Francisco Rodríguez / Índice Político
SI EL LOBO TRICOLOR sopla y derriba en un punto porcentual el IVA, la casita de paja en la que Calderón, Cordero y Carstens han convertido a la economía nacional se vendrá abajo. Eso es al menos lo que, en su comparecencia ante los diputados federales, ha dicho apenas el ocupante de la cartera de Hacienda: “supondría el riesgo de caer en una situación de endeudamiento insostenible que puede llevarnos a otra crisis de origen interno, como las ocurridas en 1976, 1982 y 1986”.
La economía mexicana es de fábula pues, como la casita de paja del menor de Los Tres Cochinitos, se cae al menor soplido.
Una evaluación de esta actividad elaborada por las doctoras Genoveva Roldán Dávila, María Josefina Morales Ramírez y el maestro Juan A. Arancibia Córdova, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM apuntala la hipótesis de la “vulnerabilidad” en la que el país se encuentra y que, en un fair play, no achacan solamente a la fallida Administración de Calderón –cuyo IV informe desemenzuan–, sino a los últimos 28 años, mismos en los que aquí se ha aplicado el también fallido modelo neoliberal:
“…En estas casi tres décadas se ha registrado un crecimiento anual del PIB de 2.3% y apenas 0.7% del PIB per cápita, en comparación con las tres décadas previas del modelo de sustitución de importaciones, cuando se registraba un crecimiento anual de 6.4% y de 3.1%, respectivamente, pese a que las tasas de crecimiento de la población fueron más del doble de la registrada en el periodo neoliberal. El TLCAN sólo generó un mayor dinamismo durante los primeros seis años por lo que en la década del 90 la economía creció 3.5% por año y el peor crecimiento registrado, se ha dado en la última década, la de los gobiernos panistas, lo que nos ha dejado otra década perdida, a pesar de los cuantiosos recursos petroleros recibidos. Por sexenios, el actual registrará a lo más un crecimiento de1.4% anual y un PIB per cápita, de apenas 0.6%, el más bajo de los últimos cuatro sexenios.
La recuperación, que se presenta como un gran avance, en este IV Informe, se caracteriza por no contener cambios de políticas económicas, por reproducir y amplificar las debilidades estructurales de la economía mexicana. En síntesis estamos frente a una larga tendencia de crecimiento raquítico, desigual, inestable y con desproporciones cada vez mayores, de una economía volcada hacia el mercado exterior, dependiente en grado sumo del mercado estadounidense, que ha abandonado el mercado interno; una estructura económica desarticulada que agrava la dependencia alimentaria, industrial y ahora energética (PEMEX, ha anunciado que importará, ya no solo gasolinas y petrolíferos, sino ahora también petróleo crudo), un sistema financiero en manos del capital extranjero que no impulsa el crecimiento, insuficiencia de los recursos públicos fiscales y un explosivo crecimiento de la deuda interna y externa. En suma una política económica que responde al capital financiero trasnacional y abandona el desarrollo nacional, tanto en los aspectos sociales, como económicos. Buscar el camino hacia un modelo de desarrollo alternativo es inaplazable”, concluyen.
Publicado en el primer número de la nueva época del boletín mensual Momento Económico del IIEc –dirigido por la doctora Verónica Villarespe–, los investigadores ponen en duda la afirmación del oficialismo sobre la recuperación de la economía: “…los datos del primer semestre muestran que el PIB, retomó el crecimiento en términos globales (5.9%), de tal manera que lo obtenido en este lapso, es tres puntos menos que lo perdido en el mismo periodo del año anterior y en el supuesto de que las previsiones de este año resulten acertadas y que el PIB crezca 4%, esto será menor a la caída de 6.5% de 2009. De sostenerse este ritmo será hasta 2011, cuando el PIB logre alcanzar los 8.9 billones de pesos que se obtuvieron en 2008. En sentido estricto, estamos frente a un crecimiento débil e insuficiente, ante el crecimiento de la población.”
Apuntan, asimismo, que “esta anémica recuperación además es desigual, tanto sectorial como regionalmente: Diez de los 19 sectores en los que hoy se reporta el PIB, presentan un crecimiento menor a la tasa general y cuatro tienen crecimiento negativo. De estos últimos destaca la construcción con un -2.7%, lo cual es de fuerte impacto económico tanto porque este sector representa el 6.2% de la producción nacional, como porque en él trabajan 5.7 millones de trabajadores; otro sector es el de los servicios de salud que da empleo a 915 mil y que tuvo una disminución de -5.1%, lo cual permite cuestionar, por lo menos, la calidad de la ampliación de la cobertura universal de salud. La desigualdad también se observa en el mayor impacto de la recesión y raquítico crecimiento estadounidense, en las entidades fronterizas que habían sido más beneficiadas con la apertura comercial; situación a la que se ha sumado la exacerbación de la ofensiva brutal de la delincuencia organizada y la incapacidad gubernamental para enfrentarla con éxito.” (Continuará).
Índice Flamígero: Señal del temor a una nueva crisis: sube el precio del oro. El aumento de la cotización del metal, pone en evidencia la confianza en el oro como valor refugio. La historia nos cuenta que el precio de este mineral aumenta cuando los inversionistas se cuestionan que el dinero/papel no va a asegurar sus ahorros.
