“Motivos personales...”

Francisco Garfias

Una de las líneas de investigación del asesinato del periodista en Ciudad Juárez, que ya habría sido puesta en conocimiento de los directivos de El Diario, es la del enfrentamiento entre dos grupos antagónicos de jóvenes que vivían en departamentos diferentes de un mismo edificio, de acuerdo a fuentes vinculadas con seguridad nacional.

Luis Carlos Jiménez Orozco, el reportero gráfico asesinado, y su compañero, Carlos Manuel Sánchez Colunga, lesionado de bala, formaban parte de un grupo de ex compañeros de secundaria que ya se traían con los vecinos pandilleros que, de acuerdo a esta hipótesis, los atacaron.

“Ya habían amenazado a uno de ellos, lo habían golpeado por una chamaca. Los vecinos, hartos de escucharlos pelear, pidieron incluso que los corrieran del edificio”, aseguraron las fuentes.

Esa línea de investigación, que sigue la Procuraduría de Chihuahua, es la que habría llevado a Alejandro Poire, secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad, a manifestar que el asesinato de Luís Carlos fue por “motivos personales”.

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Otra de las líneas que se siguen es la de la equivocación del blanco. En el momento de la agresión, Orozco y Sánchez Colunga viajaban en un vehiculo que pertenecía al visitador de la CNDH, de apellido De la Rosa, quien ya había sido amenazado por el crimen organizado.

El reportero gráfico era como “su hijo adoptivo”, por eso traía su auto. “En una de esas iban por mi…”, comentó de la Rosa a la Procuraduría de Chihuahua

Las fuentes no descartaron la línea de investigación que tiene que ver con el desempeño profesional de los jóvenes periodistas, pero aclararon que es la más endeble. “Eran poco menos que aprendices; nunca trabajaron en un asunto vinculado con el crimen organizado. Ni siquiera estaban en nómina”, nos aseguran.

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La irritación es grande en el gobierno federal por la gravísima pifia, reconocida por los directivos de El Diario de Juárez, que puso en su portal una explosiva entrevista con Cesar Nava, que nunca se realizó.

Al jefe nacional del PAN le atribuyeron, ni más ni menos, haber urgido un pacto con el crimen organizado para terminar con la violencia del narco. Mas tarde admitieron que fueron “engañados” y a retiraron del portal, pero el daño estaba hecho.

La noticia fue reproducida no solo por los diarios nacionales. Las agencias internacionales también la recogieron y le dio la vuelta al mundo.

”Es una muy grave difamación por un supuesto error. Le hicieron daño a la imagen de México; le hicieron daño a la lucha contra le crimen organizado”, puntualizan en el entorno del presidente Calderón.

Tampoco acaban de asimilar el multicitado editorial ¿Que quieren de nosotros? Publicado por El Diario, que califica a los criminales como “autoridades de facto”, y literalmente le pide línea al narco sobre como escribir, a cambio de que dejen de matar reporteros. Insisten que el editorial promueve precisamente lo que adjudicaron equivocadamente a Nava: pactos con el narco.

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Otra vez los diputados transformaron el Palacio Legislativo en un circo. Otra vez un ataque a Enrique Peña Nieto, el rey de las encuestas para el 2012, provoco un sainete que obligó a suspender la sesión en San Lázaro.

Los priistas no toleraron la frase “democracia asesinada” incluida en una de las mantas contra la llamada “Ley Peña” que los panistas, al mas puro estilo de sus aliados del PRD, colgaron en la tribuna. Los diputados Víctor Flores, Héctor Pedraza, y Manuel Cadena, la vanguardia del “nuevo PRI”, sacaron el cobre de la intolerancia y las arrancaron de inmediato.

Los panistas se calentaron y no solo exigieron les regresaran las dos mantas, sino que los priistas los desagraviaran públicamente. Nigüas, respondieron los “tolerantes” del tricolor y allí se acabo la sesión.

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En esa sesión estaba proyectado que rindiera protesta como diputado el perredista Julio Cesar Godoy Toscano, sobre quien pesan sendas órdenes de aprehensión, a pesar de que fue exonerado de tener vínculos con la Familia.

La PFP y la PGR hicieron hasta lo imposible para evitar que Godoy ingresara al Palacio Legislativo. Solicitaron al priista Jorge Carlos Ramírez Marin autorizara el ingreso de sus agentes a la Cámara, para echarle guante al hermano del gobernador de Michoacán.

El presidente de la mesa directiva, único autorizado para pedir el ingreso de la fuerza pública, denegó el permiso. Por eso los policías se vieron obligados a acordonar inútilmente el recinto legislativo. Y decimos inútilmente porque cualquier legislador puede meter encajuelado a Godoy.

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