El gobierno capitalino advirtió hoy que no dará marcha atrás en el proyecto de la llamada Supervía pese a la oposición vecinal, que exige la salida de cientos de granaderos y policías auxiliares y judiciales de la zona, luego de las escaramuzas de las últimas dos semanas.
A la par, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis González Placencia, afirmó que hay elementos para presumir que el gobierno que encabeza Marcelo Ebrard ha violado los derechos de los vecinos que se oponen a la construcción de la Supervía.
Por ello, no descartó que el organismo a su cargo emita una recomendación al respecto.
No obstante, el ombudsman capitalino reconoció que no puede pedir a las autoridades que realicen o no lo obra, pero sí que lo haga en estricto apego a las garantías individuales. Más aún, manifestó su preocupación de que se registren hechos violentos por la presencia policíaca en la zona.
En tanto, Ebrard Casaubón advirtió que no se va a parar la construcción de la Supervía a pesar de la oposición vecinal.
Luego de supervisar las obras de la Línea 12 del Metro, el mandatario capitalino señaló que el hecho de que haya policía en la zona de obras no es un acto de provocación, como lo han indicado los vecinos opositores a la construcción de esa vía de peaje.
Ebrard sostuvo que tampoco han desalojado a nadie ni nadie ha sido golpeado.
“Quien está impidiendo la entrada a una propiedad pública son los vecinos”, refirió Ebrard. La supervía tendrá 5.26 kilómetros de cobro y va de la avenida de Los Poetas a Luis Cabrera.
Mientras tanto, los vecinos del lugar demandaron a la autoridad un diálogo público y abierto ante los presuntos actos de hostigamiento y represión latente de las últimas dos semanas.
En principio, exigen la salida de la fuerza pública y que se suspendan las obras mientras se dé este diálogo.
En el informe La Supervía de las contradicciones, realizado por Sergio Aguayo y Alberto Serdán, el Frente Amplio busca informar al grueso de la población sobre “un patrón autoritario que parecía ir de salida en esta parte de México”.
Sostienen que la Supervía no está sustentada en estudios técnicos, que no se debatieron costos ni alternativas existentes y que el proyecto no presenta una solución real al tráfico de la ciudad y al sur-poniente.
Los vecinos, acompañados de organizaciones de sociedad civil y académicos, comunican su lucha a través de las redes sociales y los medios.
También sostienen que en este proyecto se juega el futuro sustentable y la democracia de la capital de la República.
“Nuestros hijos y nietos nos harán responsables por las decisiones que hoy se tomen. Por esta razón, resistimos desde hace más de cien días en un plantón pacífico, sin afectar a terceros. Con dignidad, hemos exigido diálogo y prudencia política a las autoridades, a quienes les corre la prisa de los tiempos electorales y los compromisos financieros con empresas de dudosa reputación, como OHL y Copri.
A la par, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis González Placencia, afirmó que hay elementos para presumir que el gobierno que encabeza Marcelo Ebrard ha violado los derechos de los vecinos que se oponen a la construcción de la Supervía.
Por ello, no descartó que el organismo a su cargo emita una recomendación al respecto.
No obstante, el ombudsman capitalino reconoció que no puede pedir a las autoridades que realicen o no lo obra, pero sí que lo haga en estricto apego a las garantías individuales. Más aún, manifestó su preocupación de que se registren hechos violentos por la presencia policíaca en la zona.
En tanto, Ebrard Casaubón advirtió que no se va a parar la construcción de la Supervía a pesar de la oposición vecinal.
Luego de supervisar las obras de la Línea 12 del Metro, el mandatario capitalino señaló que el hecho de que haya policía en la zona de obras no es un acto de provocación, como lo han indicado los vecinos opositores a la construcción de esa vía de peaje.
Ebrard sostuvo que tampoco han desalojado a nadie ni nadie ha sido golpeado.
“Quien está impidiendo la entrada a una propiedad pública son los vecinos”, refirió Ebrard. La supervía tendrá 5.26 kilómetros de cobro y va de la avenida de Los Poetas a Luis Cabrera.
Mientras tanto, los vecinos del lugar demandaron a la autoridad un diálogo público y abierto ante los presuntos actos de hostigamiento y represión latente de las últimas dos semanas.
En principio, exigen la salida de la fuerza pública y que se suspendan las obras mientras se dé este diálogo.
En el informe La Supervía de las contradicciones, realizado por Sergio Aguayo y Alberto Serdán, el Frente Amplio busca informar al grueso de la población sobre “un patrón autoritario que parecía ir de salida en esta parte de México”.
Sostienen que la Supervía no está sustentada en estudios técnicos, que no se debatieron costos ni alternativas existentes y que el proyecto no presenta una solución real al tráfico de la ciudad y al sur-poniente.
Los vecinos, acompañados de organizaciones de sociedad civil y académicos, comunican su lucha a través de las redes sociales y los medios.
También sostienen que en este proyecto se juega el futuro sustentable y la democracia de la capital de la República.
“Nuestros hijos y nietos nos harán responsables por las decisiones que hoy se tomen. Por esta razón, resistimos desde hace más de cien días en un plantón pacífico, sin afectar a terceros. Con dignidad, hemos exigido diálogo y prudencia política a las autoridades, a quienes les corre la prisa de los tiempos electorales y los compromisos financieros con empresas de dudosa reputación, como OHL y Copri.
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