En un documento difundido por la prensa, el tercero desde la desaparición del panista el 14 de mayo, imputa que su familia y amigos le han abandonado y no les importa su muerte.
La Jornada
México, DF. Un nuevo comunicado de los presuntos secuestradores del panista Diego Fernández de Cevallos fue difundido este lunes, así como una tercera fotografía en la que aparece de nueva cuenta vendado de los ojos y sosteniendo al parecer un número de la revista Proceso que tiene a su vez una imagen en la que aparecen juntos el ex presidente Carlos Salinas y Fernández de Cevallos.
El documento da las señas particulares del ex senador: "Edad 69 años, estatura 1.70 metros, peso 65 kilos, complexión muy delgada, tez morena clara, seña particular cicatriz en la columna vertebral. Banco Nacional de personas Extraviadas".
Textualmente, el comunicado advierte: "Boletín Número 3. Dicen que el jefe Diego parecía virrey de la Nueva España y en consecuencia muchos querían verlo preso o, peor aún, muerto. Dicen que para todo fin práctico fungió como vicepresidente de México y tras aquella noche en que su pasado lo alcanzó, no faltó quien quiso que se pudriera en los infiernos ni quienes lo alabaron por la doble hazaña, según, de ser un viejo güevudo y un cabrón bien hecho.
"Dicen que pudo haber sido objeto de venganza de algún grupo de poder o de particulares defraudados o ardidos, y se ignora si su misteriosa desaparición, vuelta luego secuestro, aparte de fines económicos tuvo algún propósito o si se trató de un intento de trueque del narcotráfico.
"Dicen que sus últimas fotos sólo mostraron los restos del hombre intocable y poderoso que fue, y que sembrador de vientos y cosechador de tempestades; no se supo si fue víctima de una banda del crimen organizado o de algún grupo poderoso del gobierno o de alguna organización guerrillera.
"Gracias a la trayectoria personal y pública del jefe Diego se seguirán diciendo muchas cosas, y y quizá todas quepan como líneas de investigación, desde que su familia lo abandonó y de que a sus propios amigos no les importó su suerte. ¿Seguiremos informando?
"Los misteriosos desaparecedores. Septiembre 13 de 2010".
La primera comunicación a la opinión pública se tuvo el 26 de julio pasado, cuando supuestamente esos "misteriosos desaparecedores" dieron a conocer una carta presuntamente del puño y letra del político, en la que advertía a su hijo mayor, Diego, que "no puedo describirte el infierno que vivo... no sé cuánto aguante más". La supuesta misiva está fechada el 10 de junio.
El 17 de mayo pasado, la familia de Diego Fernández emitió un primer documento en el que llamaba a las personas que mantienen retenido al político a entablar comunicación con ellos para negociar la liberación. Posteriormente, el 20 mayo, a través de las redes sociales, circuló presuntamente una primera fotografía del panista, es decir, apenas 6 días después de su desaparición, en la que aparece con los ojos vendados y con el mismo fondo negro de plático con que tiene en las otras dos imágenes ya referidas.
Un día después de ello, es decir, el 21 de mayo, la familia pidió a las autoridades, a través de un segundo boletín, que abandonaran las pesquisas del caso, con el propósito de permitir que los captores iniciaran las negociaciones para el rescate.
La Jornada
México, DF. Un nuevo comunicado de los presuntos secuestradores del panista Diego Fernández de Cevallos fue difundido este lunes, así como una tercera fotografía en la que aparece de nueva cuenta vendado de los ojos y sosteniendo al parecer un número de la revista Proceso que tiene a su vez una imagen en la que aparecen juntos el ex presidente Carlos Salinas y Fernández de Cevallos.
El documento da las señas particulares del ex senador: "Edad 69 años, estatura 1.70 metros, peso 65 kilos, complexión muy delgada, tez morena clara, seña particular cicatriz en la columna vertebral. Banco Nacional de personas Extraviadas".
Textualmente, el comunicado advierte: "Boletín Número 3. Dicen que el jefe Diego parecía virrey de la Nueva España y en consecuencia muchos querían verlo preso o, peor aún, muerto. Dicen que para todo fin práctico fungió como vicepresidente de México y tras aquella noche en que su pasado lo alcanzó, no faltó quien quiso que se pudriera en los infiernos ni quienes lo alabaron por la doble hazaña, según, de ser un viejo güevudo y un cabrón bien hecho.
"Dicen que pudo haber sido objeto de venganza de algún grupo de poder o de particulares defraudados o ardidos, y se ignora si su misteriosa desaparición, vuelta luego secuestro, aparte de fines económicos tuvo algún propósito o si se trató de un intento de trueque del narcotráfico.
"Dicen que sus últimas fotos sólo mostraron los restos del hombre intocable y poderoso que fue, y que sembrador de vientos y cosechador de tempestades; no se supo si fue víctima de una banda del crimen organizado o de algún grupo poderoso del gobierno o de alguna organización guerrillera.
"Gracias a la trayectoria personal y pública del jefe Diego se seguirán diciendo muchas cosas, y y quizá todas quepan como líneas de investigación, desde que su familia lo abandonó y de que a sus propios amigos no les importó su suerte. ¿Seguiremos informando?
"Los misteriosos desaparecedores. Septiembre 13 de 2010".
La primera comunicación a la opinión pública se tuvo el 26 de julio pasado, cuando supuestamente esos "misteriosos desaparecedores" dieron a conocer una carta presuntamente del puño y letra del político, en la que advertía a su hijo mayor, Diego, que "no puedo describirte el infierno que vivo... no sé cuánto aguante más". La supuesta misiva está fechada el 10 de junio.
El 17 de mayo pasado, la familia de Diego Fernández emitió un primer documento en el que llamaba a las personas que mantienen retenido al político a entablar comunicación con ellos para negociar la liberación. Posteriormente, el 20 mayo, a través de las redes sociales, circuló presuntamente una primera fotografía del panista, es decir, apenas 6 días después de su desaparición, en la que aparece con los ojos vendados y con el mismo fondo negro de plático con que tiene en las otras dos imágenes ya referidas.
Un día después de ello, es decir, el 21 de mayo, la familia pidió a las autoridades, a través de un segundo boletín, que abandonaran las pesquisas del caso, con el propósito de permitir que los captores iniciaran las negociaciones para el rescate.
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