Carlos Ramírez / Indicador Político
» Camacho se inclina por Ebrard
» Y quieren quitarle DF a AMLO
El proceso de selección del candidato del PRD-PT-PC a la presidencia en el 2012 tuvo el fin de semana tres elementos negativos:
1.- Luego de regañar severa y públicamente a Andrés Manuel López Obrador por su auto destape del domingo 25 de julio y de obligarlo a someterse a las reglas de esperar la encuesta de finales del 2011, Manuel Camacho estuvo presente en la reunión de lanzamiento de la candidatura de Marcelo Ebrard el pasado fin de semana a través de una asociación civil. Con ello, Camacho perdió credibilidad e imparcialidad para manejar el proceso de elección interna del candidato de la alianza PRD-PAN-PC.
2.- La candidatura de Ebrard depende de un pacto político y una alianza electoral del PRD con el PAN. La estrategia Camacho-Ebrard se basa en el reparto de las nominaciones en el Valle de México: El PAN se quedaría con la candidatura mexiquense y el PRD conservaría el DF, pero en ambas plazas los dos partidos aliados. Este modelo audaz depende de que César Nava y Jesús Ortega mantengan el control de las presidencias del PAN y del PRD, un hecho bastante difícil.
3.- Camacho y Ebrard quieren quitarle el control político del DF al PRD y revivir el Partido del Centro Democrático camachista que tronó en el 2006. El gran paso será la designación de un candidato camachista-ebrardista para la jefatura de gobierno del DF, desplazando a los perredistas.
Por tanto, la competencia López Obrador-Ebrard ha iniciado una verdadera guerra de posiciones. La presencia de Camacho en la reunión de inicio de funciones del grupo promotor de la candidatura de Ebrard representó un indicio de la desesperación de los dos por ir perdiendo en el juego abierto y sin limitaciones de López Obrador. Esa presencia de Camacho reveló, por lo demás, que Camacho ha regresado a los juegos perversos salinistas de decir una cosa y hacer exactamente lo contrario.
Camacho y Ebrard han iniciado una maniobra palaciega para quitarle el gobierno del DF y el control de los grupos perredistas al PRD y transferírselos a un grupo camachista-ebrardista de corte priísta que los dos tuvieron cuando representaron a Carlos Salinas en el Departamento del Distrito Federal y luego reaglutinados en el Partido del Centro Democrático. Por eso Ebrard creó su propia asociación civil al margen del PRD y por eso también reorganizó el equipo central en el GDF para neutralizar a los lopezobradoristas y enfilar a “su” candidato a la jefatura de gobierno en el 2012. La carta de Ebrard para la candidatura del PRD al GDF es Mario Delgado, su tecnócrata ex secretario de Finanzas y hoy secretario de Educación.
El pacto PAN-PRD para operar alianzas en las elecciones del valle de México ya ha repartido posiciones: El PAN designaría al candidato a gobernador en el Estado de México y el PRD al candidato a jefe de gobierno del DF. Sin embargo, falta tomar en consideración el factor López Obrador: El tabasqueño pugnará por evitar la alianza PRD-PAN en el Estado de México y empujar como candidato perredista a Alejandro Encinas o a la senadora Yeidckol Polevnsky --Citlalli Ibáñez Camacho es su verdadero nombre--. Y asimismo buscará recuperar el control del GDF que le cedió a Ebrard al nombrarlo candidato en el 2006 y usar su base social para favorecerlo.
En el DF se dará una verdadera batalla de tribus perredistas. El punto central gira en torno a la afirmación de Cuauhtémoc Cárdenas en el 2006 de que la designación de Ebrard como candidato del PRD en el 2006 significó la entrega del bastión político perredista de la capital de la República al grupo político al que se la arrebataron en 1988 y 1997: El Grupo Salinas-Camacho. Cárdenas ganó el DF en 1988, luego Camacho y Ebrard lo recuperaron para el PRI en 1991, Cárdenas se los volvió a quitar en 1997 y López Obrador se los cedió a Camacho y Ebrard en 2006. Ahora Camacho y Ebrard quieren imponer a Mario Delgado como candidato, en alianza con el PAN, para desplazar definitivamente al cardenismo y al lopezobradorismo en la Ciudad de México en una alianza del PRD de Ortega-Ebrard con el PAN de Nava.
La disputa del DF se va a resolver en el estado de México un año antes. Por eso López Obrador, sin hacerle caso a las reglas de Manuel Camacho, iniciará en tres semanas un recorrido por los 125 municipios mexiquenses y con ello posicionar a sus precandidatos. Asimismo, el tabasqueño movilizará al PRD para recuperar su autonomía política.
