Roberto Vizcaíno / Tras la puerta del poder
No sólo se trata de la huida de miles, cientos de miles, quizá millones de mexicanos con recursos y creatividad, preparados, sino la fuga de miles de millones de dólares y de sus hijos que ahora van a las escuelas norteamericanas donde pierden su identidad y vinculación con México.
Hacia finales del régimen priísta (Salinas-Zedillo), la migración de mexicanos hacia Estados Unidos llegó a sumar entre los 200 y 300 mil ciudadanos al año. En el período de Fox supero los 500 mil, según reportes del INEGI, pero con Felipe Calderón quizá ya rebasó el millón.
Las causas ya no son sólo económicas, sino sociales.
En su mayoría los nuevos migrantes mexicanos hacia Estados Unidos y otras naciones, dejan México por y para:
- En busca de paz social, gobernabilidad y seguridad personal, familiar y de sus bienes;
- No cruzan la frontera como ilegales, sino al contrario, en forma absolutamente convenida, con visas y permisos de residencia gracias a su poder adquisitivo.
- No van en busca de empleo sino que los producen.
- Y no son migrantes totales, sino parciales. Van y vienen con absoluta libertad.
El fenómeno por supuesto ha crecido durante los dos últimos años y proviene de las clases medias y medias altas radicadas esencialmente en los 5 estados fronterizos con Estados Unidos: Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamulipas pero no absolutamente porque en verdad hay migrantes de todas las entidades del país.
En las ciudades fronterizas, desde Tijuana a Laredo, el flujo se ha invertido: los migrantes mexicanos ahora van a dormir, comer, estudiar, divertirse y relajarse allá y vienen a trabajar acá.
El mayor impacto se está dando en las ciudades de Texas, donde la ola de mexicanos recientemente radicados allá, han creado una fuerte demanda no sólo de casas y departamentos, sino de escuelas y servicios comunitarios. Los más felices son los comerciantes y, desde luego, los corredores de bienes raíces.
Con ellos se han beneficiado las agencias de seguros y las autoridades municipales y los sistemas financieros y bancarios.
Hoy es común encontrarse en vuelos de Houston a alguna ciudad de México a propietarios de empresas o ejecutivos que han decidido trasladarse junto con sus familias a Estados Unidos y regresar ellos a México un par de días a la semana para despachar sus asuntos mientras que el resto de la semana los tramitan vía conferencias por Internet o por teléfono.
En muchos de los casos son personas que han vivido el secuestro, la extorsión o la amenaza por parte de la delincuencia organizada. Otros simplemente son familiares o amigos de alguien que ha vivido ese infierno.
Un caso especial es el de Ciudad Juárez, donde se ubica una de las mayores plantas industriales del mundo y donde conviven ejecutivos de decenas de países.
El incremento explosivo de la violencia los llevó a irse a El Paso, desde donde dirigen las grandes maquiladoras y centros de negocios localizados en Juárez.
Es tan decisiva su decisión, que hoy han decidido crear en El Paso filiales de las centrales patronales de México: Coparmex, Concamin, Canacintra, etc.
Esa decisión se ha tomado entre ellos luego de encontrar que la mayoría viven y conviven allá. Van al mismo gimnasio, al mismo campo de Golf, a los mismos restaurantes, a los mismos bancos, sus hijos a las mismas escuelas.
Esto mismo está ocurriendo en otras grandes ciudades del sur de los Estados Unidos, desde Miami hasta Houston, Phoenix y San Diego.
Sólo Phoenix, la principal ciudad de Arizona y la quinta más grande de Estados Unidos, vive hoy un boom expansivo gracias en buena medida a este éxodo de mexicanos pudientes.
Según datos de la propia municipalidad, esta ciudad tiene un inusitado crecimiento inmobiliario en lo que se refiere a edificios superiores a más de 300 pies de altura y donde se da la construcción de unas 54 mil casas al año.
Este no es sin embargo un fenómeno desconocido en el sur de Estados Unidos, pues ya se vivió cuando en 1976 Luis Echeverría provocó la primera gran crisis económica en México y luego cuando en 1982 su sucesor, José López Portillo decretó la nacionalización de la banca.
