Astillero / Julio Hernández López
El inseguro escenario de las celebraciones burocráticas de la Independencia nacional fue cargado ayer con un elemento más de turbiedad y elucubraciones cuando, con un inexplicado sentido de la oportunidad conmemorativa, fue actualizado el recuerdo de que uno de los más connotados miembros de la élite derechista nacional permanece secuestrado y que el desenlace del episodio puede ser fúnebre. Por la misma vía de correo electrónico utilizada cuando dieron a conocer su primer comunicado con fotografía del cautivo, los autodenominados Misteriosos Desaparecedores enviaron un nuevo texto que entre manejos verbales presuntamente ingeniosos o desparpajados pareciera filtrar una de dos posibilidades: que para hablar hoy del ex candidato presidencial panista debe utilizarse el tiempo pasado, o que mediante este artificio epistolar de internet los secuestradores pretenden acelerar el pago de un rescate por parte de familiares y amigos del político queretano que, según la versión de los captores, lo habrían abandonado.
El tercer boletín de prensa de los M.D. fue acompañado de una fotografía de Diego Fernández de Cevallos en condiciones similares a las antes difundidas, como si se tratara de una imagen tomada exactamente el mismo día, aunque con algunos detalles distintos. Esta vez, por ejemplo, el privilegiado político de barba tiene en sus manos un ejemplar de la revista Proceso, de mayo del presente año, abierta en la página en que fue publicado un reportaje de Carlos Acosta, http://bit.ly/aQ2DL1 titulado Diego y sus millonarios litigios con el poder del poder./
Algo parecieran indicar la fotografía y el reportaje seleccionados para esta ocasión, aún cuando las palabras usadas por los Misteriosos Desaparecedores en su nueva incursión pública parezcan decididas a no dar pista sobre los motivos reales del secuestro, jugando con la ennumeración de las causas que han sido mencionadas en distintos ámbitos, aunque a fin de cuentas reduciéndolas a tres, lo que finalmente tampoco dice nada: narcotráfico, guerrilla o “algún grupo poderoso del gobierno”. La fotografía utilizada en el reportaje de Carlos Acosta fue tomada de la revista Caras, de Televisa, y muestra cercanos, sonrientes y de corbata de moño a Diego Fernández de Cevallos y a Carlos Salinas de Gortari, éste con expresión de complacida picardía y el primero con aires de acompañamiento feliz en la jugarreta o broma que el Jefe de Jefes estaría haciendo en presencia del solamente Jefe.
Podría ser, desde luego, que el acento de los M.D. estuviera no en la imagen sino en el texto, y éste describe con detalle algunos de los negocios hechos por Diego al amparo del poder, en abierta utilización de influencia política para la obtención de jugosos -y no sólo por Jugos del Valle- triunfos jurídicos. Pero también se menciona allí la sabida animadversión de los Calderón Hinojosa hacia el comportamiento profesional de su compañero de partido, sobre todo en relación con el caso Ramos Millán, cuyo desenlace significó para el Estado mexicano el pago de más de mil doscientos millones de pesos que, en 2002, significaban más de lo presupuestado para el ejercicio de la Secretaría de la Reforma Agraria. El diputado Felipe dijo entonces que aún cuando el Estado tuviera dinero para pagarle a los clientes de Diego, quien obviamente se llevaría una gran tajada a título de honorarios profesionales, debería jerarquizarse ese cumplimiento “de acuerdo no sólo con criterios jurídicos o políticos, sino éticos”.
Desmonta riesgos de derrota el candidato de Salinas de Gortari a la sucesión presidencial que no quiere soltar a otro partido el bélico Calderón. Amenazado por las anunciadas alianzas interpartidistas que desde Toluca pretenden cerrarle el paso a Los Pinos, Enrique Peña Nieto ha movido sus piezas legislativas locales para impedir las candidaturas comunes a gobernador y para establecer otras medidas electorales favorables a su proyecto.
Lo único cierto es que nadie sabe, nadie supo, respecto a la situación actual del llamado jefe Diego, de las motivaciones de quienes lo secuestraron, y del momento y condiciones en que se dará el grito informativo del desenlace. Sólo es posible tomar nota de que hoy, en medio de la oscuridad y el temor, el caso del secuestro más impactante de México ha vuelto a ser actualizado, en un mensaje con claves políticas./ e que hizo a Mike expresar: “Gracias por dármelo a conocer”... ¡Hasta mañana!
