Rubén Cortés
Al inaugurar el foro “México, entre el Norte y el Sur”, auspiciado en Madrid por la Fundación Botín, el ex presidente Carlos Salinas desmanteló estereotipos plantados en México por los enemigos del TLC.
Los transcribo:
—Frenó el acceso del campesinado a la tierra.
No. El ejido se consolidó, creció la superficie de tenencia de la tierra y el reparto benefició a dos millones de campesinos, mucho más en sólo 16 años que en siete décadas de reforma agraria. Abrió la propiedad a más de un millón de mujeres.
—Desindustrializó México.
Falso. Despegó el sector de la manufactura de exportación. Nos convertimos en uno de los principales productores de la industria automotriz y textil, aunque en ésta China luego nos desplazó.
—Provocó el abandono de América del Sur.
Incierto. Se firmaron acuerdos con Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica y Venezuela. El nivel de exportaciones hacia allá se elevó en 112 por ciento en cinco años. México creó las Cumbres Iberoamericanas, para unificar la voz de la región.
—Encadenó nuestro comercio a Estados Unidos.
Mentira. Desde antes del TLC, el comercio con Estados Unidos era entre 60 y 90 por ciento del total de las exportaciones. ¡Se optimizó!
—Arruinó a los trabajadores.
Invento. La mano de obra del sector exportador elevó a la mitad sus ingresos. Sí afectaron nuestras asimetrías geográficas internas. En el norte, más de la mitad de la mano de obra está en el sector exportador, pero en el sur sólo cinco por ciento está en ese sector y sus salarios no mejoraron con el impacto positivo derivado del acuerdo.
—Provocó migración.
No. La explosión migratoria se produjo tras el Error de Diciembre de 1994, durante el arranque del gobierno de Ernesto Zedillo. El TLC propició que Estados Unidos prestara dinero a México, el país saliera más rápido del hoyo y se revirtieran los flujos migratorios.
—Desplazó la producción de alimentos.
Falso. La producción de maíz creció de 15 millones de toneladas en 2004 a 30 millones en 2008. El consumo interno de proteínas aumentó 40 por ciento y los precios bajaron 30 por ciento. México se convirtió en el segundo vendedor de comida a Estados Unidos.
—La globalización canceló la soberanía.
No. La defensa de la soberanía viene del interior. Más afectan las crisis como la de 1995 y las malas maneras de resolverlas.
En fin, no lo tiene que decir el ex Presidente: el TLC fue sólo una carretera inaugurada hace 16 años, con capacidad para ser recorrida por los mejores ferraris.
¡Pero jamás la bachearon!
Esos baches se llaman reformas estructurales.
Zedillo, Fox, Calderón y la clase política no las hicieron.
Salinas hizo lo suyo. Que fue bastante.
Al inaugurar el foro “México, entre el Norte y el Sur”, auspiciado en Madrid por la Fundación Botín, el ex presidente Carlos Salinas desmanteló estereotipos plantados en México por los enemigos del TLC.
Los transcribo:
—Frenó el acceso del campesinado a la tierra.
No. El ejido se consolidó, creció la superficie de tenencia de la tierra y el reparto benefició a dos millones de campesinos, mucho más en sólo 16 años que en siete décadas de reforma agraria. Abrió la propiedad a más de un millón de mujeres.
—Desindustrializó México.
Falso. Despegó el sector de la manufactura de exportación. Nos convertimos en uno de los principales productores de la industria automotriz y textil, aunque en ésta China luego nos desplazó.
—Provocó el abandono de América del Sur.
Incierto. Se firmaron acuerdos con Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica y Venezuela. El nivel de exportaciones hacia allá se elevó en 112 por ciento en cinco años. México creó las Cumbres Iberoamericanas, para unificar la voz de la región.
—Encadenó nuestro comercio a Estados Unidos.
Mentira. Desde antes del TLC, el comercio con Estados Unidos era entre 60 y 90 por ciento del total de las exportaciones. ¡Se optimizó!
—Arruinó a los trabajadores.
Invento. La mano de obra del sector exportador elevó a la mitad sus ingresos. Sí afectaron nuestras asimetrías geográficas internas. En el norte, más de la mitad de la mano de obra está en el sector exportador, pero en el sur sólo cinco por ciento está en ese sector y sus salarios no mejoraron con el impacto positivo derivado del acuerdo.
—Provocó migración.
No. La explosión migratoria se produjo tras el Error de Diciembre de 1994, durante el arranque del gobierno de Ernesto Zedillo. El TLC propició que Estados Unidos prestara dinero a México, el país saliera más rápido del hoyo y se revirtieran los flujos migratorios.
—Desplazó la producción de alimentos.
Falso. La producción de maíz creció de 15 millones de toneladas en 2004 a 30 millones en 2008. El consumo interno de proteínas aumentó 40 por ciento y los precios bajaron 30 por ciento. México se convirtió en el segundo vendedor de comida a Estados Unidos.
—La globalización canceló la soberanía.
No. La defensa de la soberanía viene del interior. Más afectan las crisis como la de 1995 y las malas maneras de resolverlas.
En fin, no lo tiene que decir el ex Presidente: el TLC fue sólo una carretera inaugurada hace 16 años, con capacidad para ser recorrida por los mejores ferraris.
¡Pero jamás la bachearon!
Esos baches se llaman reformas estructurales.
Zedillo, Fox, Calderón y la clase política no las hicieron.
Salinas hizo lo suyo. Que fue bastante.
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