Por richmx / Via Mexfile
Realmente no tengo mucho que decir del resultado de las elecciones del pasado martes en los Estados-Unidos, aparte de notar que el “Si se puede”, se deformó en un “Quizás, Usted quiera reconsiderar que si se puede.” O, como a un amigo mío le gusta decir, “El Partido Demócrata llevó un libro de biblioteca a una pelea de navajas.”
Yo comencé a planear ir a vivir a México inmediatamente después de que George W. Bush fuera “seleccionado” Presidente de los Estados-Unidos en el año 2000. Lo que sucedió en el estado de Florida –con toda la discusión (y discusión y mas discusión) sobre el robo de las elecciones por los infames “Brooks Brothers Riot” (consultores políticos a sueldo pretendiendo actuar amenazadoramente afuera de la oficia de recuento de votos) sin nadie que tuviera los “cojones” para parar en seco a estos “cretinos envalentonados.”
Resulta que yo me encontraba en Texas cuando Calderón fue seleccionado Presidente aquí . . . y lo que me molestó de la “Coalición Por el Bien de Todos” (que yo creo fue robada de la victoria) se lanzó a hacer un plantón en las calles, pero los comentaristas estadounidenses de la llamada “izquierda”—como porristas y observadores—decían era de que “nosotros hubiéramos hecho lo mismo” con respecto a su inacción en el 2000. Pero nunca lo hicieron y nunca lo harán.
Gran parte del mundo considera que la estabilidad política de los Estados-Unidos es una virtud, lo que navega en contra de el “cambio en el que creemos.” E inclusive con una Gobierno Federal tibiamente “progresista” como la actual, las campañas financiadas con fondos de las grandes corporaciones (en un país que dice que NOSOTROS somos corruptos?), sería inútil continuar con esas ilusiones.
Para México—y América Latina en general—lo que pudiera esperarse es que el actual Gobierno de los Estados-Unidos se vuelva todavía mas reaccionario de lo que ya es. Hay que esperar a que la dizque “Progresista Administración de Obama” se verá obligada a derogar la mal-lograda reforma del Plan de Salud, acelerará su consentimiento a las alarmantes políticas de inmigración xenofobicas, y la intervención del “libre-mercado” disfrazado como “asistencia” en esta parte del mundo.
Ya hemos visto como el Gobierno de Obama ha apoyado tácitamente el golpe de estado en Honduras y el atentado en Ecuador. Dada la aparente inhabilidad del Partido Demócrata de pensar moverse a la extrema derecha (confirmado por las negaciones cómicas de que un Keynesiano reformado como Obama es un “socialista”) se está moviendo al centro. Por eso esperamos más “asistencia” a los “golpes militares constitucionales” diseñados para impedir cambios distintos a los que son bien vistos por los Estados-Unidos. En México, con la próxima elección presidencial agendada para el 2012, esperamos ver intentos del Gobierno Norteamericano de “desanimar” a los votantes a elegir a algún candidato que cuestione en lo más mínimo el TLC. Y, desde luego, la negación de los Estados-Unidos de sus adicciones a las drogas –no se diga de la industria de armamento—servirá como excusa para prestar más a “asistencia” militar aquí. En pocas palabras, un mayor número de mexicanos va a perder la vida, para mantener a la industria armamentista, los consultores en seguridad y la industria de las prisiones, felices y contentos.
Pero puede que no todo sea malo. Con el sistema de salud que se pondrá todavía mas complicado de lo que ya está en los Estados-Unidos, quizás México verá un incremento de turistas que buscan tratamiento médico en México. Y, dado que los Republicanos barrieron en el Estado de Texas, colocando en puestos de poder a candidatos que todavía creen que Jesucristo se trasladaba en dinosaurios, no se diga de que el Gobernador que habló de secesión, quizás estos “nuevos territorios” pueden ser arrebatados por los Mexicanos fácilmente. Aunque no estoy seguro de que México quiera recuperar un estado como Texas repleto de perezosos y retrazados mentales.
Seriamente, la clase política mexicana, que se encuentra contradictoriamente seducida por los Estados-Unidos y el Bolivarismo—entenderá finalmente que los intentos de tomar como modelo al “Coloso del Norte”, no es siempre el mejor para los intereses de la gente, y que un poco de inestabilidad política no es una cosa tan mala. Mantiene a los poiliticos más honestos.
