Martha Anaya / Crónica de Política
Los comentarios reflejan incredulidad, escepticismo. Llegan incluso a mofarse de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y a señalar que todo se trató de un “circo” montado por Genaro García Luna.
Esas son las reacciones que provocó en un buen número de cibernautas la noticia de la “liberación” de dos de los periodistas “levantados” hace ocho días en la Laguna y que aún permanecían en cautiverio en Durango el viernes pasado.
¿Por qué tal reacción de los afectos a comentar las notas de los diarios?
Veamos primero cuál fue la historia que narró el titular de la SSP federal:
-Que establecieron un operativo luego de que los secuestradores incumplieron con lo establecido en las negociaciones.
-Que se realizó un esquema operativo que consideró un cordón de seguridad en el perímetro en la Colonia Miguel de la Madrid en Gómez Palacio, Durango.
-Que los plagiarios –al percatarse de la presencia de los elementos de la Policía Federal en los alrededores de la casa donde tenían a los periodistas– huyeron, “eliminando así el cautiverio de los reporteros”.
-Que no hubo ningún detenido.
-Que los responsables del secuestro fueron integrantes de una célula del cártel del Pacífico, en particular del “Chapo” Guzmán.
Eso por lo que toca a García Luna. Luego, en voz de uno de los periodistas plagiados, Alejandro Hernández Pacheco, se agregaron algunos datos más:
-Que ellos, los plagiados, eran “una especie de garantía” para que los secuestradores transmitieran lo que querían.
-Que había tres videos que les interesaba difundir a los plagiarios pero que ellos, los periodistas, nunca supieron cuáles eran, ni sabían si había que bajarlos de internet.
Esa es la información que se dio. Y es a todo, a los hilos sueltos, a lo absurdo que suenan algunos de los datos, lo que ha provocado la reacción de incredulidad de decenas de lectores.
¿No es extraño que los secuestradores no supieran, o no explicaran claramente cuáles eran los videos que deseaban difundir y cómo acceder a ellos? ¿Acaso no se han convertido en especialista en el manejo de videos en Youtube y de manejo de información vía internet o twitter?
¿Realmente necesitaban “secuestrar” a periodistas para hacer llegar sus mensajes? ¿Acaso no lo estaban haciendo ya los medios de comunicación sin necesidad de secuestrar a reporteros o camarógrafos?
Pongámonos a pensar: ¿a quién beneficia realmente este suceso? ¿a los narcos con su supuesto mensaje fallido, o al gobierno que termina como “salvador” de los periodistas?
¿No es extraño que este episodio sea secuencia casi inmediata de las “declaraciones” de un narco de La Línea (“el 35” si no me equivoco), que contaba cómo elegían los muros para pintar sus mensajes y cómo les daba seguimiento luego en los periódicos?
¿No suena más bien a una campaña por parte de las autoridades gubernamentales para meter al redil a los medios ya que no han hecho caso de sus peticiones de no hacerle “publicidad” a las actividades de los narcos?
¿No es raro que tras las insistentes denuncias y demandas –narcomantas y mensajes que llegaron al nivel de autobomba y de una petición de involucramiento al FBI y la DEA—de los propios capos de que el gobierno protegía al cártel del Pacífico, ahora resulta que encuentran y matan a “Nacho” Coronel, uno de los lugartenientes de ese cartel, el tercero en la línea luego del “Chapo” Guzmán y del “Mayo” Zambada?
¿Es creíble el que se achaque ahora el “secuestro” de los cuatro periodistas en La Laguna a una célula del “Chapo”?
¿El “héroe” de la película ante los medios es ahora Genaro García Luna luego del golpe del Ejército frente a “Nacho”Coronel?
A lo mejor todas estas dudas no son más que telarañas, pero no deja de sonar muy orquestado lo ocurrido a últimas fechas. Y no es que se ponga en duda que los periodistas hayan sido secuestrados, sino quiénes los secuestraron.
