Entre la locura capitalina y los dichos de Hillary

Martha Anaya

Ayer no pocos andaban irritados y maldiciendo sonoramente. Unos, por los cierres de calles aquí y allá en chilangolandia; otros, por las “jodidas” declaraciones sobre México de Hillary Clinton.

Su servidora sumaba a la horripilante vibra que emanaba desde la capital, algunas noticias procedentes de otros estados de nuestro festejado país. Dos de ellas me sobrecogieron, ya no por las muertes porque son titipuchal a estas alturas, sino por la intimidad de los sucesos.

Una de ellas decía: “Matan a un alcalde en su escritorio”.

Resulta que cinco sujetos armados llegaron a la alcaldía de El Naranjo en San Luis Potosí, entraron hasta la oficina del alcalde y ahí, ante su escritorio, lo asesinaron.

El presidente municipal de ese lugar ubicado en la huasteca potosina se llamaba Alexander López García. Tenía 35 años de edad y había sido electo representando al PRI y al Verde Ecologista.

El suceso, a diferencia de otros casos, no ocurrió en el trayecto de un punto a otro, ni lo esperaron afuera de su casa. No, esta vez, los matones llegaron en una camioneta hasta la alcaldía, tres de ellos se bajaron y entraron hasta su oficina donde lo ejecutaron. ¡Impactante!

La otra: “Matan a mujer policía en su casa”.

Esto ocurrió en el municipio de Lázaro Cárdenas en Michoacán. La mujer en cuestión, Erika Vázquez Soto, tenía también 35 años. Antes del paro de policías que hubo el mes pasado en la Dirección de Seguridad Pública Municipal, ella se encargaba de las patrullas de la corporación. Luego del paro fue removida para ocupar un lugar en la dirección de la corporación.

Antenoche Erika se encontraba en su casa. Eran cerca de las diez de la noche cuando alguien tocó a su puerta. Fue a abrir y apenas entreabrió le dispararon a bocajarro en cinco ocasiones y ahí quedó su cuerpo tendido, dentro de su propia casa mientras el asesino huía corriendo.

Sucesos de carne y hueso frente a declaraciones en las que se discute si el México de hoy se asemeja a la Colombia de hace 20 años, como dijo la secretaria de Estado, Hillary Clinton; o si se le pasó la mano a la funcionaria estadounidense al decir que las redes de los narcotraficantes están haciendo causa común con lo se podría considerar “insurgencia” en el país.

Historias tan reales como las muertes de alcaldes y policías que nos tocan el alma mientras encontramos una calle, un camino para salir del atolladero en esta ciudad que ahora se pone sus moños para nuestras fiestas del bicentenario.

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