Francisco Garfias
Otra vez el presidente Calderón privilegió la lealtad, la cercanía y la confianza, por encima de la trayectoria, la eficacia, la experiencia. Los cambios que hizo ayer en su gabinete refrendan su fama de hombre desconfiado. “Solo gobierna con su equipo de cocina”, nos dijo alguna vez un conocido senador del PAN. Ayer lo ratificó.
Su ex compañero de bancada en San Lázaro, José Francisco Blake Mora, ex secretario llega a la Secretaria de Gobernación, procedente de la secretaria de Gobierno en Baja California, y Bruno Ferrari, experto en derecho canónigo, a la Secretaría de Economía. “¿Será que no nos queda más que rezar?” Pregunto ayer un ingenioso en Twitter.
Gerardo Ruiz Mateos, integrante del “ostión” que rodeo a Felipe en sus primeros años de gobierno, vuelve al lugar de donde nunca debió de haber salido: la oficina de la Presidencia de la República.
El nombramiento de Blake Mora provocó estupor hasta en los panistas. ¿Ya se confirmó? Preguntaban, incrédulos, algunos legisladores de ese partido. Las reacciones eran lógicas. Blake no parece el idóneo para el cargo. “No ha pisado la cancha, no conoce los jugadores, y, hasta ayer, jugaba en las ligas locales, donde por cierto no le fue muy bien”, resumió una fuente.
En otras palabras, la encomienda que le hace el presidente Calderón no ha sido parte de su quehacer cotidiano. No está al tanto de la agenda nacional. No conoce los recovecos de la política nacional; su trayectoria es modesta, sus relaciones limitadas. “Es un error ese nombramiento, la curva de aprendizaje puede resultar muy costosa” , advirtió un panista de primer nivel que, obvio, se refugió en el anonimato.
Blacke ni siquiera puede presumir de ser un buen operador político. El PRI arrasó al PAN en las pasadas elecciones de 4 de julio, a pesar de que los azules contaron con recursos (¿públicos?) suficientes para mantener la plaza, según la revista Zeta, que se publica en ese estado.
Sus candidatos perdieron los cinco municipios de la entidad –Mexicali, Tijuana, Tecate, Ensenada, Rosarito —y 13 de los 16 distritos. Los que saben de lo que sucede en el fronterizo estado 0dicen que el secretario de gobierno “desarticuló” al PAN, por haber colocado no a los mejores candidatos, sino a los que son afines al presidente.
Su curriculum refleja un bajo perfil. Fue inspector de reglamentos, regidor, diputado federal –junto con Felipe Calderón y Beatriz Paredes– diputado local y secretario de gobierno. El presidente ya había pensado en él cuando buscaba el relevo de Eduardo Medina Mora en la Procuraduría General de la República. Pero aparentemente hubo un veto en el tricolor. Eran los tiempos de la alianza con ese partido. Los aliados, ahora, son los que no lo reconocen oficialmente. El nombramiento, eso si, tiene dos ventajas: la confianza del presidente, y que el hombre no está contaminado.
De Gerardo Ruiz Mateos mejor ni hablamos
* * *
El tema del fuero militar lo van a sacar de la Ley de Seguridad Pública. Hace demasiado ruido en las filas del Ejército. Se va a tratar en una iniciativa por separado. Eso quiere decir que no va para el periodo ordinario de sesiones, que inicia el próximo mes de septiembre. Se pospone indefinidamente, a pesar del compromiso asumido por el ahora ex titular de la Segob, Fernando Gómez Mont, a finales de abril pasado, cuando se tambaleaba la famosa Ley de Seguridad Nacional en el Senado de la Republica.
La promesa de Gómez Mont, quien no merecía esa salida, bastó para que el dictamen se aprobara en la Cámara alta. Pero la oposición de la SEDENA obligó a que se quedara a medio camino. En San Lázaro se congeló el proceso, luego de que la coordinadora de los diputados del PAN, Josefina Vázquez Mota, se reuniera con el alto mando militar para escuchar sus cuestionamientos. La legisladora llevó estas quejas a lo más alto, pero también a Francisco Rojas, jefe de la bancada del PRI en San Lázaro. Don Paco aceptó revisarla. El PRI tampoco se quiere pelear con las fuerzas armadas.
El dictamen se aprobará con ajustes. Ya hablamos aquí que el fuero militar se tratara en otra iniciativa. Al alto mando quiere también que se definan claramente las funciones del Ejército, sobre todo en lo que se refiere a la lucha contra al narcotráfico. Ya van 23 mil muertos y habra que rendir cuentas. La idea de otra Comisión de la Verdad no les gusta, pero nadita. Otra exigencia es que quede claro que su único jefe es el presidente de la República. Nadie más. No están dispuestos a subordinarse a ninguna autoridad local.
* * *
Ya que restamos con Josefina. La candidatura al gobierno del Estado de México no está en su agenda. Ni aunque la propusieran como candidata de una amplia alianza. A la diputada le agrada que la mencionen como posibilidad, pero expone claramente: “No la busco, no me interesa, no está en mi línea de vida”. Lo que si valora –y acepta que lo trae en la cabeza— es la candidatura presidencial. Pero hay todavía muchas cosas que tiene que ponderar.