El inseguro escenario de las celebraciones burocráticas de la Independencia nacional fue cargado ayer con un elemento más de turbiedad y elucubraciones cuando, con un inexplicado sentido de la oportunidad conmemorativa, fue actualizado el recuerdo de que uno de los más connotados miembros de la élite derechista nacional permanece secuestrado y que el desenlace del episodio puede ser fúnebre. Por la misma vía de correo electrónico utilizada cuando dieron a conocer su primer comunicado con fotografía del cautivo, los autodenominados Misteriosos Desaparecedores enviaron un nuevo texto que entre manejos verbales presuntamente ingeniosos o desparpajados pareciera filtrar una de dos posibilidades: que para hablar hoy del ex candidato presidencial panista debe utilizarse el tiempo pasado, o que mediante este artificio epistolar de internet los secuestradores pretenden acelerar el pago de un rescate por parte de familiares y amigos del político queretano que, según la versión de los captores, lo habrían abandonado.
El tercer boletín de prensa de los M.D. fue acompañado de una fotografía de Diego Fernández de Cevallos en condiciones similares a las antes difundidas, como si se tratara de una imagen tomada exactamente el mismo día, aunque con algunos detalles distintos. Esta vez, por ejemplo, el privilegiado político de barba tiene en sus manos un ejemplar de la revista Proceso, de mayo del presente año, abierta en la página en que fue publicado un reportaje de Carlos Acosta, http://bit.ly/aQ2DL1 titulado Diego y sus millonarios litigios con el poder del poder./
Algo parecieran indicar la fotografía y el reportaje seleccionados para esta ocasión, aún cuando las palabras usadas por los Misteriosos Desaparecedores en su nueva incursión pública parezcan decididas a no dar pista sobre los motivos reales del secuestro, jugando con la ennumeración de las causas que han sido mencionadas en distintos ámbitos, aunque a fin de cuentas reduciéndolas a tres, lo que finalmente tampoco dice nada: narcotráfico, guerrilla o “algún grupo poderoso del gobierno”. La fotografía utilizada en el reportaje de Carlos Acosta fue tomada de la revista Caras, de Televisa, y muestra cercanos, sonrientes y de corbata de moño a Diego Fernández de Cevallos y a Carlos Salinas de Gortari, éste con expresión de complacida picardía y el primero con aires de acompañamiento feliz en la jugarreta o broma que el Jefe de Jefes estaría haciendo en presencia del solamente Jefe.
Podría ser, desde luego, que el acento de los M.D. estuviera no en la imagen sino en el texto, y éste describe con detalle algunos de los negocios hechos por Diego al amparo del poder, en abierta utilización de influencia política para la obtención de jugosos -y no sólo por Jugos del Valle- triunfos jurídicos. Pero también se menciona allí la sabida animadversión de los Calderón Hinojosa hacia el comportamiento profesional de su compañero de partido, sobre todo en relación con el caso Ramos Millán, cuyo desenlace significó para el Estado mexicano el pago de más de mil doscientos millones de pesos que, en 2002, significaban más de lo presupuestado para el ejercicio de la Secretaría de la Reforma Agraria. El diputado Felipe dijo entonces que aún cuando el Estado tuviera dinero para pagarle a los clientes de Diego, quien obviamente se llevaría una gran tajada a título de honorarios profesionales, debería jerarquizarse ese cumplimiento “de acuerdo no sólo con criterios jurídicos o políticos, sino éticos”.
Desmonta riesgos de derrota el candidato de Salinas de Gortari a la sucesión presidencial que no quiere soltar a otro partido el bélico Calderón. Amenazado por las anunciadas alianzas interpartidistas que desde Toluca pretenden cerrarle el paso a Los Pinos, Enrique Peña Nieto ha movido sus piezas legislativas locales para impedir las candidaturas comunes a gobernador y para establecer otras medidas electorales favorables a su proyecto.
Lo único cierto es que nadie sabe, nadie supo, respecto a la situación actual del llamado jefe Diego, de las motivaciones de quienes lo secuestraron, y del momento y condiciones en que se dará el grito informativo del desenlace. Sólo es posible tomar nota de que hoy, en medio de la oscuridad y el temor, el caso del secuestro más impactante de México ha vuelto a ser actualizado, en un mensaje con claves políticas./ e que hizo a Mike expresar: “Gracias por dármelo a conocer”... ¡Hasta mañana!
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