Luis Alberto Matos / CEPRID
“Reivindicamos la moratoria inmediata sobre el pago de la deuda pública y la realización de auditorías para la cancelación de deudas ilegítimas.”
Declaración final de la Cumbre de los Pueblos
Cristiano Morsolín, educador italiano, escribe: “La deuda externa es el medio más eficiente que utilizan los países poderosos para mantener dominados a pueblos y naciones enteras. Es un mecanismo perverso que, amparado en leyes fraudulentas, logra apropiarse de recursos naturales y servicios públicos”.
Por tales razones no deberíamos considerarla sólamente como un “asunto financiero”, cuyas soluciones son siempre renegociaciones y crecimiento de plazos, montos e intereses.
La deuda externa, deduce Morsolín, “es ante todo un problema ético y político, con un alto costo social, ecológico y humano, que atenta contra nuestras vidas y derechos humanos elementales”.
Garantía de pago
“Venezuela es uno de los pocos países del mundo que, si quisiera, podría pagar en este momento toda su deuda externa con sus reservas de divisas” afirmó el presidente Chávez. En su Aló del domingo 23 ratificó, en su correcta medida, el volumen de la deuda externa venezolana. No en bolívares, ni dólares, ni euros, ni barriles de petróleo. ¿Cuánto debo? Mucho, si compromete mis ingresos en determinado lapso. Demasiado, si los supera. Poco, si los puedo pagar. Eso es válido para personas naturales, familias, empresas y países.
“Comparada con el Producto Interno Bruto, está apenas sobre el 20%” enfatizó el Comandante en Jefe. Y para que no quede dudas, aunque algunos aseguren que “las comparaciones son odiosas” (especialmente si las hace uno, pero nunca cuando ellos las publican) “la de Grecia anda por 200%, toda Europa en 70% y la de Estados Unidos casi el doble de su PIB”. Y “podemo pagar con las Reservas Internacionales”; sin tocar ni un barril de la Faja, nos atrevemos a agregar.
Guarismos internacionales
El Mundo nos trae otra de esas verdades locales sin comparaciones con el exterior. Cuando titulan “inversionistas liquidan bonos de deuda venezolana y derrumban los precios”, no señalan que el 7% total disminuido aquí (es menor, pero aceptemos su inflada cifra como verdadera) es muy inferior a los verdaderos y abruptos descensos que han incluso quebrar en Texas ¡nunca lo hubiera imaginado! a un equipo de beisból de grandes ligas.
Los Rangers deben una tonelada de dólares, boletaje vendido, propaganda cobrada y salarios a sus peloteros; aceptan la quiebra, vendiendo muy por debajo de su valor en libros, para salvar al gran negocio de la pelota mayor.
¿En Europa? Necesitan 500.000 millones de euros, que “procura” el Fondo Monetario Internacional para salvar a países de historias y culturas milenarias. Y aún así, señala el mismo diario, “inversionistas siguen dudando de la solidez de la economía europea”. ¿Quieres comparar con Venezuela?
La “caída del precio del petróleo venezolano” se publica como una “pérdida” de once dólares. En el mismo período, Abril 24 a Mayo 25, el promedio del crudo mundial, según “Oil Price”, descendió desde 85,20 a 69,40 dólares el barril. O sea: 15,80 dólares.
“Nuestro desempleo es 8,2 %” titula un diario económico. Luego cita al de España, muy superior, pero agrega “ingresaron al empleo informal”. Y aquí ¿no trabajará nadie de motorizado, ayudante, taxista con placa particular y hasta de cuida carros en sus múltiples ratos libres? ¿No vivirán mejor que muchos de aquellos formales? ¿Quieres que hagamos una encuestica, cualquier jueves, cerca de algún restaurant o de una clínica privada? ¡De repente ganan más que tú!
Acreedores e intermediarios
Consecomercio llena espacios, en diferentes medios, asegurando que: “Desaparecería la crisis si el gobierno eliminase los controles”. Seguramente leemos muy distinto las noticias sobre economía, especialmente cuando comparamos varias décadas. Las crisis, empezando por la de 1929 hasta la Europea actual ¿no fueron propiciadas precisamente por la casi absoluta ausencia de controles estadales sobre las operaciones industriales, comerciales y financieras?.
En opinión de su vocero mayor “Venezuela no soporta 30 días más de bloqueo”; “debemos agilizar el ingreso de las importaciones”. O sea: dame las divisas yá, porque necesito sustituirte todos tus productos electrónicos y línea blanca, que están trabajando bien, pero que “son peroles viejos que tienen yá mas de tres años”. En paralelo, Fedecámaras sostiene que “la economía venezolana está enferma, después de una era de bonanza, infectada por una ideología fracasada”. Quien afirma tal disparate ¿alguna vez supo cuántos niños, en aquella “bonanza”, se acostaban sin cenar? y ¿cuántas personas de la tercera edad, los pocos que llegaban vivos, tenían seguridad social y medicinas?.