» Camacho se inclina por Ebrard
» Y quieren quitarle DF a AMLO
El proceso de selección del candidato del PRD-PT-PC a la presidencia en el 2012 tuvo el fin de semana tres elementos negativos:
1.- Luego de regañar severa y públicamente a Andrés Manuel López Obrador por su auto destape del domingo 25 de julio y de obligarlo a someterse a las reglas de esperar la encuesta de finales del 2011, Manuel Camacho estuvo presente en la reunión de lanzamiento de la candidatura de Marcelo Ebrard el pasado fin de semana a través de una asociación civil. Con ello, Camacho perdió credibilidad e imparcialidad para manejar el proceso de elección interna del candidato de la alianza PRD-PAN-PC.
2.- La candidatura de Ebrard depende de un pacto político y una alianza electoral del PRD con el PAN. La estrategia Camacho-Ebrard se basa en el reparto de las nominaciones en el Valle de México: El PAN se quedaría con la candidatura mexiquense y el PRD conservaría el DF, pero en ambas plazas los dos partidos aliados. Este modelo audaz depende de que César Nava y Jesús Ortega mantengan el control de las presidencias del PAN y del PRD, un hecho bastante difícil.
3.- Camacho y Ebrard quieren quitarle el control político del DF al PRD y revivir el Partido del Centro Democrático camachista que tronó en el 2006. El gran paso será la designación de un candidato camachista-ebrardista para la jefatura de gobierno del DF, desplazando a los perredistas.
Por tanto, la competencia López Obrador-Ebrard ha iniciado una verdadera guerra de posiciones. La presencia de Camacho en la reunión de inicio de funciones del grupo promotor de la candidatura de Ebrard representó un indicio de la desesperación de los dos por ir perdiendo en el juego abierto y sin limitaciones de López Obrador. Esa presencia de Camacho reveló, por lo demás, que Camacho ha regresado a los juegos perversos salinistas de decir una cosa y hacer exactamente lo contrario.
Camacho y Ebrard han iniciado una maniobra palaciega para quitarle el gobierno del DF y el control de los grupos perredistas al PRD y transferírselos a un grupo camachista-ebrardista de corte priísta que los dos tuvieron cuando representaron a Carlos Salinas en el Departamento del Distrito Federal y luego reaglutinados en el Partido del Centro Democrático. Por eso Ebrard creó su propia asociación civil al margen del PRD y por eso también reorganizó el equipo central en el GDF para neutralizar a los lopezobradoristas y enfilar a “su” candidato a la jefatura de gobierno en el 2012. La carta de Ebrard para la candidatura del PRD al GDF es Mario Delgado, su tecnócrata ex secretario de Finanzas y hoy secretario de Educación.
El pacto PAN-PRD para operar alianzas en las elecciones del valle de México ya ha repartido posiciones: El PAN designaría al candidato a gobernador en el Estado de México y el PRD al candidato a jefe de gobierno del DF. Sin embargo, falta tomar en consideración el factor López Obrador: El tabasqueño pugnará por evitar la alianza PRD-PAN en el Estado de México y empujar como candidato perredista a Alejandro Encinas o a la senadora Yeidckol Polevnsky --Citlalli Ibáñez Camacho es su verdadero nombre--. Y asimismo buscará recuperar el control del GDF que le cedió a Ebrard al nombrarlo candidato en el 2006 y usar su base social para favorecerlo.
En el DF se dará una verdadera batalla de tribus perredistas. El punto central gira en torno a la afirmación de Cuauhtémoc Cárdenas en el 2006 de que la designación de Ebrard como candidato del PRD en el 2006 significó la entrega del bastión político perredista de la capital de la República al grupo político al que se la arrebataron en 1988 y 1997: El Grupo Salinas-Camacho. Cárdenas ganó el DF en 1988, luego Camacho y Ebrard lo recuperaron para el PRI en 1991, Cárdenas se los volvió a quitar en 1997 y López Obrador se los cedió a Camacho y Ebrard en 2006. Ahora Camacho y Ebrard quieren imponer a Mario Delgado como candidato, en alianza con el PAN, para desplazar definitivamente al cardenismo y al lopezobradorismo en la Ciudad de México en una alianza del PRD de Ortega-Ebrard con el PAN de Nava.
La disputa del DF se va a resolver en el estado de México un año antes. Por eso López Obrador, sin hacerle caso a las reglas de Manuel Camacho, iniciará en tres semanas un recorrido por los 125 municipios mexiquenses y con ello posicionar a sus precandidatos. Asimismo, el tabasqueño movilizará al PRD para recuperar su autonomía política.
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