La complicidad es el delito

Francisco Rodríguez / Índice Político

LA DELINCUENCIA ORGANIZADA ha prosperado y se ha asentado en el país –prácticamente cual modus vivendi generalizado– gracias a sus cómplices en el aparato burocrático. Hoy no podría explicarse la hegemonía criminal de Joaquín “El Chapo” Guzmán sin tomar en cuenta el papel que en su fuga y posterior expansionismo territorial jugaron Vicente y Marta Fox, así como colaboradores del primero como Medina-Mora, García Luna, Tello Peón, Yunes Linares… O el crecimiento y expansionismo de quienes ahora se denominan “de la última letra”, sin el conocimiento y hasta apapacho de ciertos generales del Ejército mexicano.

Sucede igual en el ámbito de las finanzas, las empresas, las telecomunicaciones… cuyos propietarios y directivos impunemente transgreden leyes, despliegan su voracidad sobre usuarios o consumidores y hasta reciben prebendas como las que ni en sueños obtendrían en naciones no bananeras.

La complicidad se configura en los códigos penales como una forma de cooperación no necesaria en el delito que, por su menor entidad material, se castiga automáticamente con una pena inferior en grado a la prevista para el autor de un crimen. Obvio que estas regulaciones han dejado de ser operantes, cuando ahora los cómplices prácticamente se equiparan a los delincuentes.

Vea usted si no con el caso ejemplificativo de la llamada Licitación 21, donde la Comisión Federal de Telecomunicaciones –constituida prácticamente “a modo” del Ejecutivo federal– en franca violación a las medidas cautelares decretadas por dos jueces federales en los estados de Guerrero y Tamaulipas, emitió el fallo correspondiente a la referida Licitación 21 a favor de Televisa-Nextel. Fallo cuestionable, además, pues sólo obtuvo dos votos de los cinco posibles.

Un caso similar es el de la SCT, del cada vez más polémico, cínico y protegido Juan Molinar, quien ya advirtió a través de un comunicado de prensa emitido en su página de Internet, en el cual señala que otorgará los títulos de concesión desconociendo las resoluciones del Poder Judicial.

¿Podrían Televisa-Nextel haberse hecho de las frecuencias (mal) licitadas, sin la abierta complicidad de Felipe Calderón, Molinar y su monigote en la Cofetel, Mony de Zwaan?

La complicidad, en el caso de los dizque servidores públicos, es el delito.

Por ello es que diversas empresas que también participaron en la Licitación 21 seguramente emprenderán acciones penales en contra de “la autoridad” y no de los beneficiarios de este crimen de lesa Patria que es el casi haberles regalado buena parte del espacio aéreo mexicanos.

Cofetel y SCT, sus titulares, serán objeto –ya se ha anunciado– de dichas denuncias penales por desacato a las órdenes judiciales y, claro, demandarán la nulidad de la resolución de la Cofetel.

No sólo eso, a los cómplices del crimen también se les denunciará ante la Función Pública y en la Auditoría Superior de la Federación por conducta ilegal e inmoral.

La complicidad, se confirma en este caso, es el delito.

Más, todavía, cuando aquellos ciudadanos que se contratan en la Administración Pública sólo están facultados a hacer lo que explícitamente les indican las leyes. Interpretarlas, torcerlas, evadirlas, violarlas, convierte automáticamente a estos personajes en delincuentes.

“Más peligrosos que los narcotraficantes”, podría parodiarse al vocero de la Arquidiócesis de la Ciudad de México.

Por eso es que los criminales de la Delincuencia Organizada, SA no existirían si como cómplices no tuvieran a quienes cobran del erario público.

No existiría Carlos Slim sin Carlos Salinas. Ni la “chupasangre” banca extranjera sin Ernesto Zedillo. Ni Joaquín Guzmán sin Vicente Fox. Ni Gastón Azcárraga sin Felipe Calderón.

Y así…

Índice Flamígero: Pues resulta que en su calidad de director de Banco IXE, Javier Molinar Horcasitas –aquél que le dio el crédito hipotecario a Felipe Calderón, luego de que se hiciera público que llegando llegando a Banobras había obtenido uno de esa dependencia pública–, es consejero propietario de la “quebrada” Compañía Mexicana de Aviación. En este otro saqueo a la Nación vuelven a cruzarse las complicidades. Juan y Javier Molinar Horcasitas. Advent e Hildebrando Zavala...

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