Cuatro años de vida del sitio informativo Revoluciones México

Samuel R. G. / uzkediam@gmail.com

Hace cuatro años, un 20 de noviembre, estaba dando click al botón “publicar” de Blogger para comenzar la historia de Revoluciones México. Siempre he sido inquieto y he buscado que la verdad o lo más aproximado a ella sea conocido y entendido por la mayor cantidad de gente posible. Uno nunca sabe qué tan lejos o no puede llegar un proyecto, que de hecho Revoluciones no surgió como un proyecto, sino que poco a poco fue cobrando ese toque formal. Inicialmente se trató de un simple esfuerzo de un joven estudiante de política para informar a la gente sobre los sucesos políticos y sociales de 2006 en el país y que las televisoras no contaron en su momento y que dudo mucho algún día lo cuenten con veracidad.

Son muchas las felicitaciones que hemos recibido, no sólo por este cuarto año de vida, sino a lo largo de nuestro trabajo diario. Con el paso del tiempo se fueron adhiriendo más personas al proyecto y Revoluciones se ha vuelto un espacio que a mucha gente le gusta consultar, por el diseño, por el tipo de organización de la información, por las valiosas fuentes que monitoreamos, por el tipo de datos publicados, por el hecho de que ingresar a nuestro blog no cuesta nada, no lo tenemos saturado de publicidad, es un espacio limpio, ordenado, coherente, abundante, gratuito y hecho con la mejor de las intenciones: para informar pero principalmente hacer conciencia en las personas.

En una de las clases más recientes en el que ya es mi último semestre de la carrera de Ciencia Política y Administración Urbana un maestro explicaba con mucho tino que la revolución que hoy nuestro país requiere es de mentalidad, es de conciencias. En ese momento pensé en el nombre y sentido de Revoluciones México, si revisan el historial nunca hemos llamado a la violencia física, pero sí a una especie de violencia que yo llamaría de tipo ideológica, entendiendo en ese sentido por violencia que tengamos la capacidad de cambiar de sitio o ubicación con fuerza y determinación la actual posición y/o postura de muchas personas respecto a la realidad que enfrentamos los mexicanos. Tal violencia no emana de una persona para imponerle algo a otro, la característica de nuestra revolución de conciencias es que se dé por la voluntad de cada una de las personas y ahora entiendo que eso pasó conmigo hace 4 años o quizás un poco antes, pero exactamente hace 4 años una consecuencia de esa revolución en mi fue el blog que ahora pueden ver y leer como Revoluciones México.

La información, los datos, “el rollo”, muchos tenemos la responsabilidad de difundirlo, pero la decisión la toma cada persona, en los distintos municipios de nuestro país necesitamos agentes de cambio y esa es y seguirá siendo la finalidad de RMX: contribuir a la formación y actuación de agentes de cambio en nuestra sociedad. Hemos tenido siempre la limitación financiera, por lo cual muchas de nuestras estrategias y el ritmo mismo del blog no es el óptimo pero con el poco esfuerzo hasta ahora emprendido les puedo asegurar que en más de una persona se han producido cambios significativos.

Una de las principales cosas sobre las cuales he podido escribir en este espacio ha sido la revolución desde luego a nivel individual, pero también tomando como punto de partida a la familia. El hogar es también un punto central para iniciar esa revolución de conciencias y para mi sorpresa en muchos lados se han venido gestando cambios en ese sentido, a pesar de los ataques sistemáticos que los actuales detentadores del poder ejercen en contra de la familia. Todavía queda mucho camino que recorrer pues una vez renovada o cambiada nuestra mentalidad la lucha por el poder es algo que debemos tomar muy en serio, más allá de ejercer nuestro derecho democrático para ir y depositar el voto en una urna.

No tengo en este momento muchas palabras que decir sobre el 4 aniversario de RMX en el contexto de la celebración del Centenario de la Revolución Mexicana, estoy muy agradecido con Dios, con la vida, con mis amigos y los lectores que han sido leales y constantes con este sitio. Sigo creyendo que nuestro compromiso con la sociedad es grande y ahora que estoy cerrando y abriendo diferentes ciclos en mi vida, me parece pertinente reiterar mi compromiso con este proyecto. No sé si el día de mañana siga directamente yo siendo el responsable de Revoluciones México, no sé qué destino pueda tener el sitio para 2011 ya que no tenemos los recursos económicos para seguir más tiempo en línea como quisiéramos, pero lo que sí sé es que donde quiera que vaya y donde quiera que esté no dejaré de luchar para que las personas abran los ojos y se den cuenta que debemos luchar por nuestra libertad, por nuestra verdadera independencia y por una real revolución.

De forma particular quiero darle las gracias a la gente “del otro lado del charco” en New York que con el apoyo dentro del blog y el envió de dinero han sido un soporte principal para RMX, los amigos de En Pocas Palabras son muy importantes para Revoluciones. Igualmente doy gracias a BZ, Ilse y a los que alguna vez publicaron con nosotros y hoy ya no están pero siguen luchando desde diferentes trincheras. A mis amigos de la universidad, estudiantes y maestros que no solamente leen sino que hacen comentarios y críticas constructivas para este espacio, a todos aquellos que entienden mi lucha y la respaldan sin titubear, a todas aquellas personas en los diferentes estados del país y en algunos rincones del mundo que reenvían nuestra información, a todos los seguidores del Twitter, Facebook, Hi5 y dentro del mismo Blog.

Gracias y recordemos siempre que el cambio empieza en uno mismo, para poder exigirlo en otros y producir un impacto en la sociedad, se empieza con uno mismo y a partir de ahí, haber quién nos detiene.

Tenemos una cita con la historia y la democracia en 2012, pero ojo, es muy importante tomar en cuenta la escala ubicada en 2011, desde ahí definiremos muchas cosas para el futuro de nuestro país, no nos desconectemos de dichos procesos y no bajemos los brazos, la lucha es dura pero vale la pena pelear por una causa justa, al precio que sea.

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