Francisco Rodríguez / Índice Político
PRÁCTICAMENTE, DESDE QUE Vicente Fox permitió y hasta alentó lo que algunos llamaron una “presidencia bicéfala”, las esposas de ciertos personajes políticos han salido cada vez más a la palestra utilizando a la primera persona del plural –nosotros--, cual si ellas mismas también se hubiesen postulado a puestos de elección popular: como si los electores también hubieran votado por ellas.
Como Martha Sahagún en su momento, la esposa del ex alcalde de Benito Juárez, en Quintana Roo, Niurka Sáliva, hablaba hace un par de meses de que la detención de su marido, Gregorio “Greg” Sánchez, tenía un trasfondo distinto al de las acusaciones que por “delitos en contra de la salud” a éste le fincaron: “Suponemos que ocurre porque estamos muy arriba del candidato del PRI, lo denunciamos en la capital porque aquí si se cuidan las garantías individuales de los candidatos de oposición”, decía la médico de origen cubano.
En una entrevista, Sáliva de Sánchez afirmaba que las amenazas de muerte hacia su cónyuge son de larga data: “Nos decían los vamos a matar o van a ir presos. Hicimos una denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo que se declaró incompetente. Tuvimos dos intentos de balear a mi esposo”.
Suponemos. Estamos. Denunciamos. Nos decían. Los vamos. Hicimos…
Primera persona del plural, pues.
Defender al marido es característico de no pocas parejas, lo cual pudiese indicar la sólida relación o los comunes intereses de los cónyuges. Pero también, en algunos casos, una suerte de codependencia en el que el masoquismo está presente. Cuestiones ambas que son del ámbito privado de las familias.
Y en la política, tal actitud ha dado por trascender.
La esposa del ex alcalde de Tijuana Jorge Hank Rohn, también en su momento, salió en defensa de su marido quien había dicho que las mujeres son su “animal predilecto”.
Viene a cuento todo esto, porque en Veracruz, hace unos días, la esposa del ex candidato del PAN a la gubernatura de la entidad, Leticia Márquez de Yunes, también se apropió de la primera persona del plural en una declaración que ha sido varias veces reproducida en medios de la entidad costanera.
Utilizando los micrófonos de los reporteros, la señora Márquez de Yunes se dirigió al gobernador Fidel Herrera en tono de advertencia: “…esto apenas comienza. Ya ganamos las elecciones y lo volveremos a hacer en los tribunales!"
¿Ganamos, Kemo Sabi?
Con toda la parentela en el “servicio público” (jejeje), ¿también ella se postuló a la gubernatura que, todo así lo indica, su marido perdió?
¿Toda la familia Yunes “pegada a la ubre presupuestal”?
¿No saben trabajar en otra cosa?
Porque, mire usted, el marido, goza de licencia --¿con salario y suculentas comisiones o “comichas”?-- de director general del ISSSTE.
El primogénito, ex diputado local y todavía alcalde de Boca del Río, quien además ya busca la senaduría en el 2012, aunque sea de “primera minoría”
Y el “benjamín”, recién ha sido electo diputado local.
¿De verdad no saben hacer otra cosa los Yunes Márquez?
Y además, ¿no saben hacerlo solos?
¿Tienen que llamar a su esposa y a su mamá a defenderlos?
Cual si fuese monarquía, la señora Márquez de Yunes usa el mayestático “nos”. Y así dice, “ganamos”.
Entonces, ahora, el voto ya no es para un candidato. Es para una pareja.
¿La pareja gubernamental?
Y a la hora de la hora, ya agotadas todas las instancias a las que recurrirá el marido, ¿también dirá “perdimos”?
¿O se resignara y nada más dirá “perdió él?
Ya ve usted que, también a la hora de la hora, Niurka Sáliva dejó al marido en el penal de Nayarit, y ella salió volando hacia Cuba.
Índice Flamígero: “El gobierno ensaya cómo competir con un movimiento que sin medios masivos a su alcance, llena el Zócalo de la ciudad. Secuestro mata esperanza. Tal vez sea ese el titular simbólico ideado desde Los Pinos. Las primeras planas de ayer se dieron vuelo en torno a la noticia de la carta y la imagen de un abogado secuestrado. Eso basto para tapar que miles de hombres y mujeres están buscando rescatar a México del secuestro en que lo tienen los medios y las familias poderosas de este país. Peligroso lo que hacen los medios y la clase gobernante. Se está llegando al extremo perverso de poner muertos para matar sueños. Pareciera ser que la crueldad y el horror no tienen límite. ¿Qué sigue? En la lógica perversa de la clase política dominante, está la idea de que sangre mata todo. Por lo tanto, persecución, agresión y desprestigio hacia los movimientos alternativos será lo venidero. Ya ensayaron el camino, ya saben que basta una imagen alterada o no de un Diego Fernández de Cevallos extremadamente delgado, para desviar la atención, para conmover a cierto sector de la población, que hoy más que nunca vive con miedo y zozobra. En el fondo, la guerra contra la delincuencia ha logrado el obscuro objetivo de sembrar el terror en la población. Hemos de recordar que una persona aterrorizada deja de pensar, y eso es algo que debe tener contentos a los ideólogos de esta fallida guerra”. La docta opinión, como siempre, del psicoanalista social José Antonio Lara Peinado.