Historia latinoamericana
En “La Deuda Externa en América Latina”, Oscar Arcos Palma describe como nuestra región “de gran crecimiento en los años 60 y 70 del pasado siglo, generado por la importancia de sus exportaciones y el acceso al mercado internacional de dinero y capitales” se frenó, pocos años después, cuando sus gobernantes firmaron paquetes económicos con el FMI y sus aberrantes programas de “deudas externas”. El Observatorio Internacional de la Deuda, en su reunión del 5 de marzo de este año celebrada en La Habana, analizó la situación de la campaña contra la deuda en Haití, la evolución de las auditorías de la deuda en América Latina y la situación actual en Argentina. No puede ser, señalaron, que Haití esté obligado a pagar el servicio de su deuda externa. Allí dimos el ejemplo: Venezuela canceló los 250 millones de dólares que le habíamos cedido en crédito. En 2004, Brasil destinó 190.000 millones de reales para el pago de la deuda externa contra 91.000 millones para seguridad pública, asistencia social, salud, educación, cultura, urbanismo, hábitat, saneamiento, gestión ambiental, ciencia, tecnología, agricultura, energía y transporte.
Colombia destinó en el 2005 casi una tercera parte de su Presupuesto Nacional para el pago de capitales e intereses de su deuda externa. Ese año, Argentina gastó 18.579 millones de pesos (4.745 millones de dólares) en cumplir con los supuestos acreedores; más del total presupuestado para salud, educación, vivienda, trabajo y agua potable. Julio Gambina habló sobre “la situación de Argentina y el debate por pago de deuda con reservas internacionales”. Explicó que “el condicionante de fondo es producto de la participación de Argentina en el G-20 y el papel asignado por el G20 al FMI”, quien no audita esas cuentas desde hace ya cuatro años.
Presente y futuro
Venezuela seguirá negociando créditos pero con otras instituciones, como el Banco del Sur, definido por Rodrigo Cabezas como “una entidad financiera profesional y técnicamente apta para preservar nuestras riquezas y utilizar los recursos financieros de la región en su propio desarrollo”.
Adicional al apoyo de Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela, en la propia sede del FMI, Guido Mantegna, Ministro de Hacienda de Brasil, declaró que su país “quiere ser un miembro pleno del Banco del Sur”. Los inversionistas “salen de la deuda venezolana”, pero alguien está comprando porque si nó no hubiera precio señalado. Y compran más la de aquí que la de algunos de los países que nos ponen como ejemplo; quizás influidos porque, como muestra, Fogade extendió garantía de depósitos a los títulos valores.
jaquematos@cantv.net
“Reivindicamos la moratoria inmediata sobre el pago de la deuda pública y la realización de auditorías para la cancelación de deudas ilegítimas.”
Declaración final de la Cumbre de los Pueblos
Cristiano Morsolín, educador italiano, escribe: “La deuda externa es el medio más eficiente que utilizan los países poderosos para mantener dominados a pueblos y naciones enteras. Es un mecanismo perverso que, amparado en leyes fraudulentas, logra apropiarse de recursos naturales y servicios públicos”.
Por tales razones no deberíamos considerarla sólamente como un “asunto financiero”, cuyas soluciones son siempre renegociaciones y crecimiento de plazos, montos e intereses.
La deuda externa, deduce Morsolín, “es ante todo un problema ético y político, con un alto costo social, ecológico y humano, que atenta contra nuestras vidas y derechos humanos elementales”.
Garantía de pago
“Venezuela es uno de los pocos países del mundo que, si quisiera, podría pagar en este momento toda su deuda externa con sus reservas de divisas” afirmó el presidente Chávez. En su Aló del domingo 23 ratificó, en su correcta medida, el volumen de la deuda externa venezolana. No en bolívares, ni dólares, ni euros, ni barriles de petróleo. ¿Cuánto debo? Mucho, si compromete mis ingresos en determinado lapso. Demasiado, si los supera. Poco, si los puedo pagar. Eso es válido para personas naturales, familias, empresas y países.
“Comparada con el Producto Interno Bruto, está apenas sobre el 20%” enfatizó el Comandante en Jefe. Y para que no quede dudas, aunque algunos aseguren que “las comparaciones son odiosas” (especialmente si las hace uno, pero nunca cuando ellos las publican) “la de Grecia anda por 200%, toda Europa en 70% y la de Estados Unidos casi el doble de su PIB”. Y “podemo pagar con las Reservas Internacionales”; sin tocar ni un barril de la Faja, nos atrevemos a agregar.
Guarismos internacionales
El Mundo nos trae otra de esas verdades locales sin comparaciones con el exterior. Cuando titulan “inversionistas liquidan bonos de deuda venezolana y derrumban los precios”, no señalan que el 7% total disminuido aquí (es menor, pero aceptemos su inflada cifra como verdadera) es muy inferior a los verdaderos y abruptos descensos que han incluso quebrar en Texas ¡nunca lo hubiera imaginado! a un equipo de beisból de grandes ligas.
