Univisión-Televisa, del Divorcio al Matrimonio Forzado

Jenaro Villamil

Después de sostener un largo y complicado litigio desde 2005, el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean, anunció el martes 5 de octubre pasado que volvería a la carga para tener el control mayoritario de Univisión, aprovechando el elevado endeudamiento de 10,300 millones de dólares que acarrea la mayor empresa televisiva de habla hispana en Estados Unidos.

El anuncio fue difundido por el propio Azcárraga Jean desde Nueva York, un día después que Televisa emitió un extraño comunicado a sus inversionistas bursátiles, en el cual puso en duda su inversión en Nextel, su socio en la polémica licitación de la banda de telefonía 1.7Ghz, cuestionada por el Congreso, por varios jueces mexicanos e investigada por la Auditoría Superior de la Federación.

Ese comunicado estableció que “con respecto a la adjudicación de la concesión de espectro por 30 Mhz de la banda AWS el pasado viernes, Grupo Televisa y NII Holdings están evaluando si las condiciones precedentes para cierre de la transacción se han alcanzado o se podrán alcanzar”.

Un día después, Azcárraga Jean afirmó que Televisa invertirá 1,200 millones de dólares en Univisón, lo cual representa un 5 por ciento del capital social de la cadena, junto con un instrumento de deuda convertible a capital, equivalente al 30 por ciento, siempre y cuando sea aprobado por los organismos reguladores norteamericanos.

El convenio representa un nuevo “matrimonio forzado” entre ambas compañías, advirtieron distintos analistas bursátiles. Univisión obtiene oxígeno frente a su aguda situación financiera y prolonga de 2017 a 2020 los contratos de exclusividad de la programación conocidos como PLA (Acuerdos de Licencia de Programación), con posibilidad de ampliarlos a 2025.

Al mismo tiempo, Televisa tuvo un impacto bursátil positivo después del anuncio de Azcárraga Jean. Los títulos de la televisora en la Bolsa Mexicana de Valores tuvieron una ganancia del 12.8 por ciento y la calificadora Moody’s afirmó que esperaba que tanto la inversión de 1,200 millones de dólares en Univisión como los 1,040 millones de dólares para Nextel sean financiadas con una liquidez mínima de 1 mil millones de dólares de Televisa, al cierre de este año.

A pesar de las reacciones positivas del mercado especulativo, el vicepresidente de Televisa, Alfonso de Angoitia le especificó a la agencia Reuters que el acuerdo para invertir 1,200 millones de dólares en Univisión dependerá de una reestructuración de 3,250 millones de dólares de deuda en la compañía norteamericana.

“La condición que establecimos es que se reestructura 3,250 millones de dólares de la deuda, de los cuales, al menos 750 millones sean en un bono a largo plazo”, afirmó De Angoitia.

Con esta declaración, distintos observadores bursátiles aclararon que el nuevo “matrimonio forzado” entre Univisión y Televisa necesita pasar por varias pruebas de fuego: en primer lugar, la autorización de las autoridades regulatorias norteamericanas que puede prolongarse por más de un año; en segundo lugar, que Televisa responda a muchos señalamientos de inversionistas y autoridades bursátiles por la falta de transparencia en el manejo de sus próximas inversiones; y en tercer lugar, que Univisión cumpla con las condiciones señaladas por De Angoitia.

Desde la época de Emilio El Tigre Azcárraga Milmo, Televisa no ha podido romper con el candado que prohibe que un ciudadano extranjero posea más del 25 por ciento de las acciones de un medio de comunicación en Estados Unidos. Azcárraga Jean coqueteó con la posibilidad de adquirir la nacionalidad norteamericana, pero toda la operación se frustró con su derrota ante Haim Saban, el creador de los Power Rangers, quien adquirió por más de 12 mil millones de dólares la posición accionaria mayoritaria en Univisión, en mayo de 2006.

En enero de 2009 Televisa le ganó una primera partida judicial a Univisión al obtener un nuevo contrato con esta compañía, que le representaría ganancias por 610 millones de dólares y 21 millones de dólares en pago por derechos de transmisión de las telenovelas.

A mediados del mismo año, Univisión contratacó demandado a Televisa por “competencia desleal” ya que retransmite en fechas diferidas las telenovelas mexicanas a través de las plataformas de internet. Este pasaje fue conocido como La guerra de las telenovelas. Televisa se defendió señalando que el acuerdo original entre ambas compañías, que data de 1992, no contemplaba el internet como plataforma de distribución, sino sólo la programación aportada en pantalla.

El nuevo acuerdo podría poner fin a este litigio y garantizarle a Televisa llegar con sus contenidos a través de la plataforma de internet de Univisión.com.

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