Martha Anaya / Crónica de Política
Apenas salieron los priistas de Los Pinos, Felipe Calderón se sentó a conversar con la conductora de Radio Fórmula Denise Maerker. Ella le preguntó al Presidente cómo le había ido en su reunión con Beatriz Paredes (Presidenta del PRI), Manlio Fabio Beltrones (coordinador del tricolor en el Senado) y Francisco Rojas (líder de la fracción del PRi en la Cámara de Diputados.
La respuesta del Presidente fue poco entusiasta. Al grado que prácticamente pasó por encimita del tema. Acaso subrayó que habían tenido un diálogo franco, constructivo y directo y que el tema principal había sido el de la seguridad.
Más tarde, su oficina de prensa emitió un comunicado reiterando que, en el marco de la agenda legislativa, el principal problema abordado fue el de la seguridad pública y que se resaltó la importancia de agilizar y concretar el diálogo entre los dos poderes –Ejecutivo y Legislativo–, así como entre el Presidente Calderón y los partidos políticos, “para consensuar las iniciativas en materia de seguridad que están en el Congreso y de aquellas que habrán de enviarse en los próximos días”.
Además, indica el boletín procedente de Los Pinos, Calderón “reconoció” el papel que tiene el PRI “en ambas Cámaras legislativas, así como en los estados y municipios del país”. (Frase con diversas y fuertes implicaciones)
Por el lado de los priistas, tampoco ellos se mostraron dicharacheros. A su salida de Los Pinos rechazaron hacer declaración alguna sobre lo ocurrido durante las dos horas que duró el encuentro intramuros con Calderón.
Pero unas horas después del encuentro en Los Pinos la bancada priista en Xicoténcatl anunció que publicarían este martes una Carta Abierta dirigida al Presidente de la República en el que demandarían varias cosas: cifras realistas, un presupuesto que promueva el crecimiento, que se dejen de lado las “simulaciones” y los subejercicios; que no haya aumento de impuestos; austeridad por cuenta de ahorro en el gasto corriente del gobierno; y respecto del IVA –como ya lo venían anunciando—disminución de la tasa del 16 al 15 por ciento.
Diríase, por las reacciones de un lado y del otro –más allá de sus reticencias a explayarse sobre lo que ocurrió durante su encuentro—dejan ver que, en tanto Calderón puso énfasis en el tema de seguridad, los priistas lo hicieron en el tema económico; que mientras el comunicado de Los Pinos salió en un tono formal y discreto, la respuesta de los priistas fue aguerrida y demandante.
Y es que, como bien reconocería el Presidente en su boletín, no es posible desentenderse de la fuerza del PRI hoy en las Cámaras (tienen la Presidencia en ambas) y a nivel territorial.
Quizás por ello, durante su inmediata entrevista con Denise Maerker haya rechazado que el retorno del PRI a Los Pinos fuese una regresión, que lo importante era cómo se llegaba.
La cautela ayer del Presidente no puede ser vista sin embargo como una derrota anunciada para él y para el PAN. Ha demostrado que, a la hora de la hora, saca la garra. Pero por lo pronto, el PRI va por la revancha.
Apenas salieron los priistas de Los Pinos, Felipe Calderón se sentó a conversar con la conductora de Radio Fórmula Denise Maerker. Ella le preguntó al Presidente cómo le había ido en su reunión con Beatriz Paredes (Presidenta del PRI), Manlio Fabio Beltrones (coordinador del tricolor en el Senado) y Francisco Rojas (líder de la fracción del PRi en la Cámara de Diputados.
La respuesta del Presidente fue poco entusiasta. Al grado que prácticamente pasó por encimita del tema. Acaso subrayó que habían tenido un diálogo franco, constructivo y directo y que el tema principal había sido el de la seguridad.
Más tarde, su oficina de prensa emitió un comunicado reiterando que, en el marco de la agenda legislativa, el principal problema abordado fue el de la seguridad pública y que se resaltó la importancia de agilizar y concretar el diálogo entre los dos poderes –Ejecutivo y Legislativo–, así como entre el Presidente Calderón y los partidos políticos, “para consensuar las iniciativas en materia de seguridad que están en el Congreso y de aquellas que habrán de enviarse en los próximos días”.
Además, indica el boletín procedente de Los Pinos, Calderón “reconoció” el papel que tiene el PRI “en ambas Cámaras legislativas, así como en los estados y municipios del país”. (Frase con diversas y fuertes implicaciones)
Por el lado de los priistas, tampoco ellos se mostraron dicharacheros. A su salida de Los Pinos rechazaron hacer declaración alguna sobre lo ocurrido durante las dos horas que duró el encuentro intramuros con Calderón.
Pero unas horas después del encuentro en Los Pinos la bancada priista en Xicoténcatl anunció que publicarían este martes una Carta Abierta dirigida al Presidente de la República en el que demandarían varias cosas: cifras realistas, un presupuesto que promueva el crecimiento, que se dejen de lado las “simulaciones” y los subejercicios; que no haya aumento de impuestos; austeridad por cuenta de ahorro en el gasto corriente del gobierno; y respecto del IVA –como ya lo venían anunciando—disminución de la tasa del 16 al 15 por ciento.
Diríase, por las reacciones de un lado y del otro –más allá de sus reticencias a explayarse sobre lo que ocurrió durante su encuentro—dejan ver que, en tanto Calderón puso énfasis en el tema de seguridad, los priistas lo hicieron en el tema económico; que mientras el comunicado de Los Pinos salió en un tono formal y discreto, la respuesta de los priistas fue aguerrida y demandante.
Y es que, como bien reconocería el Presidente en su boletín, no es posible desentenderse de la fuerza del PRI hoy en las Cámaras (tienen la Presidencia en ambas) y a nivel territorial.
Quizás por ello, durante su inmediata entrevista con Denise Maerker haya rechazado que el retorno del PRI a Los Pinos fuese una regresión, que lo importante era cómo se llegaba.
La cautela ayer del Presidente no puede ser vista sin embargo como una derrota anunciada para él y para el PAN. Ha demostrado que, a la hora de la hora, saca la garra. Pero por lo pronto, el PRI va por la revancha.
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