Otra vez el presidente Calderón privilegió la lealtad, la cercanía y la confianza, por encima de la trayectoria, la eficacia, la experiencia. Los cambios que hizo ayer en su gabinete refrendan su fama de hombre desconfiado. “Solo gobierna con su equipo de cocina”, nos dijo alguna vez un conocido senador del PAN. Ayer lo ratificó.
Su ex compañero de bancada en San Lázaro, José Francisco Blake Mora, ex secretario llega a la Secretaria de Gobernación, procedente de la secretaria de Gobierno en Baja California, y Bruno Ferrari, experto en derecho canónigo, a la Secretaría de Economía. “¿Será que no nos queda más que rezar?” Pregunto ayer un ingenioso en Twitter.
Gerardo Ruiz Mateos, integrante del “ostión” que rodeo a Felipe en sus primeros años de gobierno, vuelve al lugar de donde nunca debió de haber salido: la oficina de la Presidencia de la República.
El nombramiento de Blake Mora provocó estupor hasta en los panistas. ¿Ya se confirmó? Preguntaban, incrédulos, algunos legisladores de ese partido. Las reacciones eran lógicas. Blake no parece el idóneo para el cargo. “No ha pisado la cancha, no conoce los jugadores, y, hasta ayer, jugaba en las ligas locales, donde por cierto no le fue muy bien”, resumió una fuente.
En otras palabras, la encomienda que le hace el presidente Calderón no ha sido parte de su quehacer cotidiano. No está al tanto de la agenda nacional. No conoce los recovecos de la política nacional; su trayectoria es modesta, sus relaciones limitadas. “Es un error ese nombramiento, la curva de aprendizaje puede resultar muy costosa” , advirtió un panista de primer nivel que, obvio, se refugió en el anonimato.
Blacke ni siquiera puede presumir de ser un buen operador político. El PRI arrasó al PAN en las pasadas elecciones de 4 de julio, a pesar de que los azules contaron con recursos (¿públicos?) suficientes para mantener la plaza, según la revista Zeta, que se publica en ese estado.
Sus candidatos perdieron los cinco municipios de la entidad –Mexicali, Tijuana, Tecate, Ensenada, Rosarito —y 13 de los 16 distritos. Los que saben de lo que sucede en el fronterizo estado 0dicen que el secretario de gobierno “desarticuló” al PAN, por haber colocado no a los mejores candidatos, sino a los que son afines al presidente.
Su curriculum refleja un bajo perfil. Fue inspector de reglamentos, regidor, diputado federal –junto con Felipe Calderón y Beatriz Paredes– diputado local y secretario de gobierno. El presidente ya había pensado en él cuando buscaba el relevo de Eduardo Medina Mora en la Procuraduría General de la República. Pero aparentemente hubo un veto en el tricolor. Eran los tiempos de la alianza con ese partido. Los aliados, ahora, son los que no lo reconocen oficialmente. El nombramiento, eso si, tiene dos ventajas: la confianza del presidente, y que el hombre no está contaminado.
De Gerardo Ruiz Mateos mejor ni hablamos
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El tema del fuero militar lo van a sacar de la Ley de Seguridad Pública. Hace demasiado ruido en las filas del Ejército. Se va a tratar en una iniciativa por separado. Eso quiere decir que no va para el periodo ordinario de sesiones, que inicia el próximo mes de septiembre. Se pospone indefinidamente, a pesar del compromiso asumido por el ahora ex titular de la Segob, Fernando Gómez Mont, a finales de abril pasado, cuando se tambaleaba la famosa Ley de Seguridad Nacional en el Senado de la Republica.
La promesa de Gómez Mont, quien no merecía esa salida, bastó para que el dictamen se aprobara en la Cámara alta. Pero la oposición de la SEDENA obligó a que se quedara a medio camino. En San Lázaro se congeló el proceso, luego de que la coordinadora de los diputados del PAN, Josefina Vázquez Mota, se reuniera con el alto mando militar para escuchar sus cuestionamientos. La legisladora llevó estas quejas a lo más alto, pero también a Francisco Rojas, jefe de la bancada del PRI en San Lázaro. Don Paco aceptó revisarla. El PRI tampoco se quiere pelear con las fuerzas armadas.
El dictamen se aprobará con ajustes. Ya hablamos aquí que el fuero militar se tratara en otra iniciativa. Al alto mando quiere también que se definan claramente las funciones del Ejército, sobre todo en lo que se refiere a la lucha contra al narcotráfico. Ya van 23 mil muertos y habra que rendir cuentas. La idea de otra Comisión de la Verdad no les gusta, pero nadita. Otra exigencia es que quede claro que su único jefe es el presidente de la República. Nadie más. No están dispuestos a subordinarse a ninguna autoridad local.
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Ya que restamos con Josefina. La candidatura al gobierno del Estado de México no está en su agenda. Ni aunque la propusieran como candidata de una amplia alianza. A la diputada le agrada que la mencionen como posibilidad, pero expone claramente: “No la busco, no me interesa, no está en mi línea de vida”. Lo que si valora –y acepta que lo trae en la cabeza— es la candidatura presidencial. Pero hay todavía muchas cosas que tiene que ponderar.
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