Martha Anaya / Crónica de Política
María Elena Morera le planteó a Felipe Calderón
-¿Qué le va usted a decir a los campesinos a los que les queman –o quemarán– sus cosechas de mariguana cuando a 200 kilómetros ésta será legal? ¿Qué les va a decir cuando al otro lado de la frontera no haya pena que perseguir por el uso de la mariguana?
Las interrogantes de la ex dirigente de México Unido contra la Delincuencia al Presidente de la República tenían a la vista la votación que se realizará en California en noviembre próximo para legalizar el consumo de mariguana en ese Estado de Norteamérica y cuyo resultado, se prevé, será aprobatorio.
Calderón se incomoda ante los señalamientos. A regañadientes, en los Diálogos por la Seguridad, accede públicamente a abrir el debate sobre la posible legalización de la droga, pero insiste en que sería una medida que afectaría a niños y jóvenes, que tal medida traería más adictos a los estupefacientes.
Los resultados obtenidos en Portugal dicen todo lo contrario a lo que piensa y expone el Presidente. Portugal, recordemos, descriminalizó en 2001 el uso de las drogas (no sólo de la mariguana, también de cocaína, heroína y otra similares). Y, frente a los terribles augurios de quienes opinaban en contra, el país no se convirtió en Sodoma y Gomorra.
Investigaciones del Cato Institute muestran que a partir de la entrada en vigor de la descriminalización del consumo de drogas, Portugal presentaba la menor tasa de consumidores habituales de mariguana de la Unión Europea: el porcentaje de consumidores habituales de drogas cayó del 14,1% al 10,6%.
El porcentaje de consumidores de heroína bajó del 2,5% al 1,8% y quizás lo más importante, el número de muertes relacionadas con el consumo de heroína cayó más de la mitad.
Al mismo tiempo destaca que el estudio que el número de personas en tratamiento con metadona (para rehabilitación) se ha duplicado, y que el dinero ahorrado en la lucha contra las drogas se ha podido destinar a subvencionar tratamientos de desintoxicación
Esa es la ruta que siguió Portugal para enfrentar el problema del narcotráfico y la violencia y corrupción que conlleva, tanto para quienes están en el negocio en sí mismo, como para aquellos que lo combaten.
¿Por qué preferimos nosotros la ruta de Colombia?
Quizás Calderón no le crea a los portugueses. Pero, decíamos, California se enfila ahora hacia la legalización del consumo de la mariguana, y su probable aprobación, bien podría llevar a la venta libre de la droga en todo el país. (En 1995 California aprobó en elecciones el consumo terapéutico de la mariguana y dos años después otros diez estados aprobaron leyes réplicas, pese a que contravenían legislaciones federales).
¿Cómo va a justificar entonces Calderón su estrategia de violencia y confrontación?
María Elena Morera le planteó a Felipe Calderón
-¿Qué le va usted a decir a los campesinos a los que les queman –o quemarán– sus cosechas de mariguana cuando a 200 kilómetros ésta será legal? ¿Qué les va a decir cuando al otro lado de la frontera no haya pena que perseguir por el uso de la mariguana?
Las interrogantes de la ex dirigente de México Unido contra la Delincuencia al Presidente de la República tenían a la vista la votación que se realizará en California en noviembre próximo para legalizar el consumo de mariguana en ese Estado de Norteamérica y cuyo resultado, se prevé, será aprobatorio.
Calderón se incomoda ante los señalamientos. A regañadientes, en los Diálogos por la Seguridad, accede públicamente a abrir el debate sobre la posible legalización de la droga, pero insiste en que sería una medida que afectaría a niños y jóvenes, que tal medida traería más adictos a los estupefacientes.
Los resultados obtenidos en Portugal dicen todo lo contrario a lo que piensa y expone el Presidente. Portugal, recordemos, descriminalizó en 2001 el uso de las drogas (no sólo de la mariguana, también de cocaína, heroína y otra similares). Y, frente a los terribles augurios de quienes opinaban en contra, el país no se convirtió en Sodoma y Gomorra.
Investigaciones del Cato Institute muestran que a partir de la entrada en vigor de la descriminalización del consumo de drogas, Portugal presentaba la menor tasa de consumidores habituales de mariguana de la Unión Europea: el porcentaje de consumidores habituales de drogas cayó del 14,1% al 10,6%.
El porcentaje de consumidores de heroína bajó del 2,5% al 1,8% y quizás lo más importante, el número de muertes relacionadas con el consumo de heroína cayó más de la mitad.
Al mismo tiempo destaca que el estudio que el número de personas en tratamiento con metadona (para rehabilitación) se ha duplicado, y que el dinero ahorrado en la lucha contra las drogas se ha podido destinar a subvencionar tratamientos de desintoxicación
Esa es la ruta que siguió Portugal para enfrentar el problema del narcotráfico y la violencia y corrupción que conlleva, tanto para quienes están en el negocio en sí mismo, como para aquellos que lo combaten.
¿Por qué preferimos nosotros la ruta de Colombia?
Quizás Calderón no le crea a los portugueses. Pero, decíamos, California se enfila ahora hacia la legalización del consumo de la mariguana, y su probable aprobación, bien podría llevar a la venta libre de la droga en todo el país. (En 1995 California aprobó en elecciones el consumo terapéutico de la mariguana y dos años después otros diez estados aprobaron leyes réplicas, pese a que contravenían legislaciones federales).
¿Cómo va a justificar entonces Calderón su estrategia de violencia y confrontación?
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