En el primer caso muchos mexicanos pudientes al igual que hoy, llegaron con sus fortunas en bolsas del mandado para hacerse de casas en La Jolla , California o en la Isla de Coronado.
Al igual que ahora, en su mayoría no buscaban alcanzar la ciudadanía o la nacionalidad estadounidense, sino solo vivir cómoda y seguramente en territorio norteamericano y hacer uso de sus instituciones financieras para preservar sus recursos.
Un estudio de la Universidad de California de aquellos años encontró que la creciente presencia de esos mexicanos no indocumentados en esa zona, cambió los usos y la cultura en esas poblaciones donde crearon sus clubes, fundaron escuelas e introdujeron costumbres que hoy son vitales y de los cuales excluyeron a los anglos.
Hoy el fenómeno tiene su origen en la inseguridad, el crecimiento de lña violencia, el secuestro, la extorsión y el narcotráfico, pero sobre todo en la ausencia de un gobierno que les garantice paz social y gobernabilidad.
El problema es grave, muy grave. No sólo se trata de la huida de miles, cientos de miles, quizá millones de mexicanos con recursos y creatividad, preparados, sino la fuga de miles de millones de dólares y de sus hijos que ahora van a las escuelas norteamericanas donde pierden su identidad y vinculación con México.
Mientras tanto se quedan aquí sus bienes y su pasado personal. No pocos se quejan de que no han podido vender ni alquilar sus casas o empresas. Nadie da nada por ellas. Están en su mayoría en zonas de guerra, es decir en Ciudad Juárez, en Nuevo Laredo o en alguna otra ciudad de esos 5 estados norteños donde gobiernan y mandan los narcotraficantes o los zetas.
Y esto sigue…
AHÍ VIENE ESPINO: Luego de ser avasallado una vez más por Felipe Calderón, el exdirigente nacional del PAN y líder yunquista Manuel Espino se prepara para su reingreso a la política mexicana.
Abierto el proceso para su expulsión en el partido que él dirigió, el aguerrido duranguense afirma que llegará con acciones que “no le van a gustar nadita a Calderón”.
Espino, quien era el dirigente de la Organización Demócrata Cristiana de América, la OCDA , fue derrotado de nuevo hace unos días en la ciudad de San Salvador, El Salvador, ya que al final resultó electo por mayoría el senador panista Jorge Ocejo Moreno como su sucesor. Ocejo era el candidato por el cual Calderón habló con otros presidentes del Continente a fin de garantizar su triunfo. El panista compitió contra el senador colombiano Efraín Cepeda Sarabia, quien denunció la intervención del mandatario mexicano en ese proceso interno.
Esta denuncia la secundó Espino.
A la asamblea de la OCDA realizada en San Salvador acudieron el presidente del PAN, César Nava, los encargados del área internacional de este partido y funcionarios de la cancillería mexicana a fin de asegurar el triunfo del candidato de Calderón, lo cual se logró. Ahora, ya sin compromiso ni cargo alguno, Espino se prepara para regresar a la política mexicana.
PAN y PRD-AZUL, OTRA VEZ ALIADOS: Una vez que probaron las mieles de la victoria en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, las dirigencias de César Nava en el PAN y de Jesús Ortega en el PRD Azul se preparan para ir con candidatos comunes en 4 de las 6 elecciones a gobernador de 2011.
Irán juntos en los procesos del Estado de México, Guerrero, Coahuila y Nayarit y separados en Baja California sur y Michoacán.
De estos seis estados 3 los gobierna ahora el PRI y 3 el PRD.
La preocupación de todos se centra sin embargo en el Estado de México, el más rico y poblado del país pero sobre todo del cual surge Enrique Peña Nieto, el aspirante con mayores apoyos y simpatías ciudadanas hacia la contienda presidencial del 2012.
El PAN y el PRD-Azul, con todo el apoyo de Felipe Calderón, pretenden acudir a ese proceso con todos los recursos federales con tal de derrotar al candidato del PRI en el Estado de México y colocar lo que suponen sería el mayor obstáculo que llevaría al fracaso del mexiquense en su intento de acceder a Los Pinos.
