El capo del cartel de Sinaloa Ignacio "Nacho" Coronel fue enterrado hoy en la ciudad de Culiacán (norte de México) considerada cuna del narcotráfico mexicano, informó el diario Reforma en su edición digital.
En el mismo panteón y bajo fuertes medidas de seguridad fue sepultado su sobrino, Mario Carrasco Coronel, alias "El Gallo", al que se consideraba su potencial sucesor y que fue abatido por el Ejército un día después que su tío sufriera el mismo destino.
El capo, considerado entre los cuatro más fuertes de México, fue sorprendido el jueves por un operativo militar que buscaba su captura. Se defendió a balazos y fue muerto por disparos de los soldados.
Tío y sobrino recibieron sepultura en el panteón Jardines del Humaya, en Culiacán, capital del estado de Sinaloa, base para el cartel más poderoso del país y lugar de nacimiento de narcotraficantes históricos.
El sepelio, al que acudieron un centenar de personas, la mayoría mujeres y hombres jóvenes, estuvo vigilado por cerca de 80 militares, que previamente habían escoltado a los dos coches fúnebres que transportaron los restos mortales.
Una banda de música de la zona despidió con sus canciones a los fallecidos. Entre los temas que tocaron estuvieron "Te Vas Ángel Mío", "Un Indio Quiere Llorar", "Mientras Vivas" y "Nadie es Eterno".
Según el diario, la cripta que acoge los restos de los dos narcotraficantes es modesta, en contraste con la tendencia habitual en el mundo del tráfico de drogas, donde impera el lujo funerario.
"Nacho" Coronel era considerado por la inteligencia estadounidense como productor de la mitad de las drogas sintéticas de México y se ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares por información que llevara a su captura.
Con un perfil más discreto que el llevado por otros nombres destacados del narcotráfico mexicano, Coronel tenía los contactos, la experiencia y los medios para formar su propio cartel, según los expertos.
En el mismo panteón y bajo fuertes medidas de seguridad fue sepultado su sobrino, Mario Carrasco Coronel, alias "El Gallo", al que se consideraba su potencial sucesor y que fue abatido por el Ejército un día después que su tío sufriera el mismo destino.
El capo, considerado entre los cuatro más fuertes de México, fue sorprendido el jueves por un operativo militar que buscaba su captura. Se defendió a balazos y fue muerto por disparos de los soldados.
Tío y sobrino recibieron sepultura en el panteón Jardines del Humaya, en Culiacán, capital del estado de Sinaloa, base para el cartel más poderoso del país y lugar de nacimiento de narcotraficantes históricos.
El sepelio, al que acudieron un centenar de personas, la mayoría mujeres y hombres jóvenes, estuvo vigilado por cerca de 80 militares, que previamente habían escoltado a los dos coches fúnebres que transportaron los restos mortales.
Una banda de música de la zona despidió con sus canciones a los fallecidos. Entre los temas que tocaron estuvieron "Te Vas Ángel Mío", "Un Indio Quiere Llorar", "Mientras Vivas" y "Nadie es Eterno".
Según el diario, la cripta que acoge los restos de los dos narcotraficantes es modesta, en contraste con la tendencia habitual en el mundo del tráfico de drogas, donde impera el lujo funerario.
"Nacho" Coronel era considerado por la inteligencia estadounidense como productor de la mitad de las drogas sintéticas de México y se ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares por información que llevara a su captura.
Con un perfil más discreto que el llevado por otros nombres destacados del narcotráfico mexicano, Coronel tenía los contactos, la experiencia y los medios para formar su propio cartel, según los expertos.
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