PRÁCTICAMENTE, DESDE QUE Vicente Fox permitió y hasta alentó lo que algunos llamaron una “presidencia bicéfala”, las esposas de ciertos personajes políticos han salido cada vez más a la palestra utilizando a la primera persona del plural –nosotros--, cual si ellas mismas también se hubiesen postulado a puestos de elección popular: como si los electores también hubieran votado por ellas.
Como Martha Sahagún en su momento, la esposa del ex alcalde de Benito Juárez, en Quintana Roo, Niurka Sáliva, hablaba hace un par de meses de que la detención de su marido, Gregorio “Greg” Sánchez, tenía un trasfondo distinto al de las acusaciones que por “delitos en contra de la salud” a éste le fincaron: “Suponemos que ocurre porque estamos muy arriba del candidato del PRI, lo denunciamos en la capital porque aquí si se cuidan las garantías individuales de los candidatos de oposición”, decía la médico de origen cubano.
En una entrevista, Sáliva de Sánchez afirmaba que las amenazas de muerte hacia su cónyuge son de larga data: “Nos decían los vamos a matar o van a ir presos. Hicimos una denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo que se declaró incompetente. Tuvimos dos intentos de balear a mi esposo”.
Suponemos. Estamos. Denunciamos. Nos decían. Los vamos. Hicimos…
Primera persona del plural, pues.
Defender al marido es característico de no pocas parejas, lo cual pudiese indicar la sólida relación o los comunes intereses de los cónyuges. Pero también, en algunos casos, una suerte de codependencia en el que el masoquismo está presente. Cuestiones ambas que son del ámbito privado de las familias.
Y en la política, tal actitud ha dado por trascender.
La esposa del ex alcalde de Tijuana Jorge Hank Rohn, también en su momento, salió en defensa de su marido quien había dicho que las mujeres son su “animal predilecto”.
Viene a cuento todo esto, porque en Veracruz, hace unos días, la esposa del ex candidato del PAN a la gubernatura de la entidad, Leticia Márquez de Yunes, también se apropió de la primera persona del plural en una declaración que ha sido varias veces reproducida en medios de la entidad costanera.
Utilizando los micrófonos de los reporteros, la señora Márquez de Yunes se dirigió al gobernador Fidel Herrera en tono de advertencia: “…esto apenas comienza. Ya ganamos las elecciones y lo volveremos a hacer en los tribunales!"
¿Ganamos, Kemo Sabi?
Con toda la parentela en el “servicio público” (jejeje), ¿también ella se postuló a la gubernatura que, todo así lo indica, su marido perdió?
¿Toda la familia Yunes “pegada a la ubre presupuestal”?
¿No saben trabajar en otra cosa?
Porque, mire usted, el marido, goza de licencia --¿con salario y suculentas comisiones o “comichas”?-- de director general del ISSSTE.
El primogénito, ex diputado local y todavía alcalde de Boca del Río, quien además ya busca la senaduría en el 2012, aunque sea de “primera minoría”
Y el “benjamín”, recién ha sido electo diputado local.
¿De verdad no saben hacer otra cosa los Yunes Márquez?
Y además, ¿no saben hacerlo solos?
¿Tienen que llamar a su esposa y a su mamá a defenderlos?
Cual si fuese monarquía, la señora Márquez de Yunes usa el mayestático “nos”. Y así dice, “ganamos”.
Entonces, ahora, el voto ya no es para un candidato. Es para una pareja.
¿La pareja gubernamental?
Y a la hora de la hora, ya agotadas todas las instancias a las que recurrirá el marido, ¿también dirá “perdimos”?
¿O se resignara y nada más dirá “perdió él?
Ya ve usted que, también a la hora de la hora, Niurka Sáliva dejó al marido en el penal de Nayarit, y ella salió volando hacia Cuba.
Índice Flamígero: “El gobierno ensaya cómo competir con un movimiento que sin medios masivos a su alcance, llena el Zócalo de la ciudad. Secuestro mata esperanza. Tal vez sea ese el titular simbólico ideado desde Los Pinos. Las primeras planas de ayer se dieron vuelo en torno a la noticia de la carta y la imagen de un abogado secuestrado. Eso basto para tapar que miles de hombres y mujeres están buscando rescatar a México del secuestro en que lo tienen los medios y las familias poderosas de este país. Peligroso lo que hacen los medios y la clase gobernante. Se está llegando al extremo perverso de poner muertos para matar sueños. Pareciera ser que la crueldad y el horror no tienen límite. ¿Qué sigue? En la lógica perversa de la clase política dominante, está la idea de que sangre mata todo. Por lo tanto, persecución, agresión y desprestigio hacia los movimientos alternativos será lo venidero. Ya ensayaron el camino, ya saben que basta una imagen alterada o no de un Diego Fernández de Cevallos extremadamente delgado, para desviar la atención, para conmover a cierto sector de la población, que hoy más que nunca vive con miedo y zozobra. En el fondo, la guerra contra la delincuencia ha logrado el obscuro objetivo de sembrar el terror en la población. Hemos de recordar que una persona aterrorizada deja de pensar, y eso es algo que debe tener contentos a los ideólogos de esta fallida guerra”. La docta opinión, como siempre, del psicoanalista social José Antonio Lara Peinado.
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