Ya veremos…
No sólo se trata de la huida de miles, cientos de miles, quizá millones de mexicanos con recursos y creatividad, preparados, sino la fuga de miles de millones de dólares y de sus hijos que ahora van a las escuelas norteamericanas donde pierden su identidad y vinculación con México.
Hacia finales del régimen priísta (Salinas-Zedillo), la migración de mexicanos hacia Estados Unidos llegó a sumar entre los 200 y 300 mil ciudadanos al año. En el período de Fox supero los 500 mil, según reportes del INEGI, pero con Felipe Calderón quizá ya rebasó el millón.
Las causas ya no son sólo económicas, sino sociales.
En su mayoría los nuevos migrantes mexicanos hacia Estados Unidos y otras naciones, dejan México por y para:
- En busca de paz social, gobernabilidad y seguridad personal, familiar y de sus bienes;
- No cruzan la frontera como ilegales, sino al contrario, en forma absolutamente convenida, con visas y permisos de residencia gracias a su poder adquisitivo.
- No van en busca de empleo sino que los producen.
- Y no son migrantes totales, sino parciales. Van y vienen con absoluta libertad.
El fenómeno por supuesto ha crecido durante los dos últimos años y proviene de las clases medias y medias altas radicadas esencialmente en los 5 estados fronterizos con Estados Unidos: Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamulipas pero no absolutamente porque en verdad hay migrantes de todas las entidades del país.
En las ciudades fronterizas, desde Tijuana a Laredo, el flujo se ha invertido: los migrantes mexicanos ahora van a dormir, comer, estudiar, divertirse y relajarse allá y vienen a trabajar acá.
El mayor impacto se está dando en las ciudades de Texas, donde la ola de mexicanos recientemente radicados allá, han creado una fuerte demanda no sólo de casas y departamentos, sino de escuelas y servicios comunitarios. Los más felices son los comerciantes y, desde luego, los corredores de bienes raíces.
Con ellos se han beneficiado las agencias de seguros y las autoridades municipales y los sistemas financieros y bancarios.
Hoy es común encontrarse en vuelos de Houston a alguna ciudad de México a propietarios de empresas o ejecutivos que han decidido trasladarse junto con sus familias a Estados Unidos y regresar ellos a México un par de días a la semana para despachar sus asuntos mientras que el resto de la semana los tramitan vía conferencias por Internet o por teléfono.
En muchos de los casos son personas que han vivido el secuestro, la extorsión o la amenaza por parte de la delincuencia organizada. Otros simplemente son familiares o amigos de alguien que ha vivido ese infierno.
Un caso especial es el de Ciudad Juárez, donde se ubica una de las mayores plantas industriales del mundo y donde conviven ejecutivos de decenas de países.
El incremento explosivo de la violencia los llevó a irse a El Paso, desde donde dirigen las grandes maquiladoras y centros de negocios localizados en Juárez.
Es tan decisiva su decisión, que hoy han decidido crear en El Paso filiales de las centrales patronales de México: Coparmex, Concamin, Canacintra, etc.
Esa decisión se ha tomado entre ellos luego de encontrar que la mayoría viven y conviven allá. Van al mismo gimnasio, al mismo campo de Golf, a los mismos restaurantes, a los mismos bancos, sus hijos a las mismas escuelas.
Esto mismo está ocurriendo en otras grandes ciudades del sur de los Estados Unidos, desde Miami hasta Houston, Phoenix y San Diego.
Sólo Phoenix, la principal ciudad de Arizona y la quinta más grande de Estados Unidos, vive hoy un boom expansivo gracias en buena medida a este éxodo de mexicanos pudientes.
Según datos de la propia municipalidad, esta ciudad tiene un inusitado crecimiento inmobiliario en lo que se refiere a edificios superiores a más de 300 pies de altura y donde se da la construcción de unas 54 mil casas al año.
Este no es sin embargo un fenómeno desconocido en el sur de Estados Unidos, pues ya se vivió cuando en 1976 Luis Echeverría provocó la primera gran crisis económica en México y luego cuando en 1982 su sucesor, José López Portillo decretó la nacionalización de la banca.
