Mexicanidad y México sin el PRI

© Conciencia Mexicana, Año 1, No.1 (Primavera 1997).

Conciencia Mexicana: Lic. López Portillo, vivimos sin duda una de las grandes etapas de la historia de México, quizás análoga a la Independencia, la Reforma o la Revolución. Desde la perspectiva del México de la antigüedad, del cual es usted un gran conocedor, y del México que a usted le ha tocado vivir, me gustaría saber ¿qué México vislumbra para el año 2015 ó 2020 en los diferentes aspectos sociales, políticos, culturales y religiosos?

José López Portillo: Bueno en primer lugar quiero decir que yo creí en México desde que era muy niño, sin duda por la influencia de mi padre. Especialmente en mi adolescencia viví era creencia casi como una religión que me impulsaba y que se llamaba México. Significaba para mí una fe enorme, una gran esperanza y hasta un principio de caridad. Fé, Esperanza y Caridad, como fenómenos teologales, respecto de mi patria, que me emocionaban hasta las lágrimas y que viví muy intensamente. * * *

La historia de México es al mismo tiempo la de España y la de México, y así, junto con su vida, es tal vez la historia más grande de la humanidad, porque vive planteamientos extraordinarios. Uno de ellos es precisamente el encuentro de esta dualidad, que es un proceso de universalización.

C.M.: En este contexto ¿qué pasa con México en el campo internacional, (gravitacional)? Estos cambios hacia la democracia, ¿qué peligros y qué oportunidades presentan como parte de los intereses globales?

J.L.P.: Casi al formular la pregunta está envolviendo la respuesta; me ayuda con ella. Lo que yo veo es que, si nos percatamos bien, estamos en este momento en un proceso de integración globalizadora, cumpliendo este destino dialéctico de integración del que hablamos al principio y que, ya visto así, cobra sentido con in dato concreto.

Mientras empezamos a integrar, en esta integración, hemos tenido—y esto es muy importante—, hemos tenido que sacrificar una de las grandes características de la Revolución Mexicana, de la cual ya no se está hablando ahora, es más, se está empezando a no hablar para nada de ella. Una de las características de la Revolución fue la gran hazaña de este siglo: conjugar la democracia formal, electoral, que postuló Madero con su “Sufragio Efectivo. No Reelección,” con la democracia social, que justificaba la creación de un partido que siempre tenía que ganar, porque el triunfo de las armas era el triunfo de una serie de ideas que no podían abandonarse sólo por capricho circunstancial de las mayorías, que es uno de los defectos que tiene la democracia formal.

En la democracia al estilo norteamericano, por ejemplo en la democracia electoral, lo que importa es la opinión de las mayorías y nada más. Ese sueño de la democracia americana, y a este propósito sirven los partidos. Entonces, como esa democracia y esa expresión vigente de un modelo político es tan prestigiado por ser la fuerza más fuerte del mundo—, justificaban un partido único como era el PRI, o un partido con las características del PRI, que empieza a ser agua porque ya no se justifica, no hay un ideario que defender.
Entonces vamos a dejar que las mayorías decidan; lo que tiene un peligro jurídico, ya que un capricho de acuerdo de voluntades circunstancial porque las señoras o los señores amanecieron con la ventolera de votar por alguien o por algo… bueno, eso es un acuerdo muy reducido en el tiempo, que quién sabe cuánta vigencia vaya a tener y qué cambios pueda tener mañana. * * *

C.M.: En su opinión ¿existe una relación directa entre Estatismo y Nacionalismo? ¿Cuál es su posición en el debate Privatización-Estatismo?

J.L.P.: Yo no creo que se pierda la esencia de nuestro nacionalismo. Es una pérdida para mí, para mi modelo político, una pérdida innecesaria del patrimonio nacional, pero no una pérdida de nuestra esencia nacional, que está en la esencia de cada mexicano y en cuanto nos sirve para universalizarlos. Hay que recordar que se es mexicano para ser universal, por lo menos eso creo yo, y que en todos los avatares estamos viviendo ha a habido siempre cambios de modelo económico, de estatismo y economía mixta.

Yo, en lugar de privatizar, nacionalicé todavía más, porque era mi convicción estatista y de economía mixta. Ahora ya no creen en ello, porque resultó que los problemas del país no se pudieron resolver ante esta avalancha globalizadota que trae una etiqueta de neoliberalismo; esa avalancha nos impidió resolver nuestros problemas y, entonces, quien ahora tiene la responsabilidad cree que el otro modelo económico es el que debe prevalecer. Ya veremos, ya veremos.

C.M.: Licenciado ¿hay México sin el PRI?

J.L.P.: ¡Sí, claro, claro que hay México sin el PRI! No el México que yo viví y que yo entiendo. Pero sé que las cosas se terminan y hay cambios. Entonces, el PRI fue un broche que cerraba un sistema político, no un régimen jurídico. El PRI cerraba ese sistema político que ahora se autoacota y que va a cambiar a otro. Entonces, claro que sí tenemos México, como lo dije en alguno de mis informes, México es superior a toda crisis, está por encima de muchas tesis, ¡no faltaba más!

José López Portillo fue Presidente de México 1976—1982

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