Jenaro Villamil
El 18 de mayo pasado, a las 18:00 horas, el presidente Felipe Calderón publicó un enigmático mensaje: “Así, comienzo a usar Twitter. Generalmente, lo manejan en mi oficina, pero me interesa manejarlo personalmente en ocasiones especiales”.
Los mensajes de Calderón en Twitter han creado polémica y debate debido a las continuas críticas que enfrenta por su política de combate al narcotráfico, por la falta de empleo y hasta por los mensajes que le envían sus adversarios políticos, como el expresidente nacional del PAN, Manuel Espino.
Los tweets de Calderón confirman la incapacidad de su administración para tener una política de comunicación social unificada y que confunde una red social con una plataforma de propaganda.
No sólo Calderón ha derrapado en su cuenta de Twitter. El domingo 19 el presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Mony de Swaan, afirmó en esa red que tenía “mil cosas” más importantes que preparar su comparecencia ante el Senado. Dos días después tuvo que disculparse ante los senadores.
Otro polemista constante es el secretario del Trabajo, Javier Lozano. En su cuenta suele pelear con legisladores o con ciudadanos que le reclaman por la política laboral del sexenio. El miércoles 22 Lozano afirmó que acudiría a un debate en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, siempre y cuando se le garantizara pleno respeto. “Si no, ni loco”, remató.
El 23 de septiembre decenas de tweets señalaron: “Alonso Lujambio, secretario de Educación, no se sabe el himno nacional”. Y todos remitían a un link de YouTube. El mismo día, la Oficina de Comunicación Social de Los Pinos cometió un desliz: “Escribe tus preguntas desde ahora y Alfonso (sic) Lujambio las responderá a las 18:00 horas”. Un twittero escribió: “¿Ni el nombre de sus secretarios saben?”.
Presidencial botellita de jerez
El primer regaño presidencial se dio el 24 de mayo, a las 7:23 de la tarde, cuando Calderón decidió responder a una gran cantidad de críticas: “No voy a perder tiempo en contestar insultos ni les voy a dar el gusto, así que ‘botellita de jerez, todo lo que digan será al revés’”.
Una queja similar publicó Calderón el 28 de agosto, a las 5:01 de la tarde: “Bienvenidas todas las opiniones, incluidas las críticas, salvo los insultos. Estos tienen bloqueo automático. Saludos hasta los trolls”.
Calderón ha sido víctima de las prisas por participar en la red. El 1 de septiembre, día de su Cuarto Informe de Gobierno, escribió: “Por disposición constitucional, ahora el informe se envía por escrito al Congreso. Yo daré un mensaje abusivo (sic) al mismo mañana por la mañana”. La trasliteración de Calderón provocó las delicias y la ironía de buena parte de sus 198 mil 135 “seguidores”.
La pasión twittera del presidente se ha mostrado a la hora de defender su estrategia militarizada de combate al crimen organizado. El 30 de julio escribió: “La caída de Ignacio Coronel desmiente a quienes dicen que el gobierno federal no actúa contra el Cártel del Pacífico” (2:01 PM).
Frente a la ola de críticas, entre el 19 y el 27 de agosto, Calderón respondió a algunos de los mensajes: “Mi gobierno está dispuesto a revisar su estrategia, pero pide que al menos se hagan propuestas concretas para hacerlo” (8:38 AM, 19 de agosto). Y: “Es absurdo suponer que el aumento de la criminalidad se debe a que el gobierno actúa contra la criminalidad” (12:27 PM, 21 de agosto).
Violando la confidencialidad de ciertos operativos policiacos, Calderón se ha adelantado, incluso, a las propias oficinas de Comunicación Social para dar a conocer los grandes “golpes” de su gobierno contra el narcotráfico. Cuando se detuvo a Édgar Valdés Villarreal, La Barbie, afirmó: “La Policía Federal atrapó a La Barbie uno de los criminales más buscados en México y en el extranjero. Continúa el operativo sobre su grupo” (7:45 PM, 29 de agosto).
Varios políticos decidieron consultar en esta red pública asuntos delicados con el propio Calderón. El coordinador de los senadores del PAN, Gustavo Madero, le escribió el 3 de agosto: “El gobierno federal dijo q NO habrá un rescate de Mexicana con recursos de los contribuyentes. Compartes la decisión?”
En menos de 40 minutos el presidente le respondió: “No podemos intervenir ya para rescatar a Mexicana. Implicaría pérdidas de miles de millones de pesos” (2:21 PM, 3 de agosto).
Manuel Espino ha acudido a Twitter para tener comunicación directa con Calderón sobre asuntos partidistas: “Hoy he sido informado de varios intentos tuyos de manipular a la ODCA como al PAN. Me urge hablar contigo del tema”. No hubo respuesta de Calderón.
