los portavoces mexicanos? Porque mensajes desde México, sobre México y nuestros funcionarios aparecen también entre esas filtraciones (más de dos mil mensajes al respecto), y según adelantó el director de El País, “entre otros temas se encuentra uno fundamental ahora mismo en México: la guerra contra el narcotráfico”.
El material obtenido por Wikileaks comenzó a publicarse –por decisión del propio sitio web—en cinco medios impresos de gran peso: The New York Times, Le Monde, El País, Der Spiegeal y The Guardian. La selección de los temas a destacar es propia de cada medio. En el caso del diario El País, dijo su director, “nuestro foco de interés y nuestra responsabilidad se centran en España y América Latina. En los próximos días difundiremos informaciones relevantes sobre Venezuela, México, Bolivia, Cuba y otros países. Hoy mismo en elpais.com arrancamos con Argentina”.
-¿Se ha considerado la llamada razón de Estado a la hora de ofrecer al público la información presentada? Y si así fuera, ¿cómo ha afectado al resultado final?-, interrogan a Javier Moreno.
-Sí –responde el responsable del periódico español–. Pero ha primado el derecho de los ciudadanos a disponer de información veraz y relevante sobre asuntos públicos de interés general. Los periódicos tenemos muchas obligaciones. Entre ellas no se encuentra el proteger a los Gobiernos, y al poder en general, de situaciones embarazosas.
Pronto, pues, tocará conocer lo que hay sobre México. Y, por la reacción anticipada (extraoficialmente) del gobierno mexicano, algo fuerte esperan. No tardaremos en saberlo.
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