Chantal López y Omar Cortés / Antorcha Biblioteca Virtual
Una brevísima reseña de su desarrollo
Surgido en 1909 mediante la conformación del Partido Nacional Antirreeleccionista por los señores Francisco I. Madero y Emilio Vazquez Gómez, cuyo principal objetivo era el acceder a un posicionamiento estratégico de cara a las elecciones por celebrarse en el año siguiente, el maderismo manifiéstase como un movimiento político-civilista de tendencias oportunistas a la caza de la vicepresidencia de la República.
En efecto, ante el vacío producido por las derrotas de las intentonas insurreccionales promovidas durante 1908 por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, al igual que por la ya inocultable escisión generada en el organismo liberal, las fuerzas políticas emergentes mexicanas se aprestarán a cubrir ese vacío generando sus propios objetivos y tácticas. La cercanía de la contienda electoral federal, aunado ello a una ingenua creencia y persistente fe en el juego electoral, el Partido Nacional Antirreeleccionista alcanzará un rápido y sorprendente desarrollo que le colocará como serio competidor de los abanderados porfiristas. Y cuando el entonces presidente de la República, general Porfirio Díaz concede la entrevista al periodista norteamericano Creelman, en donde, entre otras cosas, llega a afirmar que México está apto para la democracia, como reguero de pólvora se expande la suposición de que el viejo dictador por fin da esperanzas de retirarse voluntariamente del poder.
Ante tan favorable panorama la desatada euforia de amplios sectores de la población mexicana hacen depender sus esperanzas de cambio en la actividad del Partido Nacional Antirreeleccionista.
Así, la contienda electoral de 1910 presentase como una verdadera opción para la consolidación de los cambios que veíanse ya de urgente realización, particularmente en lo referente al posicionamiento de grupos opositores dispuestos a desarrollarse dentro del marco electoral, alejados de las intentonas insurreccionales a las que parecíase haberse hecho adicto el en otras épocas nucleo opositor por excelencia, el Partido Liberal Mexicano lidereado por Ricardo Flores Magón, cuyo último sonado triunfo fue el haber convencido a un periodista norteamericano de nombre John Kenneth Turner a que se aventurase por territorio mexicano y comprobase, por él mismo, el cúmulo de informes que Ricardo Flores Magón y otros miembros del Partido Liberal Mexicano, habíanle transmitido, acerca de las pésimas condiciones en que vivía una importante parte de la población mexicana, cuando lograron entrevistarse con él estando presos en la carcel del condado de Los Angeles, California. Y sería de aquel viaje, emprendido por Turner, que emergería el libro México bárbaro, el que, dicho sea de paso, causó más daño al regimen porfirista que todas las intentonas insurreccionales promovidas hasta ese entonces por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano.
Así, ante el generalizado descrédito del regimen porfirista a raíz de la publicación de México bárbaro, y acorralado, en lo interior, por las afirmaciones del señor Porfirio Díaz en la entrevista de Creelman, el Partido Nacional Antirreeleccionista, supuso llegado su momento de gloria, redoblando esfuerzos en sus labores organizativas de cara a las elecciones por realizarse.
En un inicio preveíase que la contienda electoral de 1910 iba a ser muy cerrada, ya que la desbordante y entusiasta manera en como amplísimos sectores de la población mexicana daban la bienvenida al Partido Nacional Antirreeleccionista hacían prever que el fin del porfirismo encontrábase prácticamente a la vuelta de la esquina. Pero ... la realidad sería otra ... y muy diferente.
Una brevísima reseña de su desarrollo
Surgido en 1909 mediante la conformación del Partido Nacional Antirreeleccionista por los señores Francisco I. Madero y Emilio Vazquez Gómez, cuyo principal objetivo era el acceder a un posicionamiento estratégico de cara a las elecciones por celebrarse en el año siguiente, el maderismo manifiéstase como un movimiento político-civilista de tendencias oportunistas a la caza de la vicepresidencia de la República.
En efecto, ante el vacío producido por las derrotas de las intentonas insurreccionales promovidas durante 1908 por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, al igual que por la ya inocultable escisión generada en el organismo liberal, las fuerzas políticas emergentes mexicanas se aprestarán a cubrir ese vacío generando sus propios objetivos y tácticas. La cercanía de la contienda electoral federal, aunado ello a una ingenua creencia y persistente fe en el juego electoral, el Partido Nacional Antirreeleccionista alcanzará un rápido y sorprendente desarrollo que le colocará como serio competidor de los abanderados porfiristas. Y cuando el entonces presidente de la República, general Porfirio Díaz concede la entrevista al periodista norteamericano Creelman, en donde, entre otras cosas, llega a afirmar que México está apto para la democracia, como reguero de pólvora se expande la suposición de que el viejo dictador por fin da esperanzas de retirarse voluntariamente del poder.
Ante tan favorable panorama la desatada euforia de amplios sectores de la población mexicana hacen depender sus esperanzas de cambio en la actividad del Partido Nacional Antirreeleccionista.
Así, la contienda electoral de 1910 presentase como una verdadera opción para la consolidación de los cambios que veíanse ya de urgente realización, particularmente en lo referente al posicionamiento de grupos opositores dispuestos a desarrollarse dentro del marco electoral, alejados de las intentonas insurreccionales a las que parecíase haberse hecho adicto el en otras épocas nucleo opositor por excelencia, el Partido Liberal Mexicano lidereado por Ricardo Flores Magón, cuyo último sonado triunfo fue el haber convencido a un periodista norteamericano de nombre John Kenneth Turner a que se aventurase por territorio mexicano y comprobase, por él mismo, el cúmulo de informes que Ricardo Flores Magón y otros miembros del Partido Liberal Mexicano, habíanle transmitido, acerca de las pésimas condiciones en que vivía una importante parte de la población mexicana, cuando lograron entrevistarse con él estando presos en la carcel del condado de Los Angeles, California. Y sería de aquel viaje, emprendido por Turner, que emergería el libro México bárbaro, el que, dicho sea de paso, causó más daño al regimen porfirista que todas las intentonas insurreccionales promovidas hasta ese entonces por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano.
Así, ante el generalizado descrédito del regimen porfirista a raíz de la publicación de México bárbaro, y acorralado, en lo interior, por las afirmaciones del señor Porfirio Díaz en la entrevista de Creelman, el Partido Nacional Antirreeleccionista, supuso llegado su momento de gloria, redoblando esfuerzos en sus labores organizativas de cara a las elecciones por realizarse.
En un inicio preveíase que la contienda electoral de 1910 iba a ser muy cerrada, ya que la desbordante y entusiasta manera en como amplísimos sectores de la población mexicana daban la bienvenida al Partido Nacional Antirreeleccionista hacían prever que el fin del porfirismo encontrábase prácticamente a la vuelta de la esquina. Pero ... la realidad sería otra ... y muy diferente.
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