Francisco Rodríguez / Índice Político
LAS CONMEMORACIONES DEL Bicentenario de la Independencia de México que esta semana llegan a su punto culminante han tenido a la Iglesia Católica como protagonista polémico. En buena medida, por el papel que la institución clerical jugó en aquel movimiento libertario, y en segundo término por una aparente ausencia del alto clero en los eventos que poco han conmovido a la sociedad actual.
La polémica parte de que la Iglesia Católica en México no sólo niega que Hidalgo y Morelos hayan muerto excomulgados y porque le atribuye “inspiración cristiana” a la Independencia y a la Revolución, también por sus intentos de que la SEP “rectifique” los libros de texto.
Al respecto, Monseñor Alberto Alvarado Alcántara, Obispo Auxiliar Emérito de la Arquidiócesis de México comparte una vez más sus reflexiones con los lectores del Índice Político, mismas que a continuación transcribo:
“La verdad es que la referencia a las fiestas del Bicentenario a muy pocos ha entusiasmado. Parecería que hay más bien un desánimo en la sociedad en general y el pueblo tiene pocas ganas de celebrar. Tal vez son más los motivos de temor, de incertidumbre sobre el porvenir y de angustia por el presente que motivos para estar alegres y llenos de esperanza.
“Es por ello que la Iglesia ha querido enviar un mensaje que en alguna forma aliente al pueblo de México a vivir con esperanza y alegría la celebración de los acontecimientos históricos que dieron origen a la nación mexicana, con una identidad cultural propia y una vocación y misión para continuar construyendo una nación más justa y fraterna.
“El mensaje de los Obispos de México está contenido en una Carta Pastoral titulada “Conmemorar nuestra historia desde la fe, para comprometernos hoy con nuestra Patria”. De esta manera ellos atienden la recomendación que el Papa hace a los Obispos de Latinoamérica reunidos en Aparecida Brasil: ‘La Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas y mundiales. No puede replegarse frente a quienes sólo ven confusión, peligros y amenazas, o de quienes pretenden cubrir la variedad y complejidad de situaciones con una capa de ideologismos gastados o de agresiones irresponsables’. (DA no. 11)
“La presencia y participación de la Iglesia en la celebración del Bicentenario está más que justificada, si bien no haya intervenido en el programa oficial del gobierno, por el temor a las reacciones del ya consabido laicismo intolerante que priva en la mentalidad de un pensamiento liberal anticlerical. No podemos, sin embargo, desconocer que la Iglesia Católica ha sido protagonista en los acontecimientos históricos que hoy celebramos.
“El rechazo, la crítica y el pretender la exclusión de la Iglesia de esta celebración, se basan en una convicción generalizada de que la Iglesia ha sido, a lo largo de la historia, partidaria de las causas más oscurantistas y retardatarias, enemiga de las libertades. Se aduce para ello el hecho de que la Iglesia haya estado estrechamente ligada al gobierno español mediante el Real Patronato, vigente durante el Virreinato de la Nueva España; que se haya valido del Tribunal de la Inquisición para vigilar y reprimir cualquier oposición a su doctrina y normas morales; que se haya opuesto al movimiento libertario iniciado por Hidalgo, condenado la insurrección y excomulgando a Hidalgo y a otros caudillos insurgentes; que hubiera favorecido el establecimiento del imperio de Maximiliano de Habsburgo; el haber apoyado a los conservadores en su lucha contra los liberales, todo lo cual dio origen a las Leyes de Reforma. La historia de México registra todos estos conflictos entre la Iglesia y el Estado.
“Los Obispos se proponen hacer una revisión histórica y un discernimiento sobre cuál fue la participación de la Iglesia en estos dos acontecimientos: los doscientos años del movimiento de Independencia y los cien años de la Revolución. Esta revisión han querido hacerla ‘en diálogo con un conjunto de expertos, de ambientes académicos plurales, que nos han ayudado a esclarecer qué es lo que ha sucedido, qué es lo que se ha dicho y hecho’. (n.7)
“El enfoque en la reflexión de los Obispos es mirar la historia desde su misión religiosa, con una ‘mirada de fe’, es decir, como una ‘historia de salvación’ en la que Dios interviene a través de los acontecimientos humanos”, concluye este texto monseñor Alvarado Alcántara con el compromiso de dar seguimiento a esta reflexión.
Índice Flamígero: Mengua el apoyo solidario de la sociedad hacia nuestros hermanos en desgracia en Veracruz y en Nayarit, afectados por el mal manejo de la infraestructura hidráulica a cargo de Conagua. Las representaciones gubernamentales de ambas entidades en el DF mantienen abiertas sus puertas para recibir agua, víveres y medicamentos. A la entidad del Golfo puede allegársele el apoyo en Marsella 77, colonia Juárez. Para ser solidarios con la entidad del Pacífico, en Edgar Alan Poe 102, colonia Polanco. En el resto de la República, el apoyo solidario a nuestros compatriotas se puede depositar en las delegaciones de la Cruz Roja. Son miles los damnificados…
LAS CONMEMORACIONES DEL Bicentenario de la Independencia de México que esta semana llegan a su punto culminante han tenido a la Iglesia Católica como protagonista polémico. En buena medida, por el papel que la institución clerical jugó en aquel movimiento libertario, y en segundo término por una aparente ausencia del alto clero en los eventos que poco han conmovido a la sociedad actual.
