Las entrañas de Cofetel

Francisco Rodríguez / Índice Político

EL MÁS ESCANDALOSO saqueo a la nación propiciado por el calderonato –la entrega a Televisa-Nextel de la mitad del bloque de 30Mhz del espacio aéreo mexicano a cambio de cacahuates– se fraguó desde septiembre del año anterior, cuando analistas de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) recibieron la orden de “poner en orden los papeles” (esto es: el título de concesión) de la operadora telefónica que meses después se asociaría con la televisora de Emilio Azcárraga.

Ese saqueo llevó otro implícito: a los analistas no les pagaron sus emolumentos.

Recibo un correo electrónico y posteriormente platico telefónicamente con uno de los afectados, cuya identidad reservo para evitarle represalias –esta fallida Administración se caracteriza por las venganzas personales–, y aún para no estorbar en sus reclamos del pago correspondiente a la labor realizada. En la misiva llegada a mi buzón de internet se lee:

“Quiero comentar algo relativo al regalo que se le hizo a Televisa-Nextel como recompensa de este régimen cómplice y fascista que nos ¿gobierna?

“… estuve trabajando en dos proyectos en la Cofetel, revisando los títulos de concesión, donde prácticamente todos las empresas importantes no cumplen cabalmente con sus obligaciones.

“Revise muchos expedientes e hice las fichas correspondientes de un rezago insultante que se tiene.

“El último proyecto fue un rotundo fracaso, nos dejaron de pagar la mitad del sueldo acordado, a pesar de que constantemente nos distraían de nuestras obligaciones para hacer revisiones ‘extraordinarias’ de concesionarios ‘especiales’.

“Nada menos en septiembre del año pasado, nos hicieron revisar varios títulos de concesión que en conjunto integran Nextel.

“La urgencia era ponerlo en ‘orden’, pues iba a ‘ampliar’ su cobertura.

“Así que pusieron a todo el equipo de analistas a hacer esta revisión, en donde encontramos serias falencias que teníamos que ‘corregir’, o indicar concretamente que era lo que se ‘requería’ para que un funcionario de la Cofetel se lo ‘comunicara’ a la representante legal de la empresa y se ‘cumpliera’ todo aquello que no estuviera en orden. Lo correspondiente era notificar y en su caso multar a la empresa, lo que jamás se hizo.

“Prácticamente estuvimos ‘arreglando’ a Nextel para que meses después se fusionara con Televisa.

“Hicimos un trabajo sucio que en lugar de beneficiar al país, pues las multas hubieran entrado a las arcas de la nación, favorecimos a Televisa-Nextel.

“También conocimos desde las entrañas lo que se estaba fraguando para dejar sin la fibra óptica oscura al SME, pues era un negocio jugoso también para Televisa. Lo mismo que la licitación de un frecuencia que tenía MVS concesionada, aunque sin utilizar, para Televisa. Lo último que supe era que MVS estaba interponiendo un amparo ante este acto fuera de la normatividad de Cofetel.

“Se directamente que es un jugoso y lucrativo negocio del Poder Ejecutivo Federal y la designación controvertida de De Swaan se dio para seguirle haciendo el trabajo sucio al duopolio de la televisión.

“A nosotros nos dejaron en estado de indefensión, pues muchos de nosotros tuvimos que ceder la mitad de nuestro ingreso. Pero a pesar de esta terrible arbitrariedad (en gran parte por no haber firmado un contrato, como en las ocasiones anteriores se hizo) aún no se nos ha pagado la totalidad de la ínfima cantidad que nos ofrecieron, en lo particular de 55 mil pesos que se me hizo saber recibiría por un trabajo de 5 meses (me correspondían 110 mil), aún no me han pagado 20 mil a casi un año de habernos sacado de la planta alta del edificio de Radiatas, lugar donde físicamente laborábamos.”

Telefónicamente, el denunciante me comentó que estos proyectos recibían el aval de la UNAM, pero que en el de Nextel-Televisa la máxima casa de estudios no participó. Quien avaló fue la UAM.

Índice Flamígero: El diputado Javier Corral vuelve a arriesgar su permanencia en el PAN. Es uno de los pocos legisladores que se opone al regalo que Felipe Calderón a través de sus monigotes (Molinar y Mony) hace a la empresa de Emilio Azcárraga Jean e impulsa, junto con la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, un juicio político al titular de la SCT y a quien de forma espuria –para no variar– ocupa la Cofetel.

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