El 18 de mayo pasado, a las 18:00 horas, el presidente Felipe Calderón publicó un enigmático mensaje: “Así, comienzo a usar Twitter. Generalmente, lo manejan en mi oficina, pero me interesa manejarlo personalmente en ocasiones especiales”.
Los mensajes de Calderón en Twitter han creado polémica y debate debido a las continuas críticas que enfrenta por su política de combate al narcotráfico, por la falta de empleo y hasta por los mensajes que le envían sus adversarios políticos, como el expresidente nacional del PAN, Manuel Espino.
Los tweets de Calderón confirman la incapacidad de su administración para tener una política de comunicación social unificada y que confunde una red social con una plataforma de propaganda.
No sólo Calderón ha derrapado en su cuenta de Twitter. El domingo 19 el presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Mony de Swaan, afirmó en esa red que tenía “mil cosas” más importantes que preparar su comparecencia ante el Senado. Dos días después tuvo que disculparse ante los senadores.
Otro polemista constante es el secretario del Trabajo, Javier Lozano. En su cuenta suele pelear con legisladores o con ciudadanos que le reclaman por la política laboral del sexenio. El miércoles 22 Lozano afirmó que acudiría a un debate en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, siempre y cuando se le garantizara pleno respeto. “Si no, ni loco”, remató.
El 23 de septiembre decenas de tweets señalaron: “Alonso Lujambio, secretario de Educación, no se sabe el himno nacional”. Y todos remitían a un link de YouTube. El mismo día, la Oficina de Comunicación Social de Los Pinos cometió un desliz: “Escribe tus preguntas desde ahora y Alfonso (sic) Lujambio las responderá a las 18:00 horas”. Un twittero escribió: “¿Ni el nombre de sus secretarios saben?”.
Presidencial botellita de jerez
El primer regaño presidencial se dio el 24 de mayo, a las 7:23 de la tarde, cuando Calderón decidió responder a una gran cantidad de críticas: “No voy a perder tiempo en contestar insultos ni les voy a dar el gusto, así que ‘botellita de jerez, todo lo que digan será al revés’”.
Una queja similar publicó Calderón el 28 de agosto, a las 5:01 de la tarde: “Bienvenidas todas las opiniones, incluidas las críticas, salvo los insultos. Estos tienen bloqueo automático. Saludos hasta los trolls”.
Calderón ha sido víctima de las prisas por participar en la red. El 1 de septiembre, día de su Cuarto Informe de Gobierno, escribió: “Por disposición constitucional, ahora el informe se envía por escrito al Congreso. Yo daré un mensaje abusivo (sic) al mismo mañana por la mañana”. La trasliteración de Calderón provocó las delicias y la ironía de buena parte de sus 198 mil 135 “seguidores”.
La pasión twittera del presidente se ha mostrado a la hora de defender su estrategia militarizada de combate al crimen organizado. El 30 de julio escribió: “La caída de Ignacio Coronel desmiente a quienes dicen que el gobierno federal no actúa contra el Cártel del Pacífico” (2:01 PM).
Frente a la ola de críticas, entre el 19 y el 27 de agosto, Calderón respondió a algunos de los mensajes: “Mi gobierno está dispuesto a revisar su estrategia, pero pide que al menos se hagan propuestas concretas para hacerlo” (8:38 AM, 19 de agosto). Y: “Es absurdo suponer que el aumento de la criminalidad se debe a que el gobierno actúa contra la criminalidad” (12:27 PM, 21 de agosto).
Violando la confidencialidad de ciertos operativos policiacos, Calderón se ha adelantado, incluso, a las propias oficinas de Comunicación Social para dar a conocer los grandes “golpes” de su gobierno contra el narcotráfico. Cuando se detuvo a Édgar Valdés Villarreal, La Barbie, afirmó: “La Policía Federal atrapó a La Barbie uno de los criminales más buscados en México y en el extranjero. Continúa el operativo sobre su grupo” (7:45 PM, 29 de agosto).
Varios políticos decidieron consultar en esta red pública asuntos delicados con el propio Calderón. El coordinador de los senadores del PAN, Gustavo Madero, le escribió el 3 de agosto: “El gobierno federal dijo q NO habrá un rescate de Mexicana con recursos de los contribuyentes. Compartes la decisión?”
En menos de 40 minutos el presidente le respondió: “No podemos intervenir ya para rescatar a Mexicana. Implicaría pérdidas de miles de millones de pesos” (2:21 PM, 3 de agosto).
Manuel Espino ha acudido a Twitter para tener comunicación directa con Calderón sobre asuntos partidistas: “Hoy he sido informado de varios intentos tuyos de manipular a la ODCA como al PAN. Me urge hablar contigo del tema”. No hubo respuesta de Calderón.
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