¡Viva México!

»En afán de darle el mayor boato a las celebraciones por el Bicentenario del inicio de la lucha por la Independencia de México, y de pasadita refrendar el nacionalismo, se celebra a partir de hoy en la ciudad china de Shangai una Conferencia de Infraestructura México 2010

Alberto Aguilar / Nombres, Nombres y... Nombres


En el marco del singular evento, el gobierno colocará en charola de plata contratos de obra pública, a desarrollarse en los próximos años, por 50 mil millones de dólares.

La piñata del milenio.

Si Porfirio Díaz asombró al mundo con una cena de gala en el Palacio Nacional como colofón de las fiestas del centenario, el gobierno actual llevará platillos a casa en servicio exprés.

Naturalmente, a la fiesta de los millones acude la crema y nata de las firmas del Extremo Oriente, ya chinas, coreanas, japonesas, taiwanesas…

Ahora que para completar la foto, no se vayan a sentir
discriminados, se invitó, vía su director general para América Latina, Víctor Santini, a la empresa española Iberdrola, además del presidente de otra de las firmas ibéricas estelares, OHL (Obrascon-Huarte-Lain), José Andrés De Oteyza.

Lástima que no haya empresas constructoras mexicanas para colocar la bandera nacional, aunque sea en un rinconcito, por más que se coló el grupo Hermes, representado por Carlos Hank.

Un lunarcito en la colosal mesa.

El banquete lo organiza el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, cuyo director general, Alonso García Tamés, sacó hace unos días las fanfarrias para el anuncio orbi et orbi además, naturalmente, de la agencia gubernamental de promoción ProMéxico.

La dirección y coordinación corre a cargo del Ministerio de Comercio de la República Popular China, su Banco de Desarrollo y la Agencia de Promoción de Comercio e Inversión de Corea.

Habrá traducción simultánea… del inglés, naturalmente, hacia todos los idiomas.

Lo inaudito del asunto es que la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción está pegando de gritos por no haber sido convocada, como si el país estuviera para escándalos, y como si la fiesta fuera para nacionales.

Envidiosos que son.

Peor aún, en supuesto afán de poner en la picota a Banobras está exhibiendo sus méritos que lo ubican como fiel seguidor de la línea del gobierno: “Reprobamos —dice un comunicado con perfil de subversivo—, la manera de promover la inversión en infraestructura que lleva a cabo la banca de desarrollo, pues en los últimos meses se ha dedicado a promover la inversión extranjera para el sector, provocando como consecuencia afectar aún más a la ya de por sí deteriorada industria de la construcción mexicana”.

En el colmo de la insolencia, además, se invita a la ruptura del orden al señalar que “las constructoras mexicanas estamos capacitadas y calificadas para construir
infraestructura”.

Nada más faltó que en alarde de crear desconcierto enumerara las hidroeléctricas, los puertos, las plantas llave en mano, el Metro, las presas que ha construído el grupo ICA; las carreteras de Ideal, Tribasa o el Grupo Mexicano de Desarrollo.

Como si el gobierno tuviera necesidad de ofrecerles contratos a empresas nacionales, habiendo tanta extranjera.

La maledicencia del organismo llegó al clímax al recordarle a Banobras que en su plan estratégico 2007-2010 había establecido como meta el contribuir a elevar la competitividad del aparato productivo nacional a través de obras de infraestructura, señalando de pasadita que la industria de la construcción es el amortiguador que permite seguir generando actividad y crear más empleos para toda la cadena productiva, pero primordialmente para México.

Y ya picada la CMIC en denostar a Banobras, le recordó que el funcionamiento de la banca de desarrollo es más caro que el de la banca privada, al que se añade un exceso de normatividad y tramitología que hacen prácticamente imposible la viabilidad y existencia de una industria nacional fuerte.

Habrase visto.

Ni modo que se hubiera deslucido la fiesta con empresarios que a lo mejor ni saben usar los palillos chinos para comer, o que lleguen gritando porras a México.

Lo que debían hacer, en lugar de armar mitotes, es cooperarse para levantarle un monumento a la dependencia.

¿Viva México?

Balance general

Al margen de la denuncia por supuesto lavado de dinero colocadas contra su presidente, Guillermo Álvarez Cuevas y el director jurídico y cuñado de éste, Víctor Manuel Garcés Rojo, la Cooperativa Cruz Azul enfrenta una investigación del Servicio de Administración Tributaria por una presunta omisión en el pago de tributos vía diversas argucias a la vera del régimen en que tributa.

Hete aquí que de pronto los jugadores del equipo de futbol aparecen como directivos, asesores o ejecutivos de la compañía, lo que en el papel los exentaría del Impuesto Sobre la Renta.

Más allá, existen evidencias de que los principales funcionarios de la firma inflaron el precio de la construcción de edificios; traficaban con toneladas de cemento no facturado; empleaban empresas outsourcing par evadir prestaciones de los trabajadores, y ampliaban infraestructura utilizando como pantalla a firmas ajenas a la
cooperativa.

El escándalo ha dividido a los cooperativistas, al punto de colocar en bandos opuestos a los hermanos Álvarez Cuevas, es decir Guillermo y José Alfredo, a quien por cierto ya se
destituyó.

Tormenta sobre Glaxo

Colocada en el centro de una tormenta en cuyo eje acumula 13 mil demandas en los Estados Unidos, lo que le ha obligado a intentar desactivarlas vía indemnizaciones por 480 millones de dólares, los laboratorios Glaxo SmithKline se encuentran en la cuerda floja en el país.

El meollo del asunto son las evidencias de que las pastillas Avandia que colocó en los mercados como terapéuticos en casos de diabetes, producen efectos cardiovasculares negativos, de hecho, se aduce que aceleran la posibilidad de ataques al corazón.

El fármaco está a punto de ser prohibido en el país vecino.

Lo grave del caso es que Avandia es el antidiabético oral más recetado por el sector salud en México.

Se calcula que Glaxo factura al año 15 millones de dólares.

Lo inaudito del caso es que hasta hoy ni la Comisión Federal para Prevenir Riesgos Sanitarios ni la Secretaría de Salud han lanzado un alerta al interior del país.

Estamos esperando el desenlace de la película, dicen.

No a las gaseras

De acuerdo a una encuesta realizada por la empresa Parametría entre los habitantes de San Juan Ixhuatepec, conocido coloquialmente como San Juanico, la tercera parte señala que “bajo ninguna
circunstancia” aceptaría la permanencia de empresas gaseras en la zona.

Como usted sabe, en 1984 se produjo una terrible explosión en el lugar, provocándose más de 500 muertes y la destrucción de centenares de casas, a raíz de lo cual el entonces presidente Miguel de la Madrid expidió un Decreto que ordenaba la reubicación de las gaseras Gasomático, Gas y Servicios de México, Gas Metropolitano, Vela Gas, Unigas y Bello Gas.

La orden, 26 años después, sigue sin cumplirse. En otra parte de la encuesta, el 11% de la población aceptaría que las firmas se quedaran donde están, a cambio de que aumentaran la seguridad de sus equipos e instalaciones.

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