Realmente no tengo mucho que decir del resultado de las elecciones del pasado martes en los Estados-Unidos, aparte de notar que el “Si se puede”, se deformó en un “Quizás, Usted quiera reconsiderar que si se puede.” O, como a un amigo mío le gusta decir, “El Partido Demócrata llevó un libro de biblioteca a una pelea de navajas.”
Yo comencé a planear ir a vivir a México inmediatamente después de que George W. Bush fuera “seleccionado” Presidente de los Estados-Unidos en el año 2000. Lo que sucedió en el estado de Florida –con toda la discusión (y discusión y mas discusión) sobre el robo de las elecciones por los infames “Brooks Brothers Riot” (consultores políticos a sueldo pretendiendo actuar amenazadoramente afuera de la oficia de recuento de votos) sin nadie que tuviera los “cojones” para parar en seco a estos “cretinos envalentonados.”
Resulta que yo me encontraba en Texas cuando Calderón fue seleccionado Presidente aquí . . . y lo que me molestó de la “Coalición Por el Bien de Todos” (que yo creo fue robada de la victoria) se lanzó a hacer un plantón en las calles, pero los comentaristas estadounidenses de la llamada “izquierda”—como porristas y observadores—decían era de que “nosotros hubiéramos hecho lo mismo” con respecto a su inacción en el 2000. Pero nunca lo hicieron y nunca lo harán.
Gran parte del mundo considera que la estabilidad política de los Estados-Unidos es una virtud, lo que navega en contra de el “cambio en el que creemos.” E inclusive con una Gobierno Federal tibiamente “progresista” como la actual, las campañas financiadas con fondos de las grandes corporaciones (en un país que dice que NOSOTROS somos corruptos?), sería inútil continuar con esas ilusiones.
Para México—y América Latina en general—lo que pudiera esperarse es que el actual Gobierno de los Estados-Unidos se vuelva todavía mas reaccionario de lo que ya es. Hay que esperar a que la dizque “Progresista Administración de Obama” se verá obligada a derogar la mal-lograda reforma del Plan de Salud, acelerará su consentimiento a las alarmantes políticas de inmigración xenofobicas, y la intervención del “libre-mercado” disfrazado como “asistencia” en esta parte del mundo.
Ya hemos visto como el Gobierno de Obama ha apoyado tácitamente el golpe de estado en Honduras y el atentado en Ecuador. Dada la aparente inhabilidad del Partido Demócrata de pensar moverse a la extrema derecha (confirmado por las negaciones cómicas de que un Keynesiano reformado como Obama es un “socialista”) se está moviendo al centro. Por eso esperamos más “asistencia” a los “golpes militares constitucionales” diseñados para impedir cambios distintos a los que son bien vistos por los Estados-Unidos. En México, con la próxima elección presidencial agendada para el 2012, esperamos ver intentos del Gobierno Norteamericano de “desanimar” a los votantes a elegir a algún candidato que cuestione en lo más mínimo el TLC. Y, desde luego, la negación de los Estados-Unidos de sus adicciones a las drogas –no se diga de la industria de armamento—servirá como excusa para prestar más a “asistencia” militar aquí. En pocas palabras, un mayor número de mexicanos va a perder la vida, para mantener a la industria armamentista, los consultores en seguridad y la industria de las prisiones, felices y contentos.
Pero puede que no todo sea malo. Con el sistema de salud que se pondrá todavía mas complicado de lo que ya está en los Estados-Unidos, quizás México verá un incremento de turistas que buscan tratamiento médico en México. Y, dado que los Republicanos barrieron en el Estado de Texas, colocando en puestos de poder a candidatos que todavía creen que Jesucristo se trasladaba en dinosaurios, no se diga de que el Gobernador que habló de secesión, quizás estos “nuevos territorios” pueden ser arrebatados por los Mexicanos fácilmente. Aunque no estoy seguro de que México quiera recuperar un estado como Texas repleto de perezosos y retrazados mentales.
Seriamente, la clase política mexicana, que se encuentra contradictoriamente seducida por los Estados-Unidos y el Bolivarismo—entenderá finalmente que los intentos de tomar como modelo al “Coloso del Norte”, no es siempre el mejor para los intereses de la gente, y que un poco de inestabilidad política no es una cosa tan mala. Mantiene a los poiliticos más honestos.
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