SI EL LOBO TRICOLOR sopla y derriba en un punto porcentual el IVA, la casita de paja en la que Calderón, Cordero y Carstens han convertido a la economía nacional se vendrá abajo. Eso es al menos lo que, en su comparecencia ante los diputados federales, ha dicho apenas el ocupante de la cartera de Hacienda: “supondría el riesgo de caer en una situación de endeudamiento insostenible que puede llevarnos a otra crisis de origen interno, como las ocurridas en 1976, 1982 y 1986”.
La economía mexicana es de fábula pues, como la casita de paja del menor de Los Tres Cochinitos, se cae al menor soplido.
Una evaluación de esta actividad elaborada por las doctoras Genoveva Roldán Dávila, María Josefina Morales Ramírez y el maestro Juan A. Arancibia Córdova, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM apuntala la hipótesis de la “vulnerabilidad” en la que el país se encuentra y que, en un fair play, no achacan solamente a la fallida Administración de Calderón –cuyo IV informe desemenzuan–, sino a los últimos 28 años, mismos en los que aquí se ha aplicado el también fallido modelo neoliberal:
“…En estas casi tres décadas se ha registrado un crecimiento anual del PIB de 2.3% y apenas 0.7% del PIB per cápita, en comparación con las tres décadas previas del modelo de sustitución de importaciones, cuando se registraba un crecimiento anual de 6.4% y de 3.1%, respectivamente, pese a que las tasas de crecimiento de la población fueron más del doble de la registrada en el periodo neoliberal. El TLCAN sólo generó un mayor dinamismo durante los primeros seis años por lo que en la década del 90 la economía creció 3.5% por año y el peor crecimiento registrado, se ha dado en la última década, la de los gobiernos panistas, lo que nos ha dejado otra década perdida, a pesar de los cuantiosos recursos petroleros recibidos. Por sexenios, el actual registrará a lo más un crecimiento de1.4% anual y un PIB per cápita, de apenas 0.6%, el más bajo de los últimos cuatro sexenios.
La recuperación, que se presenta como un gran avance, en este IV Informe, se caracteriza por no contener cambios de políticas económicas, por reproducir y amplificar las debilidades estructurales de la economía mexicana. En síntesis estamos frente a una larga tendencia de crecimiento raquítico, desigual, inestable y con desproporciones cada vez mayores, de una economía volcada hacia el mercado exterior, dependiente en grado sumo del mercado estadounidense, que ha abandonado el mercado interno; una estructura económica desarticulada que agrava la dependencia alimentaria, industrial y ahora energética (PEMEX, ha anunciado que importará, ya no solo gasolinas y petrolíferos, sino ahora también petróleo crudo), un sistema financiero en manos del capital extranjero que no impulsa el crecimiento, insuficiencia de los recursos públicos fiscales y un explosivo crecimiento de la deuda interna y externa. En suma una política económica que responde al capital financiero trasnacional y abandona el desarrollo nacional, tanto en los aspectos sociales, como económicos. Buscar el camino hacia un modelo de desarrollo alternativo es inaplazable”, concluyen.
Publicado en el primer número de la nueva época del boletín mensual Momento Económico del IIEc –dirigido por la doctora Verónica Villarespe–, los investigadores ponen en duda la afirmación del oficialismo sobre la recuperación de la economía: “…los datos del primer semestre muestran que el PIB, retomó el crecimiento en términos globales (5.9%), de tal manera que lo obtenido en este lapso, es tres puntos menos que lo perdido en el mismo periodo del año anterior y en el supuesto de que las previsiones de este año resulten acertadas y que el PIB crezca 4%, esto será menor a la caída de 6.5% de 2009. De sostenerse este ritmo será hasta 2011, cuando el PIB logre alcanzar los 8.9 billones de pesos que se obtuvieron en 2008. En sentido estricto, estamos frente a un crecimiento débil e insuficiente, ante el crecimiento de la población.”
Apuntan, asimismo, que “esta anémica recuperación además es desigual, tanto sectorial como regionalmente: Diez de los 19 sectores en los que hoy se reporta el PIB, presentan un crecimiento menor a la tasa general y cuatro tienen crecimiento negativo. De estos últimos destaca la construcción con un -2.7%, lo cual es de fuerte impacto económico tanto porque este sector representa el 6.2% de la producción nacional, como porque en él trabajan 5.7 millones de trabajadores; otro sector es el de los servicios de salud que da empleo a 915 mil y que tuvo una disminución de -5.1%, lo cual permite cuestionar, por lo menos, la calidad de la ampliación de la cobertura universal de salud. La desigualdad también se observa en el mayor impacto de la recesión y raquítico crecimiento estadounidense, en las entidades fronterizas que habían sido más beneficiadas con la apertura comercial; situación a la que se ha sumado la exacerbación de la ofensiva brutal de la delincuencia organizada y la incapacidad gubernamental para enfrentarla con éxito.” (Continuará).
Índice Flamígero: Señal del temor a una nueva crisis: sube el precio del oro. El aumento de la cotización del metal, pone en evidencia la confianza en el oro como valor refugio. La historia nos cuenta que el precio de este mineral aumenta cuando los inversionistas se cuestionan que el dinero/papel no va a asegurar sus ahorros.
Comentarios