Los comentarios reflejan incredulidad, escepticismo. Llegan incluso a mofarse de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y a señalar que todo se trató de un “circo” montado por Genaro García Luna.
Esas son las reacciones que provocó en un buen número de cibernautas la noticia de la “liberación” de dos de los periodistas “levantados” hace ocho días en la Laguna y que aún permanecían en cautiverio en Durango el viernes pasado.
¿Por qué tal reacción de los afectos a comentar las notas de los diarios?
Veamos primero cuál fue la historia que narró el titular de la SSP federal:
-Que establecieron un operativo luego de que los secuestradores incumplieron con lo establecido en las negociaciones.
-Que se realizó un esquema operativo que consideró un cordón de seguridad en el perímetro en la Colonia Miguel de la Madrid en Gómez Palacio, Durango.
-Que los plagiarios –al percatarse de la presencia de los elementos de la Policía Federal en los alrededores de la casa donde tenían a los periodistas– huyeron, “eliminando así el cautiverio de los reporteros”.
-Que no hubo ningún detenido.
-Que los responsables del secuestro fueron integrantes de una célula del cártel del Pacífico, en particular del “Chapo” Guzmán.
Eso por lo que toca a García Luna. Luego, en voz de uno de los periodistas plagiados, Alejandro Hernández Pacheco, se agregaron algunos datos más:
-Que ellos, los plagiados, eran “una especie de garantía” para que los secuestradores transmitieran lo que querían.
-Que había tres videos que les interesaba difundir a los plagiarios pero que ellos, los periodistas, nunca supieron cuáles eran, ni sabían si había que bajarlos de internet.
Esa es la información que se dio. Y es a todo, a los hilos sueltos, a lo absurdo que suenan algunos de los datos, lo que ha provocado la reacción de incredulidad de decenas de lectores.
¿No es extraño que los secuestradores no supieran, o no explicaran claramente cuáles eran los videos que deseaban difundir y cómo acceder a ellos? ¿Acaso no se han convertido en especialista en el manejo de videos en Youtube y de manejo de información vía internet o twitter?
¿Realmente necesitaban “secuestrar” a periodistas para hacer llegar sus mensajes? ¿Acaso no lo estaban haciendo ya los medios de comunicación sin necesidad de secuestrar a reporteros o camarógrafos?
Pongámonos a pensar: ¿a quién beneficia realmente este suceso? ¿a los narcos con su supuesto mensaje fallido, o al gobierno que termina como “salvador” de los periodistas?
¿No es extraño que este episodio sea secuencia casi inmediata de las “declaraciones” de un narco de La Línea (“el 35” si no me equivoco), que contaba cómo elegían los muros para pintar sus mensajes y cómo les daba seguimiento luego en los periódicos?
¿No suena más bien a una campaña por parte de las autoridades gubernamentales para meter al redil a los medios ya que no han hecho caso de sus peticiones de no hacerle “publicidad” a las actividades de los narcos?
¿No es raro que tras las insistentes denuncias y demandas –narcomantas y mensajes que llegaron al nivel de autobomba y de una petición de involucramiento al FBI y la DEA—de los propios capos de que el gobierno protegía al cártel del Pacífico, ahora resulta que encuentran y matan a “Nacho” Coronel, uno de los lugartenientes de ese cartel, el tercero en la línea luego del “Chapo” Guzmán y del “Mayo” Zambada?
¿Es creíble el que se achaque ahora el “secuestro” de los cuatro periodistas en La Laguna a una célula del “Chapo”?
¿El “héroe” de la película ante los medios es ahora Genaro García Luna luego del golpe del Ejército frente a “Nacho”Coronel?
A lo mejor todas estas dudas no son más que telarañas, pero no deja de sonar muy orquestado lo ocurrido a últimas fechas. Y no es que se ponga en duda que los periodistas hayan sido secuestrados, sino quiénes los secuestraron.
Comentarios