Los Rangers deben una tonelada de dólares, boletaje vendido, propaganda cobrada y salarios a sus peloteros; aceptan la quiebra, vendiendo muy por debajo de su valor en libros, para salvar al gran negocio de la pelota mayor.
¿En Europa? Necesitan 500.000 millones de euros, que “procura” el Fondo Monetario Internacional para salvar a países de historias y culturas milenarias. Y aún así, señala el mismo diario, “inversionistas siguen dudando de la solidez de la economía europea”. ¿Quieres comparar con Venezuela?
La “caída del precio del petróleo venezolano” se publica como una “pérdida” de once dólares. En el mismo período, Abril 24 a Mayo 25, el promedio del crudo mundial, según “Oil Price”, descendió desde 85,20 a 69,40 dólares el barril. O sea: 15,80 dólares.
“Nuestro desempleo es 8,2 %” titula un diario económico. Luego cita al de España, muy superior, pero agrega “ingresaron al empleo informal”. Y aquí ¿no trabajará nadie de motorizado, ayudante, taxista con placa particular y hasta de cuida carros en sus múltiples ratos libres? ¿No vivirán mejor que muchos de aquellos formales? ¿Quieres que hagamos una encuestica, cualquier jueves, cerca de algún restaurant o de una clínica privada? ¡De repente ganan más que tú!
Acreedores e intermediarios
Consecomercio llena espacios, en diferentes medios, asegurando que: “Desaparecería la crisis si el gobierno eliminase los controles”. Seguramente leemos muy distinto las noticias sobre economía, especialmente cuando comparamos varias décadas. Las crisis, empezando por la de 1929 hasta la Europea actual ¿no fueron propiciadas precisamente por la casi absoluta ausencia de controles estadales sobre las operaciones industriales, comerciales y financieras?.
En opinión de su vocero mayor “Venezuela no soporta 30 días más de bloqueo”; “debemos agilizar el ingreso de las importaciones”. O sea: dame las divisas yá, porque necesito sustituirte todos tus productos electrónicos y línea blanca, que están trabajando bien, pero que “son peroles viejos que tienen yá mas de tres años”. En paralelo, Fedecámaras sostiene que “la economía venezolana está enferma, después de una era de bonanza, infectada por una ideología fracasada”. Quien afirma tal disparate ¿alguna vez supo cuántos niños, en aquella “bonanza”, se acostaban sin cenar? y ¿cuántas personas de la tercera edad, los pocos que llegaban vivos, tenían seguridad social y medicinas?.
Historia latinoamericana
En “La Deuda Externa en América Latina”, Oscar Arcos Palma describe como nuestra región “de gran crecimiento en los años 60 y 70 del pasado siglo, generado por la importancia de sus exportaciones y el acceso al mercado internacional de dinero y capitales” se frenó, pocos años después, cuando sus gobernantes firmaron paquetes económicos con el FMI y sus aberrantes programas de “deudas externas”. El Observatorio Internacional de la Deuda, en su reunión del 5 de marzo de este año celebrada en La Habana, analizó la situación de la campaña contra la deuda en Haití, la evolución de las auditorías de la deuda en América Latina y la situación actual en Argentina. No puede ser, señalaron, que Haití esté obligado a pagar el servicio de su deuda externa. Allí dimos el ejemplo: Venezuela canceló los 250 millones de dólares que le habíamos cedido en crédito. En 2004, Brasil destinó 190.000 millones de reales para el pago de la deuda externa contra 91.000 millones para seguridad pública, asistencia social, salud, educación, cultura, urbanismo, hábitat, saneamiento, gestión ambiental, ciencia, tecnología, agricultura, energía y transporte.
Colombia destinó en el 2005 casi una tercera parte de su Presupuesto Nacional para el pago de capitales e intereses de su deuda externa. Ese año, Argentina gastó 18.579 millones de pesos (4.745 millones de dólares) en cumplir con los supuestos acreedores; más del total presupuestado para salud, educación, vivienda, trabajo y agua potable. Julio Gambina habló sobre “la situación de Argentina y el debate por pago de deuda con reservas internacionales”. Explicó que “el condicionante de fondo es producto de la participación de Argentina en el G-20 y el papel asignado por el G20 al FMI”, quien no audita esas cuentas desde hace ya cuatro años.
Presente y futuro
Venezuela seguirá negociando créditos pero con otras instituciones, como el Banco del Sur, definido por Rodrigo Cabezas como “una entidad financiera profesional y técnicamente apta para preservar nuestras riquezas y utilizar los recursos financieros de la región en su propio desarrollo”.
Adicional al apoyo de Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela, en la propia sede del FMI, Guido Mantegna, Ministro de Hacienda de Brasil, declaró que su país “quiere ser un miembro pleno del Banco del Sur”. Los inversionistas “salen de la deuda venezolana”, pero alguien está comprando porque si nó no hubiera precio señalado. Y compran más la de aquí que la de algunos de los países que nos ponen como ejemplo; quizás influidos porque, como muestra, Fogade extendió garantía de depósitos a los títulos valores.
jaquematos@cantv.net
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