La polémica parte de que la Iglesia Católica en México no sólo niega que Hidalgo y Morelos hayan muerto excomulgados y porque le atribuye “inspiración cristiana” a la Independencia y a la Revolución, también por sus intentos de que la SEP “rectifique” los libros de texto.
Al respecto, Monseñor Alberto Alvarado Alcántara, Obispo Auxiliar Emérito de la Arquidiócesis de México comparte una vez más sus reflexiones con los lectores del Índice Político, mismas que a continuación transcribo:
“La verdad es que la referencia a las fiestas del Bicentenario a muy pocos ha entusiasmado. Parecería que hay más bien un desánimo en la sociedad en general y el pueblo tiene pocas ganas de celebrar. Tal vez son más los motivos de temor, de incertidumbre sobre el porvenir y de angustia por el presente que motivos para estar alegres y llenos de esperanza.
“Es por ello que la Iglesia ha querido enviar un mensaje que en alguna forma aliente al pueblo de México a vivir con esperanza y alegría la celebración de los acontecimientos históricos que dieron origen a la nación mexicana, con una identidad cultural propia y una vocación y misión para continuar construyendo una nación más justa y fraterna.
“El mensaje de los Obispos de México está contenido en una Carta Pastoral titulada “Conmemorar nuestra historia desde la fe, para comprometernos hoy con nuestra Patria”. De esta manera ellos atienden la recomendación que el Papa hace a los Obispos de Latinoamérica reunidos en Aparecida Brasil: ‘La Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas y mundiales. No puede replegarse frente a quienes sólo ven confusión, peligros y amenazas, o de quienes pretenden cubrir la variedad y complejidad de situaciones con una capa de ideologismos gastados o de agresiones irresponsables’. (DA no. 11)
“La presencia y participación de la Iglesia en la celebración del Bicentenario está más que justificada, si bien no haya intervenido en el programa oficial del gobierno, por el temor a las reacciones del ya consabido laicismo intolerante que priva en la mentalidad de un pensamiento liberal anticlerical. No podemos, sin embargo, desconocer que la Iglesia Católica ha sido protagonista en los acontecimientos históricos que hoy celebramos.
“El rechazo, la crítica y el pretender la exclusión de la Iglesia de esta celebración, se basan en una convicción generalizada de que la Iglesia ha sido, a lo largo de la historia, partidaria de las causas más oscurantistas y retardatarias, enemiga de las libertades. Se aduce para ello el hecho de que la Iglesia haya estado estrechamente ligada al gobierno español mediante el Real Patronato, vigente durante el Virreinato de la Nueva España; que se haya valido del Tribunal de la Inquisición para vigilar y reprimir cualquier oposición a su doctrina y normas morales; que se haya opuesto al movimiento libertario iniciado por Hidalgo, condenado la insurrección y excomulgando a Hidalgo y a otros caudillos insurgentes; que hubiera favorecido el establecimiento del imperio de Maximiliano de Habsburgo; el haber apoyado a los conservadores en su lucha contra los liberales, todo lo cual dio origen a las Leyes de Reforma. La historia de México registra todos estos conflictos entre la Iglesia y el Estado.
“Los Obispos se proponen hacer una revisión histórica y un discernimiento sobre cuál fue la participación de la Iglesia en estos dos acontecimientos: los doscientos años del movimiento de Independencia y los cien años de la Revolución. Esta revisión han querido hacerla ‘en diálogo con un conjunto de expertos, de ambientes académicos plurales, que nos han ayudado a esclarecer qué es lo que ha sucedido, qué es lo que se ha dicho y hecho’. (n.7)
“El enfoque en la reflexión de los Obispos es mirar la historia desde su misión religiosa, con una ‘mirada de fe’, es decir, como una ‘historia de salvación’ en la que Dios interviene a través de los acontecimientos humanos”, concluye este texto monseñor Alvarado Alcántara con el compromiso de dar seguimiento a esta reflexión.
Índice Flamígero: Mengua el apoyo solidario de la sociedad hacia nuestros hermanos en desgracia en Veracruz y en Nayarit, afectados por el mal manejo de la infraestructura hidráulica a cargo de Conagua. Las representaciones gubernamentales de ambas entidades en el DF mantienen abiertas sus puertas para recibir agua, víveres y medicamentos. A la entidad del Golfo puede allegársele el apoyo en Marsella 77, colonia Juárez. Para ser solidarios con la entidad del Pacífico, en Edgar Alan Poe 102, colonia Polanco. En el resto de la República, el apoyo solidario a nuestros compatriotas se puede depositar en las delegaciones de la Cruz Roja. Son miles los damnificados…
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