En el primer caso muchos mexicanos pudientes al igual que hoy, llegaron con sus fortunas en bolsas del mandado para hacerse de casas en La Jolla , California o en la Isla de Coronado.
Al igual que ahora, en su mayoría no buscaban alcanzar la ciudadanía o la nacionalidad estadounidense, sino solo vivir cómoda y seguramente en territorio norteamericano y hacer uso de sus instituciones financieras para preservar sus recursos.
Un estudio de la Universidad de California de aquellos años encontró que la creciente presencia de esos mexicanos no indocumentados en esa zona, cambió los usos y la cultura en esas poblaciones donde crearon sus clubes, fundaron escuelas e introdujeron costumbres que hoy son vitales y de los cuales excluyeron a los anglos.
Hoy el fenómeno tiene su origen en la inseguridad, el crecimiento de lña violencia, el secuestro, la extorsión y el narcotráfico, pero sobre todo en la ausencia de un gobierno que les garantice paz social y gobernabilidad.
El problema es grave, muy grave. No sólo se trata de la huida de miles, cientos de miles, quizá millones de mexicanos con recursos y creatividad, preparados, sino la fuga de miles de millones de dólares y de sus hijos que ahora van a las escuelas norteamericanas donde pierden su identidad y vinculación con México.
Mientras tanto se quedan aquí sus bienes y su pasado personal. No pocos se quejan de que no han podido vender ni alquilar sus casas o empresas. Nadie da nada por ellas. Están en su mayoría en zonas de guerra, es decir en Ciudad Juárez, en Nuevo Laredo o en alguna otra ciudad de esos 5 estados norteños donde gobiernan y mandan los narcotraficantes o los zetas.
Y esto sigue…
AHÍ VIENE ESPINO: Luego de ser avasallado una vez más por Felipe Calderón, el exdirigente nacional del PAN y líder yunquista Manuel Espino se prepara para su reingreso a la política mexicana.
Abierto el proceso para su expulsión en el partido que él dirigió, el aguerrido duranguense afirma que llegará con acciones que “no le van a gustar nadita a Calderón”.
Espino, quien era el dirigente de la Organización Demócrata Cristiana de América, la OCDA , fue derrotado de nuevo hace unos días en la ciudad de San Salvador, El Salvador, ya que al final resultó electo por mayoría el senador panista Jorge Ocejo Moreno como su sucesor. Ocejo era el candidato por el cual Calderón habló con otros presidentes del Continente a fin de garantizar su triunfo. El panista compitió contra el senador colombiano Efraín Cepeda Sarabia, quien denunció la intervención del mandatario mexicano en ese proceso interno.
Esta denuncia la secundó Espino.
A la asamblea de la OCDA realizada en San Salvador acudieron el presidente del PAN, César Nava, los encargados del área internacional de este partido y funcionarios de la cancillería mexicana a fin de asegurar el triunfo del candidato de Calderón, lo cual se logró. Ahora, ya sin compromiso ni cargo alguno, Espino se prepara para regresar a la política mexicana.
PAN y PRD-AZUL, OTRA VEZ ALIADOS: Una vez que probaron las mieles de la victoria en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, las dirigencias de César Nava en el PAN y de Jesús Ortega en el PRD Azul se preparan para ir con candidatos comunes en 4 de las 6 elecciones a gobernador de 2011.
Irán juntos en los procesos del Estado de México, Guerrero, Coahuila y Nayarit y separados en Baja California sur y Michoacán.
De estos seis estados 3 los gobierna ahora el PRI y 3 el PRD.
La preocupación de todos se centra sin embargo en el Estado de México, el más rico y poblado del país pero sobre todo del cual surge Enrique Peña Nieto, el aspirante con mayores apoyos y simpatías ciudadanas hacia la contienda presidencial del 2012.
El PAN y el PRD-Azul, con todo el apoyo de Felipe Calderón, pretenden acudir a ese proceso con todos los recursos federales con tal de derrotar al candidato del PRI en el Estado de México y colocar lo que suponen sería el mayor obstáculo que llevaría al fracaso del mexiquense en su intento de acceder a Los Pinos.
Ya veremos…
Comentarios