Beltrones, su diagnóstico de México

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Desconozco la manera en que el PRI elegirá su candidato. Es la oportunidad de demostrar que efectivamente han cambiado sus integrantes, que conforman ya un diferente instituto político, al que faltaría actualizar sus documentos fundamentales para profundizar en la democracia y ser democráticos ellos mismos.

Las elecciones del candidato priista en 1999 y 2005 fueron atípicas. La última del siglo XX fue democráticamente sometida a un proceso de elección interna de sus militantes. El árbitro de la contienda se condujo de manera irreprochable. Quienes perdieron nada pudieron objetar ni reprochar a Fernando Gutiérrez Barrios. La primera del siglo XXI, sin la tutela presidencial, fue vertical y antidemocrática: el entonces presidente del PRI cabildeó e impuso su propia designación como candidato.

Para elegir al próximo, parece que Humberto Moreira habrá de haber conciliado con el Consejo Político Nacional -que dirigiría a partir de marzo de 2011- un método capaz de demostrar a la sociedad que abandonaron la verticalidad, en sentido opuesto a como procederá el PAN, para satisfacer la voluntad presidencial de Felipe Calderón Hinojosa.

El Revolucionario Institucional, su dirigencia y su militancia, debe encontrarse dispuesto a abanderar al mejor capacitado y quien tenga un puntual conocimiento de la crítica situación en que se encuentra la patria, los males que padece la sociedad, los daños irreparables producidos por la guerra presidencial contra los barones de la droga, declarada unilateralmente para satisfacer las exigencias geoestratégicas, económicas y de seguridad nacional de Estados Unidos.

Por ello resulta importante adquirir conciencia de lo que estamos viviendo hoy; las cosas no están funcionando porque no hay orden en lo que es la economía, pues no está creciendo México ni generando los empleos necesarios; tampoco hay orden en lo que son los órganos reguladores que dan certeza jurídica, ni en lo que pueden ser los resultados de calidad de un gobierno, ni en la seguridad pública, que es uno de los grandes problemas que causa incertidumbre ante la violencia que se vive, ni orden en la libertad. Orden es lo que nos hace falta, porque hoy la mediocridad se ha adueñado de muchas de las áreas de la administración pública, como se lo declaró el senador Manlio Fabio Beltrones Rivera a Ricardo Rocha.

Apuntó también:… “En muchas de estas materias de gobierno: economía, organización, justicia y seguridad pública, el signo más importante es el desorden que vivimos, es necesario sacudir a esas instancias bajo nuevas instituciones”. El cambio, pues, las reformas tan necesarias.

También preguntó Rocha: ¿Por qué hemos llegado a ese punto, por incapacidad o por anarquía, por negligencia o por qué?

“Porque hemos dejado de pensar en las nuevas instituciones, por reformar las que ya teníamos para garantizar la modernidad, el crecimiento, la certeza jurídica y la seguridad pública. Esta parte creo que es esencial en el análisis que tengamos que hacer, porque es lo único que nos permitirá mirar hacia el futuro y decir, nosotros sí sabemos qué es lo que hace falta y también ponerle un objetivo al trabajo que lleve a cabo el gobierno o los gobiernos que sigan.

“No hay buen viento para un barco sin rumbo, y esto es lo que está sucediendo. Hoy pocos mexicanos saben a dónde nos llevan y nosotros necesitamos, como parte del Estado mexicano, actuar en consecuencia a fin de ir poniendo sobre la mesa, de qué manera podemos otra vez reordenar este país; es necesario crear esas nuevas instituciones dentro del presidencialismo mexicano, que nos garanticen que en el futuro va a haber más profesionalismo, más calidad y con esto mejor gobierno, porque los mejores gobiernos son los que permiten luego, poner la otra pata de la mesa, que es eficacia para crecimiento económico y con ello la generación de empleos”.

Son éstos algunos de los conocimientos que han de valorarse para elegir a quien ha de regresar al PRI a Los Pinos. Naturalmente ponderarán otras cualidades que nada tienen que ver con la experiencia y la capacidad de organización, pero sí mucho con el marketing publicitario, pues fue la manera como Acción Nacional se hizo con el poder, aunque quizá ya no sea garantía que recorrer idéntico camino lleve al éxito.

Para resolver el futuro inmediato, es esencial que sí hagamos un esfuerzo para también ordenar de mejor manera nuestros recursos, cultura e inteligencia en el combate a la delincuencia organizada. Actualmente no existe coordinación entre todas las fuerzas policíacas; es fácil entender la falta de eficacia si vemos que existen dos policías federales, 32 estatales y cerca de 2 mil municipales, que en sí mismas no encuentran un eje articulador que les permita hacer frente a la delincuencia de manera armónica y efectiva; por ello, el mando único es una de las figuras en las que todos creemos, no es una simple propuesta del presidente de la República, sino una idea que ha recogido de muchos otros que piensan que de esa forma estableceremos niveles de coordinación policiaco y con esto vamos a lograr lo que no se ha hecho, el que la inteligencia acumulada de cada uno de esos órganos policiacos, al entrelazarse, logren mejores acciones con tiros de precisión y no con balaceras en la calle, opina el senador Beltrones Rivera.

A eso es a lo que aspira, si no toda la sociedad, sí buena parte de ella. Por lo pronto, el primer paso es atestiguar cómo resuelve el PRI de manera democrática su elección interna. El método nos dará la pauta para determinar qué tanto han cambiado.

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